Por Maxi Bagilet
- Con un mercado plagado de dudas e incertidumbre, una inflación que no muestra signos de mejora y un dólar libre rozando máximos históricos, las próximas dos semanas viviremos un escenario de alta
volatilidad.
En el plano
macroeconómico, el último relevamiento realizado por el Banco Central de la
República Argentina (BCRA) mostró una expectativa de crecimiento para este año que alcanzará el 7,6% del PBI, en
concordancia con las estimaciones realizadas por el Banco Mundial que, también,
exhibió un crecimiento en torno al 2,6% para 2022. Aunque, cabe destacar, que
venimos de un 2020 con una caída abrupta.
En cuanto a la
inflación, septiembre volvió a presentar datos negativos con una suba del IPC
alrededor del 3,5%, frente a un incremento del 2,5% en el mes anterior, dejando
una inflación interanual del 52,5%, muy por encima de lo esperado por el
mercado. Alimentos, vestimenta y salud llevaron la delantera en una
subida de precios que no parece aflojar, a pesar de los intentos del gobierno
por congelar y controlar los precios en góndolas.
El mercado
cambiario, por su parte, es reflejo de la incertidumbre. Con un dólar libre superando los $200 para el segmento
Contado con Liquidación, nuevamente dejó la brecha cerca del 100%.
Las expectativas
del mercado reflejadas en el mercado de futuros de Matba Rofex muestran un dólar oficial en torno a los $108. A
pesar de estar totalmente intervenido, supera ligeramente el 50% de tasa
implícita, es decir, la probabilidad de devaluación anual que
espera el mercado para los próximos meses.
Se ve con
preocupación la reversión en la tendencia bajista de la inflación que se
sustentaba en un tipo de cambio anclado y un control estricto de precios, y
que, a pesar de ello, no muestra signos de caída en el corto plazo. Sumado a
eso, el impacto de la venta de deuda hacia el BCRA sigue siendo una incógnita
para después de las elecciones generales.
En cuanto al
dólar, el aumento de la brecha mantiene alta las expectativas de
devaluación, obviamente desincentivando la liquidación de posiciones en
dólares, reduciendo el crecimiento de corto plazo.
Con este escenario
de alta incertidumbre, desde TSA Bursátil recomendamos
distintos tipos de carteras en relación a la aversión al riesgo, teniendo como
base el recaudo absoluto de cara al lunes después de las elecciones.
Para aquellos inversores adversos al riesgo, recomendamos posicionarse
un 80% en dólares billete, accediendo al tipo de cambio Dólar
Bolsa o MEP, que se ubica en promedio en $185 y permite
comprar cantidad ilimitada, a diferencia del dólar ahorro. El 20% restante, recomendamos colocaciones en obligaciones
negociables en dólares con vencimientos menores a los 12 meses, que
pagan un rendimiento en torno al 8% anual en moneda extranjera. Destacamos que,
a pesar del escenario macroeconómico antes descrito, todavía vemos con buenos
ojos colocaciones de corto plazo en empresas argentinas que mantienen buenas
proyecciones y ratios estables.
En carteras con riesgo medio, recomendamos un 25% de posición en dólares, 30% en obligaciones negociables
en dólares, 30% en CEDEARs y un 15% en bonos soberanos en dólares. En
cuanto a CEDEARs, nuestra cartera está diversificada entre materias primas,
tecnología, salud y energía, donde todavía vemos oportunidades a pesar de que
el mercado está cerca de máximos históricos. Con paridades del 35%, la apuesta
hacia bonos soberanos es meramente especulativa. Nominalmente los bonos
argentinos están a precios irrisorios, pero cuando uno analiza el escenario
macroeconómico, entendemos que todavía los grandes inversores no están entrando
en el mercado argentino.
Finalmente, para
la cartera de riesgo alto nos posicionamos un 30% en
CEDEARs, 20% en acciones argentinas del panel líder, 20% en obligaciones
negociables, un 20% en bonos soberanos y 10% en letras ajustables por CER, es
decir, con cobertura inflacionaria. La apuesta para esta cartera es un bull
market los días previos a las elecciones que, de darse favorable para el
mercado, podría continuar de corto plazo, con acciones líderes que valen menos
de un dólar y todavía están cerca de mínimos.
De momento,
desde TSA Bursátil no recomendamos colocaciones de corto
plazo en pesos. Con tasas reales negativas y un dólar presionando, nos
inclinamos por mantener posiciones dolarizadas de corto plazo, o al menos con
cobertura, la cual se puede obtener a través del mercado de futuros.
Asesor financiero
de TSA Bursátil.
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