Resta una incógnita central, que posiblemente se resuelva más adelante: si el tipo de cambio será administrado o libre cuando se produzca la unificación cambiaria.
Las decisiones de política cambiaria comenzarán a tomar velocidad desde las primeras semanas del año que está por comenzar. Algunas determinaciones incluso ya tuvieron su concreción en la parte final del 2024. Este lunes, por caso, dejará de existir el Impuesto PAIS y la cotización de algunos de los dólares paralelos -en este caso, el turista y el importador- variará. El turista solo estará alcanzado por una percepción de 30% y el importador también se abaratará.
Así, esos tipos de cambio se acercarán un poco más al dólar oficial, que es la intención que persigue el equipo económico desde mitad de año. La gran incógnita que el mercado todavía busca aclara es si este efecto hará que las importaciones crezcan -no solo por un rebote esperado en la economía sino por un precio más conveniente- y si crecerá el consumo en dólares con tarjeta que pueda impactar en las reservas.
Según estimaciones del BCRA, la mitad de los gastos de este tipo se realizan con dólares propios y la otra mitad a costa de las arcas de la autoridad Ya entrado el año próximo, la primera variable a observar será el ritmo de la inflación minorista. La clave ahí es saber si el IPC de diciembre, que se conocerá a mediados de enero, tuvo un comportamiento similar al de noviembre. Si eso sucediera, anticipó el ministro Luis Caputo, el ritmo de suba de precios habrá hilvanado tres meses en un nivel compatible con el ritmo actual de crawling peg (2% mensual desde hace un año) y eso abrirá la puerta para un retoque del esquema.monetaria.
A priori, la idea sería que desde el momento en que el mercado ya absorbió el dato nuevo de inflación de diciembre o desde febrero, el dólar oficial empiece a moverse a ritmo de 1% mensual. En esa instancia las opciones se abren: el Gobierno puede esperar un trimestre más a que los bienes -que representan cerca del 70% de la canasta del IPC- busquen converger a ese 1% por mes y volver a bajar el crawling o en rigor hacerlo desaparecer y dejar fijo el tipo de cambio.
Es una de las variantes, aunque en el mercado especulan que ya con un dólar nominalmente quieto, esquemas como el dólar blend o los propios controles cambiarios pierden relevancia.
El blend, sin ir más lejos, es posiblemente la característica del armazón cambiario que los economistas esperan que desaparezca primero. Un análisis de escenarios para 2025 que hizo Equilibra como balance del 2024 indicó que en las dos alternativas que proyectan, el blend deja de tener vigencia. “(El Gobierno) usa una parte de los dólares que antes iban al CCL para intervenir en los mercados de dólares alternativos y contener la brecha”, analizó Equilibra.
“Si la brecha termina de estrecharse, el blend para el exportador desaparece de facto (no tiene sentido para los exportadores asumir los costos transaccionales de ir al CCL por el 20% por lo que aumentaría la oferta en el MULC). La pregunta del millón es cuántos de los dólares que hoy van al blend (USD 15.900 millones estimados en 2025 de sostener el esquema) tiene que usar el BCRA para mantener comprimida la brecha si se desarma. El rebalanceo entre ambos mercados va a ser parte del desarme del cepo, pero difícilmente se asuma el riesgo de ir a una liberalización total, sobre todo para los stocks”, destacó, por su parte, un informe de fin de año de EcoGo.
Otra pregunta central tiene que ver con si el primer cuatrimestre, que es la ventana de tiempo que Caputo imagina para el cierre de un acuerdo nuevo con el FMI, es también el momento del año en que operará una salida más acelerada del cepo cambiario.
A esta altura, emerge como principal preocupación del Banco Central un stock de deuda de dividendos que no fueron girados por multinacionales a sus casa matriz -se estima entre 6.000 y 8.000 millones de dólares-, más que la potencial demanda de pymes, importadores o ahorristas. Tampoco prevén algún comportamiento disruptivo de tenedores de la deuda pública en pesos.
Inflación más leve, crawling peg más lento y dólares del FMI parece ser la ecuación que el Poder Ejecutivo necesita que se alinee antes de cristalizar una salida de shock de los controles cambiarios. Las reservas netas siguen en terreno negativo por más de USD 5.000 millones a pesar de las compras que enhebró el BCRA en el mercado oficial en los últimos tres meses.
Una cuestión que todavía tiene menos elementos concretos pero que ya fue abordado en público por funcionarios del equipo económico tiene que ver con la necesidad de hacer circular más los dólares blanqueados e incorporados al sistema. Es un vehículo que imagina el equipo económico para remonetizar la economía con dólares, en un contexto de pesos escasos.
Según trascendió, el Gobierno buscará que los bancos incrementen el financiamiento en dólares para empresas, utilizando las divisas ingresadas al sistema a través del blanqueo de capitales. Así lo afirmó el ministro de Economía en una reunión con inversores.
Desde el equipo económico consideran que, pese a las regulaciones macroprudenciales vigentes desde 2001, la economía cuenta con margen para habilitar un mayor nivel de préstamos en moneda extranjera.
En un panel sobre real estate en la Bolsa de Comercio, el ministro detalló algunos de los próximos pasos del plan económico, que incluyen la reducción de impuestos, la eliminación del cepo, ajustes en la velocidad de devaluación del tipo de cambio oficial y la renegociación con el Fondo Monetario Internacional.
Préstamos en dólares
El sistema financiero adoptó normas macroprudenciales tras la salida de la convertibilidad para prevenir crisis de descalces de monedas. Estas regulaciones se han mantenido bajo distintas administraciones para evitar riesgos sistémicos. Fuentes del sector financiero contaron que las entidades han dialogado con el Gobierno para flexibilizar estas normativas, aunque con restricciones específicas.
Una propuesta presentada por bancos de capital nacional al Poder Ejecutivo busca ampliar el acceso a financiamiento en dólares a un mayor número de empresas, más allá de aquellas que generan ingresos en moneda extranjera.
Según fuentes del sector privado, las discusiones siempre consideraron la necesidad de mantener límites prudenciales para minimizar riesgos, lo que excluye a familias y pymes de este tipo de préstamos. Por su parte, la cámara ABA, que agrupa a bancos internacionales, manifestó su rechazo a cambios regulatorios de esta naturaleza.