Por Javier Blanco -
Los precios del dólar que se pactan en el mercado local más activo de futuros
ya ubican a esa divisa por encima de los $135 desde mayo de 2022: es un valor
$5 superior a los $131,10 que plantea el proyecto de presupuesto enviado por el
Gobierno para el cierre de ese año.
Es uno de los datos
que demuestran que el mercado ya no le cree mucho al ministro de Economía,
Martín Guzmán, quien se esforzó el fin de semana por desmentir un salto
devaluatorio o un fuerte aumento en el ritmo de ajuste del tipo de cambio
oficial.
“Hay muchos
diciendo ‘se viene una devaluación’. El año pasado decían lo mismo, dijimos
‘no’, y no pasó. Ahora decimos lo mismo, ‘no’, no va a haber devaluación”,
afirmó el fin de semana en una presentación, haciendo gala de una memoria
selectiva, sobre todo viniendo del mismo funcionario que juraba que la
inflación este año sería del 29% (llegó al 37% en solo 9 meses y con dólar y
tarifas pisadas).
Su tajante definición no cambió la tendencia
del mercado.
Las tasas
implícitas que surgen de los precios que se pactan en estas plazas (el dato a
mirar, ya que son contratos que se liquidan en pesos) superan el 70% efectivo
anual para los de febrero del año que viene en adelante y no aflojaron nada
luego de aquellos dichos.
Los analistas
coinciden en describir al mercado como convencido de que la actual política
cambiaria, que consiste en ajustar el tipo de cambio un tercio de la inflación
(y provocó una fuerte revaluación del peso), es insostenible.
De allí que esperen,
en el mejor de los casos, una resolución a la usanza de enero de 2014 (cuando
se habilitó un ajuste del 25% del dólar en tres días, tras permitir por dos
años deslizamientosdel 8% anual promedio) o una aceleración del crowling peg
que aplica el Banco Central (BCRA), que casualmente ayer permitió la más alta
“corrección nominal del tipo de cambio mayorista para un día desde el 28 de
abril pasado”, hizo notar el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios.
Por eso, la demanda
de coberturas excede al mercado de futuros: deja rastros en la demanda de bonos
dollar linked; en la de fondos de inversión expuestos a ellos o en los precios
récord que marcan los precios menos regulados del dólar.
Apuntan, además,
que esta se solidificó al emerger diferencias entre el Gobierno y el FMI, y
hacerse cada vez más públicos los cuestionamientos del núcleo más duro de la
coalición gobernante a un acuerdo que se especulaba encaminado hace unos meses
atrás.
Palabras autorizadas
“Los precios del
dólar futuro se empinan fuerte pasadas las elecciones, con bastante volumen en
enero y febrero, posiciones que cotizan con tasas nominales (TNA) del 56,2% y
59,6%. ¿Eso incluye un escenario de confrontación con el FMI? No
necesariamente, porque se sabe que cerrar con el FMI implicará un camino
gradual de compresión de brecha cambiaria para poder recuperar reservas”,
explicó Juan José Vázquez, de Cohen.
“Creo que el
mercado espera una adecuación cambiaria producto de la negociación con el FMI.
Se sabe que eso incluiría una baja de la brecha que no se espera que llegue por
una caída sustantiva de los dólares alternativos, sino que sea alentada por una
mayor suba del oficial”, coincidió el analista Andrés Reschini, quien apuntó
que las tasas (TEA) desde febrero en adelante ya cubren ante una eventual
devaluación del 26% del peso hasta fin de marzo.
El economista
Javier Marcus, gerente de Southern Trust, explicó que el de futuros es
básicamente un mercado de expectativas. “Si no logra mostrar la desconfianza en
meses anteriores es porque se descontaba que no habría cambios al menos hasta
las elecciones y porque las posiciones hasta fin de año [N. de la R.: que citó
Guzmán] están muy intervenidas por ventas del BCRA, lo que mantiene bajas las
tasas”.
Lo que se ve en los
plazos posteriores es la desconfianza y la consecuente búsqueda de coberturas
del mercado. “Es algo habitual en tiempo de elecciones, pero más acentuado
ahora porque hay cepo, más restricciones a las importaciones y la inflación no
da tregua. De hecho, creo que parte de la mayor demanda de las últimas semanas
puede estar relacionada con importadores a los que dejaron ahora fuera del
mercado, pero creen que más adelante les van a vender, por lo que se cubren con
futuros”, señaló.
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