Por Juan Strasnoy
Peyre - A su regreso de las negociaciones con el FMI en Roma, Martín
Guzmán atenderá otro foco financiero,
en este caso relacionado con la deuda en pesos. El Ministerio de Economía
realizará mañana una doble operación: por un lado, licitará cinco títulos en
busca de al menos $25.000 millones; por otro, realizará un segundo canje anticipado
del bono dólar linked T2V1, uno de los mayores vencimientos de noviembre. En
ambos casos, la apuesta será por comenzar a despejar el calendario de
compromisos del mes de cara a un último bimestre del año en el que el Gobierno
apunta a acercarse lo más posible al cumplimiento de las metas de su programa
financiero.
En noviembre, según
números de la Secretaría de Finanzas, expiran títulos en pesos por unos
$313.000 millones. Pero de acá a la segunda licitación del mes, pautada para el
jueves 18, los compromisos suman algo menos de $10.000 millones,
correspondientes principalmente a pagos de intereses de algunos bonos y a la
primera Lelite que se emitió a mediados de octubre. Para aprovechar el bajo
monto a renovar, el miércoles el Tesoro saldrá en busca de una cifra mayor con
la intención de hacerse de un fondeo extra que le permita llegar con mayor
holgura a las siguientes colocaciones.
El mismo objetivo
persigue el canje del T2V1. Es que en la última semana del mes vencen unos
$270.000 millones, de los cuales casi $100.000 millones corresponden a ese bono
atado al dólar oficial. El vencimiento original de ese título era de más de
$178.000 millones, pero el 45% de se despejó en una primera operación de
conversión realizada el 5 de octubre.
Como contó este
diario, los funcionarios apuntan a incrementar el fondeo neto en el último
bimestre para intentar arrimarse a la meta trazada por Guzmán en su programa
financiero 2021, de la que se alejó en los últimos meses: financiar el 40% del
déficit fiscal con nuevo endeudamiento en pesos y el 60% restante con
asistencia directa del Banco Central. La premisa es que una mayor emisión
podría recalentar aún más las presiones cambiarias que, a caballo de la
cercanía de los comicios, se incrementaron en las últimas semanas.
Ante la
desaceleración del ratio de rollover de la deuda durante el segundo semestre y
el incremento del gasto (por factores estacionales más algunas medidas
pos-PASO), en los últimos meses el peso de la asistencia del BCRA ganó terreno
en la composición del financiamiento del Tesoro. Así, hasta octubre el mix de fondeo
se compuso en un 26% de deuda y un 74% de emisión. Además de ser una estrategia
del gabinete económico para estabilizar gradualmente las variables
macroeconómicas y restarle combustible al dólar, la reducción de la emisión es
una de las grandes exigencias del FMI en la negociación en curso.
Detalles de la licitación
La licitación será
la primera de noviembre y la última antes de las elecciones legislativas. La
Secretaría de Finanzas, que encabezan Rafael Brigo y Ramiro Tosi, pondrá sobre
la mesa un menú de cinco instrumentos. Luego de las últimas iniciativas
lanzadas por esa cartera, el BCRA y la Comisión Nacional de Valores (CNV) para
intentar apuntalar las colocaciones de deuda, dos destinatarios centrales de la
oferta de títulos serán los bancos y los fondos comunes de inversión (FCI).
En el caso de los
FCI, será a través de una nueva Letra de Liquidez del Tesoro (Lelite), un
instrumento de muy corto plazo lanzado exclusivamente para este tipo de
inversores institucionales. En este caso, habrá una Lelite a 22 días que se
colocará a $979,77 por cada $1.000 de valor nominal. El monto objetivo a
colocar en esta tercera emisión es de $5.000 millones. En su primera aparición,
a mediados de octubre, tuvo escasa demanda y captó $3.645 millones. En la segunda,
mejoró su performance y atrajo $13.771 millones.
Los otros cuatro
títulos que serán dos letras a tasa fija (Ledes) con vencimiento en enero y
marzo, y dos bonos atados a la inflación (Boncer) a septiembre de 2022 (T2X2) y
marzo de 2023 (TX23). Estos instrumentos saldrán sin precio mínimo, es decir,
que no habrá un techo de tasa a priori. Sin embargo, como referencia, en la
última licitación la Ledes a marzo se colocó al 42,79% nominal anual; y se
convalidaron rendimientos reales del 2,53% y el 3,51%, respectivamente, para
los dos Boncer.
En esta subasta debutará
la medida del BCRA que amplió el espectro de títulos públicos que los bancos
pueden suscribir para integrar como encajes en reemplazo de las Leliq. El
mecanismo había sido habilitado en junio para intentar apuntalar las
colocaciones de Finanzas, pero hasta octubre la duración de los bonos y letras
que las entidades podían utilizar para realizarlo era de entre 180 y 450 días.
Desde ahora, el plazo mínimo se redujo a 120 días por pedido de los propios
bancos, como contó Ámbito. Así, en esta licitación los bancos podrán apelar a
la Ledes a marzo y al T2X2 para integrar como encajes.
Canje del T2V1
Por otra parte, en
esta oportunidad el canje anticipado del T2V1 contará con dos opciones para los
tenedores que quieran participar. La opción 1 consta de una canasta integrada
por otros dos bonos dólar linked: un 30% irá al T2V2, que expira en noviembre
de 2022 y tendrá un precio de colocación de u$s1.048,85 por cada u$s1.000 de
valor nominal, y un 70% al TV23, que caduca en abril de 2023 y saldrá con un
precio de u$s1.019,79.
La opción 2
implicará pasar una parte de las tenencias de dólar linked a tasa fija en pesos
pero a cambio de llevarse un título más corto. La canasta es de un 30% en la
Ledes a febrero próximo (con un precio de $885,23 por cada $1.000 de valor
nominal) y un 70% también en el TV23 (al mismo precio que en la opción 1). En
ambos casos, al T2V1 se lo tomará a su valor técnico de u$s1.000,4389. El tipo
de cambio oficial fijado para la operación es el de este lunes: $99,825.
Fuentes oficiales
le dijeron a este diario que las opciones se diseñaron en función de distintos
perfiles de inversores y que en ambos casos tienen “un premio” respecto de los
precios de cierre del mercado secundario. Claro está que los tenedores que
participaron del primer canje recibieron un premio bastante superior debido a
la fuerte suba que tuvieron los precios de los bonos dólar linked desde
comienzos de octubre ante la creciente demanda del mercado de instrumentos que
brinden cobertura contra devaluación.
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