Por Diego Saravia
Tamayo - El autor es director de Proficio - La resolución aprobada ayer por el
directorio del Banco Central (BCRA) limita, en principio hasta fines de
noviembre, la Posición Neta de Moneda Extranjera que pueden mantener los
bancos. Sin entrar a discutir los tecnicismos de la medida, la misma es un
claro ejemplo del manejo discrecional de la política monetaria y cambiaria en
la Argentina y, por lo tanto, el análisis de la misma y sus causas no puede ser
independiente de lo que se viene observando desde hace un tiempo. El problema
principal es un fisco que solo se puede financiar con emisión monetaria y deuda
en pesos en un contexto de desconfianza en todo lo que tenga ese signo
monetario, básicamente por la cantidad emitida y la inflación, y donde el acceso
al dólar es restringido.
Estas restricciones
incluyen el cepo propiamente dicho y las regulaciones que las autoridades han
estado imponiendo para dificultar el acceso a activos de esa denominación
haciendo un esfuerzo para manejar el tipo de cambio y evitar perder reservas
(en lo que va del mes se redujeron en 230 millones de dólares). Esta regulación
es otro ejemplo de ello. La brecha cambiaria entre los dólares más libres y el
oficial es demasiado amplia y sólo puede ser mantenida con este tipo de restricciones
cuantitativas a la demanda de dólares (o medidas que obliguen a aumentar la
oferta), aunque originen cuellos de botella en toda la economía con sus efectos
nocivos en la misma.
La falta de un plan
económico, que a estas alturas ya podríamos llamar de estabilización, y la
incertidumbre sobre qué camino va a tomar el Banco Central con respecto al tipo
de cambio después de las elecciones, hace que la tendencia normal de los
agentes económicos (incluidos los bancos) a proteger el patrimonio en dólares se
acentúe. Se sabe que los bancos como otros agentes económicos demandan liquidez
en moneda fuerte (dentro de lo posible) ante escenarios de alta incertidumbre.
Esta medida trata de impedir saltos en la demanda de dólares cerca de las
elecciones y si algún banco tenía pensado aumentar su posición en moneda
extranjera por alguna circunstancia más allá del promedio diario del último mes
va a tener que salir a vender los dólares aumentando su oferta.
Es simple: esta es
otra medida cuantitativa para limitar la demanda de dólares. Lo que está siendo
claro ahora como lo ha sido en experiencias pasadas, de las que no se quiere
aprender, es que son inefectivas y altamente dañinas para la economía y que no
se puede seguir así después de las elecciones si es que se quiere dejar de
hacer la plancha en un pozo.
|