Por Carlos
Lamiral - Luego de las elecciones legislativas de este domingo
comenzará un nuevo tiempo en materia
económica, según esperan analistas del mercado. Por un lado, se esperan señales políticas
que ayuden a quitar presión sobre el tipo de cambio, y por otro, que el Banco
Central empiece a hacer modificaciones en el régimen cambiario que vino
sosteniendo este año.
En el mercado se
descuenta que habrá un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por lo menos para el primer trimestre de 2023. Los operadores
entienden que la dinámica que ha mostrado el dólar en los últimos dos meses hasta trepar a una brecha del 100% se
resolverá en la medida en que se generen algunas señales concretas, como puede
ser la aprobación del Presupuesto 2022 o se conozcan algunos puntos de la carta
de intención que el gobierno argentino elevará al organismo.
Las distintas lecturas
Según Eduardo
Fraccia, economista del IAE, la escuela de negocios de la Universidad Austral,
para que se empiecen a ver algunas medidas podría pasar algunos días de las
elecciones para asimilar y evaluar los resultados. “Pase lo que pase, lo que
creo es que van a ver como se acomodan de nuevo los melones en la coalición
gobernante. No me imagino a Miguel Pesce acelerando la devaluación el lunes a
las 9 de la mañana. Creo que se van a tomar un tiempo de asimilación”, señaló
el profesional. El director del IAE, indicó que el cambio de régimen cambiario
podría ser “más para el verano”, aunque considera que va a ser inexorable.
De acuerdo con un
informe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico (FIDE),
Argentina atraviesa ahora “los meses de menor oferta de divisas como producto
de la estacionalidad que tienen las exportaciones primarias”. El centro de
estudios vinculados al desarrollismo plantea que “en la medida en que la
recuperación se acelera, la demanda de divisas para la importación crece y el
saldo del balance de pagos se reduce”.
Más allá de que
consideran necesarias las regulaciones en el mercado de cambios para evitar
sobresaltos, FIDE advierte que “en simultáneo, es central avanzar en un
conjunto de políticas que permitan relajar los cuellos de botella externos que
históricamente condicionan nuestra recuperación”. En ese sentido, sostiene que
“los recientes anuncios de planes de Inversión Externa Directa sobre la
producción de hidrógeno verde resultan auspiciosos”, al referirse al proyecto
de u$s8200 millones anunciado por el gobierno.
Según fuentes del
mercado consultadas por este medio, dos señales se esperan para
después del 14N, más allá del resultado de la elección legislativa, que
son más bien de carácter político. Una es el entendimiento con el Fondo y la
otra es el Presupuesto. “Si se aprueba el Presupuesto en el Congreso es
una buena señal porque es la base con la que se sienta a negociar con el FMI el
ministro de Economía, Martín Guzmán”, indicó el economista de un reconocido
fondo de inversión. Si bien el Presupuesto puede tener pautas que
seguramente va tratar de cambiar la oposición, como la proyección de inflación,
para el mercado puede ser irrelevante. El texto proyecta una inflación del 33%,
cuando se espera un 50%. “Eso implicaría que vas a tener más recursos de los
que proyectaste. El problema sería si prometieras recursos de más”, sintetizó
el analista.
Para Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra la cuestión podría comenzar a resolverse 24
horas después de la elección. “No se puede seguir sosteniendo
el retraso cambiario. El dólar oficial se mueve a 1% mensual y la inflación a 3
hace varios meses. Un mes no pasa nada, dos meses tal vez, pero si pasaron 7
meses ya es una dinámica que hay que revertir”, explicó Sigaut Gravina. Para
el analista económico esa política de corrección no debería esperar, e incluso
entiende que desde el mismo lunes posterior a las legislativas se podría poner
en marcha. Además sostiene que si se mira un futuro acuerdo con el FMI el
organismo “jamás permitiría un acuerdo que contemple retrasar el tipo de
cambio”. “Eso podría verse ya la semana que viene”, consideró. La idea ya no
sería entonces reducir la brecha bajando el techo, sino subiendo el piso.
Sigaut Gravina
considera como primer intento de las autoridades económicas va a ser acelerar
la tasa de devaluación de 1% a 3% mensual, porque sería el que implicaría
menores costos. Aunque podría luego ir hacia un salto más fuerte, algo que
ocurrió durante la gestión de Axel Kicillof como ministro de Economía en una
situación similar. El economista de la consultora Equlibra indicó que “quizá la
inflación mensual se vaya a 4%” con lo cual se estaría en un cambio de régimen.
“Usar el ancla cambiaria, tarifaria y de la nafta, lo haces antes de las
elecciones”, opinó. Por otro lado, opinó que el nivel actual de brecha entre la
cotización oficial y las versiones financieras expresan un alto nivel de
incertidumbre que se podría ir revirtiendo si hay señales políticas. “Hay que dar un paso concreto con el FMI. Ya nadie sabe qué están
haciendo. Alguien en el gobierno dicen que están avanzando las negociaciones y
otros dicen que no hay que arreglar”, explicó.
Al respecto, Javier
Timerman, economista de AdCap, consideró que después de las elecciones “va a
primar más la racionalidad porque el discurso anti FMI ya no va a tener sentido
y va a haber negociaciones más rápidas”. “Cuando uno no tiene financiamiento y
tiene que afrontar estos pagos, tiene que acordar con su acreedor; no queda
mucho margen para seguir discutiendo. En Argentina estamos en una situación de
bastante estrés económico, y ante esa situación, la alternativa de la
radicalización simplemente no existe: no hay ni flujo ni stock”, sintetizó el
economista en declaraciones radiales.
Cobertura
El economista Ivan Carrino señaló, por su lado, que “si hay un momento políticamente apropiado para tomar una
decisión que sea llevar el dólar a un nivel intermedio entre el oficial y el
paralelo es después de las elecciones”. Carrino panteó que si bien
la medida puede tener un costo político a pagar, luego “se puede recuperar en
los dos año que quedan de mandato”. “Si fuera por lo que marca la economía,
habría que salir del cepo con un plan monetario para bajar la inflación, pero
tal vez la política pida otra cosa”, remarcó.
Sea cual fuere el
escenario inmediato, los operadores tratan de ponerse a resguardo. La
consultora LCG señala en un reporte que debido al contexto de incertidumbre “la
expectativa de depreciación sigue”. “El interés abierto en el Rofex (contratos)
vuelve a niveles superiores a u$s 5,500 millones ante la demanda creciente de
cobertura y la tasa de devaluación implícita 4 meses vista se ubica por encima
del 60% anual”, indica LCG.
|