Por Carlos
Arbía - Esa noche del 28 de octubre de 2011 solo estábamos 4 periodistas en la
sala de prensa del ministerio de Economía. Había sido una tarde de muchos
rumores. A las 20 hs, Sergio Poggi, el vocero del ministerio de Economía, nos
convocaba al Salón Padilla del 5° piso para una conferencia de prensa que
esperábamos.
Sentados de frente
en la mesa oval grande estaban el ministro de Economía Amado Boudou, el
titular de la AFIP Ricardo Echegaray y el secretario de Finanzas
Hernán Lorenzino. Ellos fueron los encargados de anticiparnos la medida
que se venía.
Éramos cuatro los
periodistas presentes acreditados en el Salón Belgrano del ministerio de Economía. Fuimos
los primeros en enterarnos de la medida que iba a tomar el Gobierno de Cristina
Fernández de Kirchner, quien el 23 de octubre había sido reelecta con el 53 por
ciento de los votos. Su compañero de
fórmula era Amado Boudou. Ya varios de nosotros sabíamos que el reemplazante de
Boudou sería Lorenzino y pensábamos que algo de eso nos venían a contar. Pero
la sorpresa era para todos la presencia del titular de la AFIP Ricardo
Echegaray.
Boudou lanzó la
primera frase si anestesia: "A partir del lunes, el que
quiera ahorrar en dólares deberá tener el visto bueno de la AFIP para
poder comprarlos y tendrá que demostrar ingresos que respalden la compra de
esas divisas". Nos dejó helados a quienes los escuchábamos en la charla
explicativa.
Ante el asombro,
uno de los periodistas presentes exclamó: "Entonces mi hermano que no está
anotado en la AFIP no va a poder comprar más dólares". Ninguno contestó.
Otro de los periodistas manifestó: "Esto es un control de cambios".
Tampoco hubo respuesta de los funcionarios.
Echegaray nos
adelantó que el 28 de octubre de 2011 se iba a publicar la Comunicación A 5239
del Banco Central. Con esta se creaba el llamado "Programa de Consulta de
Operaciones Cambiarias", mediante el cual la AFIP validaría o no las
solicitudes de compra de divisas con un régimen que implementó mediante la
resolución 3210 y 3212 a partir del 31 de octubre. De esa forma, quedó
formalmente impuesto el cepo cambiario.
Fue el primer día
de noviembre de 2011 cuando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner puso en
marcha un inesperado cepo a la compra de dólares. La cotización del
dólar oficial era de $4,30 y el paralelo llegaba a 4,80 pesos, marcando una
brecha de un 20 por ciento. El adelanto de lo que iba a venir se había hecho el
viernes previo, a última hora.
Es un dato que
sirve para explicar lo que pasó con el dólar desde ese momento hasta ahora.
Ayer llegó al récord histórico de 197 pesos. En ese entonces, con un
billete de 100 pesos se podían comprar 20 dólares en el mercado libre mientras
que hoy solo se puede comprar medio dólar.
Efectos
negativos del cepo
Hay varios efectos
negativos que podemos señalar que originó el cepo entre fines del 2011 y fines
del 2015 y desde septiembre del 2018 hasta el presente.
1- Cuando se impuso
el cepo en 2011, la inflación anualizada era del 25%, y este año se irá a votar
con una tasa de inflación superior al 50%. El cepo no solo no ha
logrado reducir el ritmo anual de inflación pese a fijar el tipo de cambio
nominal, sino que logró que aumente y sea una de las más altas del mundo.
2- El Producto
Bruto Interno (PBI) per cápita en el 2011 llegaba unos 18.000 dólares y ahora
está en un valor cercano a los 14.000 dólares, el más bajo de la última
década. El cepo ha vuelto a los argentinos más pobres.
3- En términos de
reservas internacionales, el pico fue cuando se instrumentó el cepo en 2011 que
llegaba a superar los 40.000 millones de dólares. Hoy se ubican en unos u$s
9.000 millones netas de encajes, swaps y repos. Lo peor fue, precisamente, en
el 2015, cuando asumió el macrismo que llegaban a unos u$s5.155 millones y
antes de las PASO del 2019 estaban en mejores condiciones, en unos
u$s22.000 millones. El cepo no ha logrado evitar la pérdida de reservas
internacionales del BCRA.
4- El ritmo de emisión
monetaria del BCRA para financiar el déficit fiscal no será sostenible por
mucho tiempo más porque claramente esa mayor emisión generará una mayor
inflación y una deuda interna en pesos que será muy difícil de refinanciar en
particular las Leliq emitidas por el BCRA. Este año se calculan emitir casi 2
billones de pesos. El cepo ha provocado una mayor emisión monetaria.
5- La actividad
productiva comercial exportadora e importadora se ha resentido por el aumento
de la demanda de dólares por parte de una fracción de la población y las
empresas, porque debilitó el consumo. El cepo ha provocado una
retracción de la actividad económica.
6- Se agudizó la
tensión en el mercado de cambios: al no resultar efectiva las ventas de dólares
del BCRA, perdiendo reservas, porque la brecha entre el tipo de cambio libre y
el oficial llega al 80 por ciento mientras que hace 10 años esa brecha llegaba
al 20 por ciento. El cepo ha elevado la brecha cambiaria.
7- Se generó una
especie de Inconsistencia de la política económica, porque se alimenta el
exceso de pesos para financiar un déficit fiscal que se proyecta a más de 4%
del PBI, mientras que se reducen las reservas en divisas del Banco Central y se
atrasa el tipo de cambio oficial a niveles comparables con el que se había
acumulado en tiempos de Alfredo Martínez de Hoz. El cepo ha generado
un aumento del déficit fiscal.
8- Se produjo nuevamente un atraso tarifario y de
deudas pendientes. En el futuro habrá que revertir el fuerte atraso de las tarifas públicas para los sectores de altos
ingresos, para poder comenzar a reducir el abultado déficit fiscal, vía la
disminución de los denominados subsidios en particular a las tarifas de
electricidad y de gas. Por el cepo, se ha vuelto a tener retraso cambiario y
retraso tarifario
9- En los últimos
10 años, a pesar del cepo se produjeron dos reestructuraciones de deuda pública
y pese a ello hoy es mayor que la aquel entonces con el agravante que en el
2018 la Argentina debió pedir prestados unos u$s45.000 millones al FMI de un paquete
de ayuda que todavía esta renegociando porque no se puede pagar la
misma. El cepo ha generado un mayor endeudamiento interno y externo.
10- En términos de
empleo privado, también se llega en el peor momento de los últimos 10 años. Hoy
hay 5,8 millones de trabajadores registrados y está peor que antes de las PASO
del 2019. El mejor año electoral en términos de empleo fue el 2015, cuando
había 6,26 millones de personas registradas en el sector privado. El salario
privado registrado muestra un valor en promedio (en pesos constantes a
agosto de este año) de unos 94.000 pesos. Es el más bajo de los últimos 10
años y es el correlato de una mayor tasa de pobreza por la alta inflación y los
bajos salarios nominales. El cepo jugo en contra de los aumentos de salarios
reales de los trabajadores.
Uno de los ejemplos
de lo ineficiente que ha sido el cepo se puede ver cuando analizamos la
evolución del tipo de cambio en Argentina y en Brasil en ese periodo. En
noviembre de 2011 el valor de dólar oficial en nuestro país era de 4,40 pesos
mientras que el paralelo llegaba a 4,80 pesos registrando una brecha cambiaria
del 20 por ciento. En Brasil, el valor del dólar llegaba a los 2,50 reales.
Luego de casi 10 años el valor del dólar en Argentina en el mercado oficial es
de 100 pesos y en los mercados alternativos el máximo es de 197 pesos. En tanto
que en el país el valor del dólar oficial esta en los 5,70 reales.
La evolución de la
cantidad de productos en el programa de Precios Cuidados es otro ejemplo. Se
arrancó en enero de 2014 con unos 180 productos y ahora el Gobierno congela los
precios de más de 1.400 productos hasta enero del año próximo. El resultado ha
sido pésimo más allá de los aumentos de precios que han tenido en dicho periodo
a pesar de haber estado cuidados por el kirchnerismo y el macrismo.
Otro de los malos
ejemplos del manual del cepo es utilizar bonos del Estado en lugar de vender
dólares en el mercado para controlar el precio de los dólares alternativos. El
problema es que por la caída en el precio de los bonos estos tienen
una tasa de retorno muy elevada, que empuja a la suba la tasa de riesgo
país. Los bonos soberanos rinden entre el 18% y 21% anual en dólares, una tasa
que no invita a la inversión en nuestro país.
Mecanismos para
restringir aún más el dólar
Luego de instaurado
el cepo en noviembre de 2011, el Gobierno siguió creando distintos mecanismos
que restringieron aún más la tenencia de divisas. Lo que restaba de 2011 y 2012
fue el período en el que se publicaron la mayor cantidad de medidas. En todo el
2012 el cepo fue ganando terrero, primero alcanzando a las empresas que debían
comprar los billetes verdes para cumplir obligaciones, ya sea para el pago de
importaciones o para girar dividendos.
La creatividad kirchnerista sumó los recargos a las compras
en el exterior con tarjetas de crédito y débito, y la adquisición de pasajes al
extranjero y los paquetes turísticos. Primero el recargo fue del 15% pronto llegó al 20%, hasta alcanzar el
35% en diciembre de 2013. El 2014 con Axel Kicillof como ministro de Economía
transcurrió con sus vaivenes, con mayor apertura para empezar a atesorar con
dólares, pero pagando el recargo del 20% y todo seguiría más o menos igual,
hasta que asumió el nuevo gobierno de Cambiemos y el cepo fue eliminado.
Pero también se
siguieron sumando restricciones hasta pocos meses antes de que Cristina
finalizara su mandato en diciembre del 2015. Por ejemplo, el 27 de octubre de
2015 el BCRA recortó los dólares que tendrían autorizados las empresas en forma
semiautomática de u$s150.000 a u$s75.000.
"El costo del
cepo fue la generación de un mercado cambiario paralelo que alentó diversas
operaciones de elusión del mercado oficial para ganancias especulativas con las
diferencias de cotización de la divisa entre los diversos mercados. Además del
descontento en algunos sectores sociales (empresas transnacionales, grupos
económicos locales, sectores medios, importadores) por las restricciones a la
compra de divisas", explica el economista Marcelo Elizondo, titular de la
consultora DNI.
A principios de
diciembre de 2015, en los últimos días del segundo Gobierno de Cristina
Fernández, los daños del cepo en la economía estaban a la vista.
Las exportaciones se movieron después del cepo con una performance
peor al promedio regional y cayeron en volumen y había un dólar oficial de 9,50
pesos y un dólar paralelo a 15 pesos. Una situación muy parecida a la actual
con un dólar oficial de 100 pesos y los financieros alternativos
entre 175 y 185 pesos con brechas cambiarias parecidas.
El cepo desapareció solo cuatro años. Entre el 2016 hasta
que septiembre de 2019 cuando el gobierno de Mauricio Macri lo volvió a ponerlo en marcha y tomo
más vigor.
Luego que Alberto
Fernández ratificara su triunfo en las elecciones generales el cepo se siguió
reforzando. La corrida cambiaria estalló al día siguiente de las primarias de
agosto de 2019, en los que claramente se imponía el Frente de Todos y el valor
de la divisa estadounidense pasó de 45 pesos a los $60 sin escalas, y
aparentemente sin techo. A los pocos días, el ministro Nicolás Dujovne
presentaba su renuncia, impotente ante la escalada del dólar.
La crisis cambiaria
hizo que el gobierno saliente de Mauricio Macri echara mano de aquello que
había repudiado en campaña electoral. El cepo volvió en octubre de 2019, esta
vez con un límite de compra por persona de u$s10.000 mensuales, que tras el
triunfo de Fernández bajaría dramáticamente a u$s200 y las compras se podían
deducir del 35% del impuesto a las Ganancias.
Llega el impuesto PAÍS
El nuevo gobierno
del Frente para la Victoria llegó en diciembre de ese año y, lejos de aflojar
la cuerda, agregó el impuesto PAÍS, de 30% sobre la compra de moneda
extranjera y consumos en moneda extranjera, conocido con el ridículo
nombre de "dólar solidario". Esto dio pie a un nuevo escenario
cambiario, en el que pugnaban por protagonismo el dólar oficial, el paralelo o
"blue", el ya mencionado solidario o "Turista", además de
los financieros, el MEP y el contado con liquidación. La Argentina es el único país del mundo que encarece el dólar para las
compras de particulares con dos impuestos.
Pero el cepo se
siguió reforzando. Los últimos retoques comenzaron este año luego de pocas
horas antes de la final entre Argentina y Brasil del 12 de junio por la Copa
América, donde el Gobierno aprovechó el clima futbolero para reforzar el cepo
al anunciar nuevos límites para las compras semanales de bonos utilizados en
la compra de dólar contado con liqui (CCL). Además, impuso nuevos
requisitos de parking para que los operadores demoren más tiempo entre la
compra del bono y su venta a cambio de dólares en el exterior.
Por último, en
septiembre pasado frente a una nueva salida de dólares, el BCRA se vio obligado
a reforzar nuevamente el cepo. La filtración más preocupante por donde se iban
dólares oficiales eran los pagos de importaciones. En agosto superaron los
u$s6.000 millones y septiembre un monto superior. Lo curioso es que se trata de
niveles muy bajos de importación para un país como Argentina, pero muy altos
para un mercado cambiario tan raquítico.
El elevado nivel de
la brecha cambiaria superior al 90 por ciento es un fuerte condicionante. Es un
número insostenible para la macro y para el mercado de cambios aun siendo 2021
el mejor año exportador en muchos años. La otra filtración eran las
ventas de dólares en el CCL: en poco tiempo pasaron de u$s200 a 400 millones
mensuales, lucían sin techo y aun así la brecha subió.
Las últimas medidas
del BCRA apuntan a reducir fuerte los pagos de importaciones y reducir las
ventas de Dólar Contado Con Liqui sin que se escape más la brecha.
Casi inmediatamente de aplicado el freno importador, el BCRA dejó de vender
dólares oficiales y empezó a comprar.
Con la mayor
regulación en el CCL, el BCRA en octubre comenzó a comprar dólares. Lo complicado
será sostener congeladas la brecha cambiaria cercana al 80 por ciento dado que
este es un período de alta emisión de pesos para financiar al Tesoro y de tasas
reales de interés muy negativas. El objetivo del BCRA es ganar tiempo en
octubre y, con suerte, en noviembre y diciembre para que las reservas netas no
sigan bajando y la brecha no aumente.
Esta economía no
tolera más inflación, emisión de dinero, deuda, ni pobreza. Todos los
indicadores actuales son peores que los de fines de 2011 cuando se instrumentó
el cepo. Toda emisión sin respaldo va a generar dos problemas: por un lado, más
inflación y, por otro, un incremento en la brecha entre los dólares
alternativos (Dólar Bolsa, Contado Con Liqui o Blue) y el dólar oficial.
Los dólares alternativos estarán claramente a la suba. El dólar
oficial, el Gobierno lo utiliza como ancla para sostener los precios, el
resultado una mayor brecha entre dólar oficial y dólares alternativos, que
aleja a los inversores. La gran incógnita en función de lo observado en
estas últimas tres semanas es saber si
el Gobierno tendrá que seguir restringiendo el acceso a la compra de dólares de
los argentinos. ¿El BCRA seguirá subsidiando la venta del dólar ahorro después
de las elecciones del 14 de diciembre?
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