Por Daniel
Fernández Canedo - La incertidumbre sobre el futuro económico argentino de
corto plazo sigue sumando argumentos.
La aplicación forzada de un congelamiento de precios por 90
días para 1432 productos lanzada por un Secretario de Comercio que asumió
hace diez días y recogió apoyos condicionados en el oficialismo, y críticas
fuertes de los empresarios, agregó más dudas que certezas.
Por lo pronto, los
estudios privados que siguen de cerca la marcha de los precios pronostican que
la inflación de este mes rondaría
3,3%, bastante cerca del 3,5% de aumento del costo de vida de septiembre
que prendió la luz roja del tablero oficial y dio por tierra con la
apuesta del ministro Martín Guzmán de inflación a la baja en el segundo
semestre del año.
La inflación en la
Argentina está "desanclada" dijo el Fondo
Monetario Internacional y
en lo doméstico se tradujo en que la estrategia oficial de retrasar al dólar
oficial frente a la inflación, que siguió a la original de comienzos de 2021 de
mantener al tipo de cambio indexado, dejó de ser efectiva para frenar
el avance de los precios.
Una brecha
cambiaria superior al 80% puso en la nebulosa el cálculo del valor de
reposición de los productos con componente importado que hoy venden las
empresas.
El cruce entre el
retraso del dólar oficial y el bajo nivel de reservas del
Banco Central fue cimentado la idea de que la política cambiaria actual no
podrá sostenerse en 2022
Es a partir de ese
supuesto que ahorristas e inversores buscan cobertura, algunos en un
dólar liso y llano como lo evidencia la presión compradora en los últimos días
en el mercado del "contado con liquidación" y
"senebi" y otros por la compra de
bonos dolar-linked que los expertos sugieren para aquellos
compradores que apuesten a que finalmente el gobierno terminará devaluando con un salto cambiario.
El ministro Martín
Guzmán (si bien es obvio que no puede decir otra cosa) asegura que no habrá tal
salto cambiario y que la actualización sería gradual.
En ese caso la
pregunta es ¿que pasará con la inflación si el tipo de cambio en vez de
ralentizarse se acelera?
Los que apuestan a
esa salida estarían optando por los bonos atados al CER (costo de
vida) en vez de los dollar-linked con el supuesto de que se cumpla el
pronóstico de algunos economistas -por caso de Emmanuel Alvarez Agis- que
prevén que el mejor resultado para 2022 es que la inflación repita el nivel de
este año que, en términos anuales, va por 52,5%.
El congelamiento,
por otra parte, busca actuar como tapa de una olla a presión generada al
calor de la emisión de pesos que concreta el
plan "platita" en el bolsillo con fines electorales.
Se
inyectan pesos por un lado en el intento de expandir
el consumo (la experiencia reciente indica que un exceso de
emisión se cobra la factura con un salto inflacionario con el correr de
los meses) y, por otro, se busca imponer un congelamiento en momentos en que a
la gente los pesos le queman en la mano.
Si con el dólar
retrasado y las tarifas y las naftas congeladas (a pesar de la suba
mundial del petróleo) la inflación de estas semanas es la que es,
despreocuparse de la emisión de pesos y alardear con el plan
"platita" para todos (el ministro de Trabajo dice que se pueden
volver a abrir las paritarias si los aumentos del orden del 45-50% resultasen
insuficientes) habrá que esperar la construcción de nuevos diques de
contención para despues de noviembre.
¿Será el tan meneado acuerdo con el FMI?
En el marco de
incertidumbre económica actual hasta el posible acuerdo con el Fondo podría
resultar insuficiente si no consigue dar vueltas las expectativas a
favor de que la Argentina tiene posibilidades de un futuro mejor, lo que
implicaría revertir el pesimismo que reflejan las encuestas sobre el ánimo
de la población en estos meses.
Mientras el Banco Central actúa fuerte en el dólar futuro vendiendo cobertura
(este mes las operaciones superarían el equivalente a US$ 2.300 millones), la
tonelada de soja ya no está en US$ 520 como a principios de año sino
a US$ 449, el petróleo Brent ronda US$ 84 y el dólar en Brasil trepa mejorando su competitividad en la región. Ya no soplan tanto
los vientos de cola desde el exterior para la economía argentina.
En el mundo
económico se destaca la preocupación por la mayor inflación en Estados Unidos.
Cada vez más expertos opinan que la era inédita de la"tasa
de interés cero" va llegando a su fin. La dirigencia argentina, tan
concentrada en la elección, podría ir tomando nota y dejando de postergar
algunas vías de solución para los problemas de fondo que enfrenta el país.
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