La actividad del
sector minorista se ha visto afectada por la crisis del Covid-19 debido a las
medidas de distanciamiento social y al cierre de los comercios. Sin embargo, los efectos de la pandemia
sobre el sector difieren en función de los países y los segmentos.
Mientras que en
2020 algunos países experimentaron una disminución de las ventas minoristas, el
efecto fue nulo para otros e incluso positivo para los países del norte de
Europa. El impacto también varía según el segmento, encontrándose los comercios textiles entre los más afectados.
En general, el Covid-19 debería tener un impacto limitado en el sector
minorista y se espera que los segmentos más afectados se recuperen a medida que
mejore la situación. Sin embargo, las interrupciones en el
transporte marítimo, que causan problemas de suministro y una mayor inflación,
podrían ser un obstáculo para la recuperación total del sector minorista en
2021.
“Aunque el sector minorista se vio afectado
por la crisis de COVID-19 (cierre de comercios, auge de compras online…),
habría estado en una buena posición para una recuperación rápida y completa sin
las interrupciones en el sector del transporte y el aumento de los precios de
las materias primas. El aumento de los precios de las materias primas y los
plazos de entrega más largos están elevando los precios en toda la cadena de
suministro y provocando desabastecimiento, lo que supone una amenaza real para
el sector y puede retrasar su recuperación total”,comentó Erwan Madelénat, economista de Coface.
Efectos heterogéneos según el país y el
segmento
Si bien muchos
países experimentaron una disminución de sus ventas minoristas durante el
primer confinamiento de 2020, la situación de las ventas para el año en su conjunto
es más desigual. Coface destaca tres puntos clave:
El Covid-19 tuvo un impacto negativo en algunos países, pero, en
general, éste ha sido más débil de lo esperado. La mayoría de los países
experimentaron una caída en sus ventas minoristas en el segundo trimestre de
2020, pero se recuperaron y el impacto fue, más débil durante los siguientes
confinamientos.
En determinados
países, no podemos constatar un impacto significativo en el sector minorista,
por las mismas razones que en el punto anterior.
Sorprendentemente,
algunos países parecen haberse beneficiado de la pandemia, especialmente en el
norte de Europa. La razón
principal es que estos países suelen tener un “déficit turístico” durante el
verano, ya que sale más gente del país de la que entra. Sin embargo, debido a
las limitaciones de movilidad del año pasado, tuvieron más consumidores de lo
habitual.
La situación
también parece heterogénea en función de los segmentos de mercado, siendo los
minoristas del sector textil y de la confección los más afectados por la pandemia. Las tiendas de ropa fueron
consideradas como no esenciales y, por lo tanto, fueron mayoritariamente
cerradas durante los confinamientos. Dado que la población se vio obligadaa
quedarse en casa, los incentivos para comprar ropa disminuyeron: el año pasado, las ventas en las tiendas de ropa disminuyeron un
24% en la UE-27 y un 29% en EE. UU. Pero las ventas deberían
mejorar tan pronto como lo haga la situación general. El efecto sobre
los minoristas textiles también está directamente relacionado con las
políticas corporativasrespecto al teletrabajo: si éste sigue teniendo un
peso importante después de la pandemia, las ventas no terminarán de
recuperarse.
En el otro extremo
del espectro, las tiendas de alimentos se encuentran entre
las que registraron el mayor crecimiento en 2020 (4% en la
Eurozona, 11% en EE.UU.), debido al aprovisionamiento de alimentos a
principios de 2020 y al cierre de los restaurantes. Es pocoprobable que este
aumento persista cuando la situación se estabilice y se reabran
los restaurantes.
Aunque suele ser
más resistente a las crisis económicas que otros mercados, la pandemia
supuso un serio desafío para el lujo mundial, debido, especialmente, al
cierre de comercios y las restricciones a los viajes.
En 2018, los consumidores chinos representaron el 46% de las compras mundiales
de lujo, aproximadamente ¾ de las cuales se realizaron fuera de China.
Por otra parte, la
necesidad de adquirir artículos de lujo puede ser menor debido a las medidas de
distanciamiento social, ya que uno de los principales propósitos del lujo es el
reconocimiento social. La recuperación ya se percibe en empresas como LVMH,
Kering y Hermès (cuyos ingresos cayeron un 27%, 30% y 25%, respectivamente, en
el primer semestre de 2020), con mayores ingresos en el primer semestre de 2021
respecto al primer semestre de 2019. Estas cifras no representan a todo el
mercado y la recuperación podría ser más difícil para las empresas más
pequeñas, ya que los consumidores se sienten más atraídos por las marcas reconocidas.
Un impacto limitado en el aumento del
comercio electrónico a largo plazo
Debido a las
medidas de distanciamiento social, los consumidores han aumentado sus compras
online: si bien el mayor uso
del comercio electrónico a expensas de las tiendas físicas no es
nuevo, el crecimiento fue mucho más fuerte de lo habitual en 2020 y, por
lo tanto, benefició a empresas de e-commerce como Amazon, o a
minoristas "tradicionales" que habían invertido en infraestructuras
para la venta online, como Walmart. En 2020, las ventas netas de Amazon
aumentaron un 38% hasta los 386.000 millones de dólares. Para Walmart, las
ventas totales aumentaron un 6,7% durante el año fiscal 2021, mientras que las
ventas online aumentaron un 79% en el mismo período. En la Eurozona, en 2020 el
volumen de las ventas online fue un 23% mayor en promedio que en 2019.
Aunque hay que
tener en cuenta que la participación del comercio electrónico en
el sector minorista ha ido aumentando durante años. Por lo tanto, si bien ahora
es mayor que en 2019, no significa necesariamente que este aumento haya sido
causado al 100% por la pandemia.
Por ejemplo, en la
UE-27, la cuota del comercio electrónico aumentó 2,4 puntos porcentuales (pp)
en 2020 frente a 0,6 pp en 2019, 4,8 pp frente a 1,6 pp en China y 2,7 pp
frente a 1,3 pp en EE. UU.
Entonces, las
ventas online se aceleraron en 2020, pero parte de esta aceleración fue
consecuencia del primer confinamiento, cuando las ventas minoristas online
alcanzaron su punto máximo en la UE-27, Estados Unidos y Canadá.
Posteriormente, la cuota del comercio electrónico disminuyó más en EE. UU. y
Canadá que en Europa. Además, la participación de las ventas online en el
sector minorista estadounidense alcanzó un máximo del 19% en abril de 2020,
para caer al 15% en diciembre e incluso al 14% en junio de 2021, mientras que
en 2019 la media se situaba en el 13%. Por lo tanto, si bien es probable que el
cambio gradual hacia las compras online continúe, e incluso si la pandemia
provocó su aceleración, el efecto sobre su cuota a
largo plazo debería ser limitado.
Inflación e
interrupciones en el transporte de mercancías: persisten las incertidumbres
para el sector minorista.
Se espera que el
aumento en las tarifas de los fletes marítimos ejerza presión sobre los precios
al consumidor, ya que los productores y minoristas están transfiriendo parte
del aumento de costos a sus precios. Por tanto, el sector minorista podría verse afectado
por las interrupciones del transporte y el aumento de
los precios de las materias primas. Sin embargo, este efecto puede no
ser homogéneo. Los comercios textiles pueden sufrir más que otros minoristas,
ya que su demanda es muy elástica, pero los minoristas de alimentos y
electrónicos, por ejemplo, pueden ser más resistentes. No obstante, la inflación
puede influir en la confianza del consumidor, como en Estados Unidos, donde el
índice de confianza de consumidor de la Universidad de Michigan pasó de 85,5 en
junio de 2021 a 80,8 en julio, y donde la inflación aumentó un 5,4% interanual
en junio de 2021, el nivel más alto desde 2008.
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