Por Jaime Rosemberg
- Luego de la gira de Alberto Fernández por Italia y Escocia, el Gobierno dejó
en claro ayer que no pedirá una exención al Fondo Monetario Internacional (FMI)
para evitar caer en el default.
Cerca del
Presidente habían deslizado la posibilidad de que el organismo otorgue un
“waiver” que, en los hechos, suspende la ejecución de la cesación de pagos de
la deuda por un plazo determinado, a la espera de que concluyan las
negociaciones. Esto fue rechazado anteayer por el ministro de Economía, Martín
Guzmán, y desechado ayer por el embajador en los Estados Unidos, Jorge Argüello.
El canciller Santiago Cafiero, que también llegó al país tras la gira
presidencial por Europa, evitó dar precisiones de la negociación que está en
curso.
“El equipo
económico sigue trabajando en una negociación que es muy dura, y negociamos
siempre teniendo en cuenta en primer lugar los intereses de los argentinos,
como lo hicimos con la reestructuración de la deuda privada”, dijo Cafiero,
ayer, a la salida de la reunión del gabinete, en la Casa Rosada. “Nos tratan de
condicionar desde sectores económicos que promovieron el endeudamiento
evidentemente buscan una solución rápida que los beneficie a ellos”, agregó el
canciller, y evitó ponerle plazo o fecha al final de esa negociación con el
FMI.
Un rato antes, el
embajador Argüello, que participó de las negociaciones en Roma entre Guzmán y
Julie Kozack, funcionaria del FMI, rechazó de manera directa el pedido de
condonar algún porcentaje de la cuantiosa deuda argentina, con vencimientos
hacia fines de año y principios del próximo.
“El presidente
Alberto Fernández no pide que se perdone un solo dólar sino que nos den
condiciones razonables para pagar. Hoy es de imposible cumplimiento”, dijo el
embajador en declaraciones a El Destape
Radio. Y agregó:
“En noviembre la negociación con el FMI va a entrar en la recta final, tenemos
el objetivo de resolver la negociación lo más pronto posible. La negociación
está abierta y es central para la Argentina, pero también para el FMI”.
El ministro de
Economía, Martín Guzmán, ya había desechado anteayer esa posibilidad, al
calificar las versiones como “rumores infundados” y confirmar que el Gobierno
pagará al FMI una cuota de US$1892 millones que vence en diciembre próximo.
Rumores
Según pudo
constatar la nacion durante el periplo presidencial en Europa, Fernández y los
funcionarios que integraron su comitiva en Europa buscaron contrapesar que la
Argentina es una crónica “deudora financiera”, centralmente con el Fondo
Monetario Internacional (FMI), con el supuesto de que el país es “acreedor
ambiental”, mientras el mundo desarrollado proyecta una transición hacia un
aparato productivo limpio que requiere de financiamiento global. “Argentina
busca abrirse al mundo a partir de sus potencialidades”, dijo Cafiero, luego de
informar al gabinete encabezado por Juan Manzur sobre las alternativas de la
gira presidencial.
Según habían
afirmado fuentes de la delegación argentina en Glasgow, la propia directora
gerente del organismo, Kristalina Georgieva, barajó la posibilidad de un waiver
durante la reunión con Fernández en Roma. Aunque se trataba de una solución
precaria, la postergación le daría más tiempo al Gobierno para negociar el
acuerdo y postergar pagos previstos para fines de este año y el próximo, donde
también vence el plazo para pagar al Club de París. Por lo visto, el Gobierno
desechó esa posibilidad y sigue la negociación contra reloj con el FMI, atado
como está por sus urgencias electorales.
Además de escuchar
a Cafiero, y según afirmaron desde la jefatura de Gabinete, cada ministro
expuso las “principales líneas de gestión” de su área. También aparecieron el
cumplimiento del control de precios (que en el Gobierno evalúan como positivo),
y la “generación de trabajo genuino”, con la reconversión de planes sociales.
Sobrevoló, claro, la inminente elección, que definirá buena parte del destino
del gobierno del Frente de Todos.●
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