Por medio de un
duro comunicado, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina
(AmCham) repudió el esquema de congelamiento de precios que impuso el Gobierno
no decreto y expresó su preocupación “frente a recetas artificiales para
el control de la escalada inflacionaria”. Además, le encomendó a las
autoridades a continuar el diálogo con el sector empresario, “en la búsqueda de
soluciones consensuadas y aplicando políticas públicas realmente eficientes
para combatir este flagelo”.
Las críticas de la
Cámara su sumaron otras similares de la Asociación Cristiana de Dirigentes de
Empresas (ACDE), la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que agrupa a los empresarios
más importantes del país, la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios
de Argentina (Copal) y
la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
AmCham eligió tres
frases de Albert Einstein para pedirle al Gobierno que de marcha
atrás con las medidas de Roberto Feletti, nuevo secretario de Comercio
Interior:
- “No pretendamos
que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo”
- “Quien atribuye a
la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a
los problemas que a las soluciones”.
- “El principal
inconveniente de las personas y los países, es la pereza para encontrar las
salidas y soluciones”.
La Cámara aseguró
que el control vigente de precios no es una medida que colabore a luchar contra
la inflación. “La experiencia de la Argentina y mundial es muy elocuente en
cuanto a que los congelamientos de precios no resuelven este problema, muy por
el contrario, lo transforma en una bomba de tiempo que tarde o temprano hará
eclosión. Sólo se logra reprimir precios durante un periodo y luego vuelven a
sus niveles de equilibrio. Con este congelamiento lo que se va a generar es que
el arrastre futuro sea de un mayor nivel de precios cuando la medida termine”,
expresaron.
Asimismo,
destacaron que la resolución 1050/21 de Comercio Interior –que fijó precios de
1.500 productos hasta el 7 de enero de 2022– “no logra resolver los
desequilibrios macroeconómicos que dan origen a la inflación”, al tiempo que
exigieron un “plan de estabilización que de señales claras sobre la política
monetaria y fiscal”.
En un extenso
comunicado, la entidad cuyo CEO es Alejandro Díaz explicó que en
situaciones normales, y más aún en medio de una pandémica, la industria de
alimentos, bebidas, higiene y consumo masivo suelen ser la locomotora de desarrollo
para cualquier plan de reactivación, cosa que no pasa en el país. Es más,
destacó que el Gobierno nunca tuvo en cuanta los planes que enviaron las
empresas: “muchos de los precios incluidos en el anexo de la resolución no
corresponden a los vigentes al 1ro de octubre del 2021, siendo inferiores de
hasta más del 50% del valor actual), no fue considerado aun el pedido de
generar un espacio de intercambio que permita clarificar las realidades y
posibilidades de los distintos sectores o empresas y encontrar en conjunto un
acuerdo sostenible”.
“El hilo siempre se
corta por lo más delgado, las damnificadas volverán a ser las más de 185.000
pymes, para quienes el daño en la aplicación de la resolución, puede ser su
supervivencia o el cierre definitivo”, afirmó la entidad y habló, de manera
algo elíptica del desabastecimiento cuando enumeró las causas por las que
pueden faltar productos en las góndolas: demanda u oferta
insuficiente “por problemas en la producción, o de rentabilidad negativa,
o problemas de operabilidad y logística, o la reorganización de la cadena de
distribución”.
También criticó los
mecanismos de fiscalización que no sólo “intensifican la carga burocrática de
las empresas, sino que no dan respuesta a los problemas de fondo”. En ese
sentido, se le pidió al Gobierno que analice la cadena en detalle para
identificar los obstáculos reales, “como costos elevados de logística y
distribución, carga impositiva creciente e insostenible, ineficiencias o falta
de interés político en la aplicación de mecanismos de control de las
operaciones informales, costos incrementales relacionados con la pandemia,
entre otros”.
Finalmente, AmCham
enumeró los riesgos de estas políticas: imposibilidad de generar nuevos
empleos, limitación a nuevas inversiones y un “ambiente regulatorio hostil,
restrictivo e imprevisible”.
“Hoy, más que
nunca, es necesario que el gobierno desarrolle políticas de acompañamiento al
empleo y la inversión y recree las condiciones para un clima de negocios
previsible, en base a las reglas de la libre empresa, siendo este el único
camino posible hacia una recuperación sustentable de nuestra economía”, cerró
la cámara que representa a las empresas estadounidenses en el país.
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