Por Mariano
Boettner - El ministro de
Economía Martín Guzmán cerró su gira por Italia, en la que participó
de la cumbre de jefes de Estado del G20 junto al presidente Alberto Fernández y
en el que mantuvo reuniones con los tres principales directivos del Fondo
Monetario Internacional, la directora gerenta Kristalina Georgieva, su
segundo Geoffrey Okamoto y la directora interina del Hemisferio
Occidental, Julie Kozack. Antes de partir hacia Buenos Aires, el
funcionario consideró que fueron encuentros “constructivos” y que aún trabajan
para “un acuerdo sostenible”.
El jefe del Palacio
de Hacienda tuvo una maratónica reunión este lunes en la embajada argentina en
Roma con Kozack y otros funcionarios del Fondo Monetario como el jefe de la
misión argentina Luis Cubeddu, que participaron de forma virtual. Guzmán
estuvo secundado por el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo
Beliz y, por Zoom, del director por la Argentina en el directorio del
FMI, Sergio Chodos.
A diferencia del
cara a cara entre el presidente Alberto Fernández y la directora
gerente Kristalina Georgieva, que se trató de un contacto de carácter
político, esta última parte de la agenda con el FMI fue específicamente
técnico, en un ámbito en el que ambas partes intercambian opiniones sobre cómo
debería ser la configuración final del nuevo programa financiero que reemplace
al stand by firmado en 2018.
Desde la capital
italiana y antes de emprender el regreso a Buenos Aires, el ministro de
Economía le dijo a Infobae que “tuvimos una jornada extensa de
trabajo constructivo con los equipos técnicos del FMI, buscando seguir
construyendo los entendimientos necesarios para obtener un acuerdo
sostenible que nos permita refinanciar la deuda que tomó el gobierno de Juntos
por el Cambio con el organismo”, mencionó.
En tanto, Guzmán
dijo que el nuevo programa buscará “asegurar las condiciones que hagan posible
darle continuidad al proceso de recuperación económica con generación de
trabajo y crecimiento de la inversión que está transitando la Argentina”,
concluyó.
Por otra parte,
respecto a las versiones sobre que las últimas conversaciones con el Fondo
Monetario en Roma incluyeron una posibilidad de evitar una declaración de
impago en caso de que las negociaciones se extiendan mientras caen las próximas
fechas de pago, Guzmán consideró: “No damos entidad a rumores infundados”.
Según había trascendido, se trataba de un waiver para acordar
con el organismo que no se dispare un evento de default mientras estén las
conversaciones en marcha.
Con el nuevo
acuerdo, el Gobierno buscará encontrar un nuevo calendario de devolución de los
USD 45.000 millones enviados por el Fondo Monetario al Tesoro nacional entre
2018 y 2019. El cronograma original prevé un repago de casi USD 20.000 millones
cada año en 2022 y 2023, algo que el Poder Ejecutivo ya descartó en su proyecto
de Presupuesto.
Guzmán tuvo el
lunes una reunión de más de 10 horas con Kozack y otros funcionarios del FMI
El Gobierno le pagó
al FMI este lunes casi USD 400 millones como parte del calendario previsto, y
debería pagar casi USD 1.900 millones más antes de fin de año si no logra
firmar un acuerdo. Se trata del anteúltimo compromiso hacia el FMI en lo que
queda del año: en diciembre la Argentina debería pagar casi USD 1.900 millones
más.
Con el pago
realizado este lunes al Fondo Monetario, el Gobierno de Alberto Fernández
acumula unos USD 2.470 millones abonados en lo que va del año. El giro más
oneroso realizado hasta el momento es el que tuvo lugar el 22 de septiembre
pasado, cuando la Casa Rosada tuvo que pagar casi USD 1.900 millones como parte
del primer pago de capital del préstamo Stand By firmado en 2018 durante el
gobierno de Mauricio Macri.
La agenda de
obligaciones de pago con el Fondo es mucho más exigente a partir del año
próximo. El Estado argentino debería, de no mediar la firma de un programa
de facilidades extendidas (EFF) como el que negocia Guzmán desde hace más de un
año, repagar cerca de USD 20.000 millones a partir de 2022, una suma imposible
de afrontar con un nivel de reservas como el que tiene el Banco Central en la
actualidad.
Desde Glasgow,
donde participó de la Cumbre del Cambio
Climático (COP26), Alberto
Fernández propuso que el Fondo Monetario Internacional (FMI) permita canjear la
deuda de los países en crisis por financiamiento de proyectos de medio
ambiente y habilite la posibilidad de utilizar los Derechos Especiales de
Giro (DEGs) para el desarrollo sostenible.
“Es fundamental
tener claro que sin financiamiento sostenible no habrá desarrollo sostenible y
que las responsabilidades, si bien comunes, son diferentes entre países. El
mundo en desarrollo necesita financiamiento genuino para avanzar con la agenda
que aquí discutimos”, argumentó el jefe de Estado en la sesión liderada
por los premiers de Gran Bretaña e Italia.
“Hago un
llamamiento para que seamos capaces de avanzar en un instrumento eficaz que nos
permita canalizar los Derechos Especiales de Giro (DEGs) para el desarrollo
sostenible. En el caso de América Latina y el Caribe, la canalización de estos
recursos hacia la banca regional de desarrollo es clave para apalancar la
transición tecnológica necesaria para revertir una dinámica preocupante que hoy
es evidente para todos”, dijo el mandatario.
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