Por Rafael Mathus
Ruiz - El futuro embajador de Estados Unidos en la Argentina, Marc R. Stanley,
dijo que el gobierno de Alberto Fernández todavía debe presentar un plan
económico para encaminar un acuerdo con el FMI por la reestructuración de la
deuda.
En la audiencia de
confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano,
Stanley criticó la política de derechos humanos del Gobierno, dejó una
advertencia por la creciente presencia de China en el país y mencionó que hubo
empresas que se fueron debido a “barreras regulatorias”.
El futuro
embajador, un abogado y líder de la comunidad judía de Texas cercano a Joe
Biden, remarcó que la deuda con el Fondo Monetario Internacional es “enorme” y
que “el problema” es la falta de “un plan macro para devolverla”.
Stanley lamentó que
la Argentina no se haya sumado al pedido de reformas en Venezuela, Cuba y
Nicaragua.
Stanley también
criticó la política de derechos humanos del Gobierno, dejó una advertencia por
la creciente presencia de China en el país y mencionó que hubo empresas que se
fueron debido a “barreras regulatorias”.
Durante su
audiencia de confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de
Estados Unidos, Stanley remarcó que una de las prioridades de su futura gestión
como representante de la Casa Blanca en Buenos Aires será la economía, y dejó
en claro que el Gobierno aún “debe construir un marco de política
macroeconómica” para estabilizar el país y terminar de dejar atrás la crisis,
un reclamo que ya había hecho previamente el Tesoro, y que han repetido a lo
largo de los últimos meses el Fondo, empresas, inversores y bonistas de Wall
Street en medio de las conversaciones con el organismo que lidera desde hace ya
casi dos años el ministro de Economía, Martín Guzmán.
“La Argentina es un
hermoso autobús turístico al que las ruedas no le están funcionando
correctamente”, dijo Stanley, al responder una pregunta sobre la economía
argentina. “La deuda del FMI, 45.000 millones de dólares, es enorme. El
problema, sin embargo, es que es responsabilidad de los líderes argentinos
elaborar un plan macro para devolverla, y aún no lo han hecho. Dicen que ya
pronto viene uno”, indicó.
Stanley mencionó
las reuniones que mantuvo la semana pasada en Washington el secretario de
Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, con el asesor de Seguridad Nacional de
Biden, Jake Sullivan, y dijo que la embajada en Buenos Aires y el Departamento
de Estado están comprometidos en trabajar con el gobierno argentino para
encontrar una solución que termine de encarrilar a la economía.
Pero Stanley
enfatizó que, en última instancia, el futuro de la economía y de la negociación
con el Fondo depende del plan que eventualmente presente el gobierno de Alberto
Fernández.
“Estados Unidos, la
administración Biden, se reunieron con ellos incluso la semana pasada. La
embajada en Buenos Aires y el Departamento de Estado están comprometidos para
encontrar formas constructivas de ayudar. Pero al final depende de ellos idear
un plan que los encamine. El Covid ciertamente no ha ayudado a la situación en
absoluto. La buena noticia es que se han recuperado. Pero no hay problema más
importante que volver a poner de pie la economía porque son un gran socio bilateral
para nosotros, para el comercio y la economía, y necesitamos un socio que sea
económicamente saludable”, cerró.
El reclamo de
Stanley fue el mensaje más contundente del gobierno de Biden hasta el momento
sobre las demoras del gobierno argentino para encaminar la discusión con el
Fondo. Y volvió a dejar al descubierto la incertidumbre que reina en Washington
respecto del rumbo del gobierno del Frente de Todos. Días atrás, la directora
gerente del FMI, Kristalina Georgieva, había dicho también que la Argentina
necesita un plan “creíble y sólido” para ordenar la economía. Guzmán discute
desde hace casi dos años con el staff del FMI el camino para refinanciar la
deuda que dejó el gobierno de Mauricio Macri, pero nada indica que el acuerdo
técnico esté cerca de cerrarse. El Gobierno ha puesto como condición sine qua
non para avanzar en la negociación que el FMI elimine los sobrecargos en su
tasa de interés que le cobra a la Argentina, que Guzmán estima que permitiría
un ahorro de mil millones de dólares anuales. La próximo cumbre del G-20 en
Roma será decisiva para ver si ese pedido tiene posibilidades de prosperar.
Stanley también criticó la política de derechos humanos del gobierno de Alberto
Fernández al indicar: “La Argentina aún no se ha unido a Estados Unidos y otros
países para presionar por reformas significativas en países como Venezuela,
Cuba y Nicaragua”. Fernández ha tenido una postura ambivalente respecto de los
abusos en foros internacionales, y se ha negado a respaldar resoluciones de
condena en la Organización de los Estados Americanos (OEA) apoyadas por Estados
Unidos. El futuro representante norteamericano en Buenos Aires, quien aún debe
ser confirmado por el Senado, dijo que planea involucrarse con el Gobierno para
“buscar formas de lograr nuestro objetivo común de un hemisferio que honre
nuestros más altos ideales”. Stanley también dejó una advertencia por la
avanzada de China en el país y las discusiones por la red 5G.
“A medida que
Estados Unidos ve una mayor competencia con la República Popular China en la
Argentina y en otros lugares, haré que sea una prioridad mantener los pies en
el fuego, especialmente cuando productos como la tecnología 5G inferior a la
del mercado están ingresando al mercado, y permitiendo que China acceda a todos
los datos e información entre la gente de la Argentina –remarcó en su
testimonio escrito–. De ser confirmado, trabajaré con los socios argentinos
para defender el Estado de Derecho y cumplir con los más altos estándares
ambientales, sociales, de privacidad y laborales en todo el mundo”.ß
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