Relaciones comerciales
Ante la Comisión para la Revisión de la Economía y la Seguridad entre Estados Unidos y China, Greer proporcionó una hoja de ruta para las políticas que podría seguir la nueva administración, incluyendo medidas para evitar que las empresas chinas se trasladen a otros países para esquivar los aranceles estadounidenses.
"No hay una bala de plata, y en algunos casos el esfuerzo por perseguir la desvinculación estratégica de China causará dolor a corto plazo", dijo. "Sin embargo, el coste de no hacer nada o de subestimar la amenaza que supone China es mucho mayor".
Además, Greer pide que el Congreso revoque el estatus de “relaciones comerciales normales permanentes” de Pekín e imponga nuevos aranceles más elevados a los productos chinos. Cabe destacar que, a China se le concedió el PNTR en el 2000, mientras que se preparaba para entrar en la Organización Mundial del Comercio, así la potencia asiática recibe un trato arancelario similar al de las demás naciones.
En caso de revocar el acuerdo China quedaría en la misma categoría que Cuba, Corea del Norte, Rusia y Bielorrusia. De esta manera, todas las exportaciones chinas directas a Estados Unidos, por valor de unos u$s500.000 millones el año pasado, pasarían a tener gravámenes aún más elevados.
A su vez, el designado funcionario sugiere limitar las mercancías chinas que entran en Estados Unidos a través de otros países, asegurando que si una empresa china o su unidad fabrica un producto en otro lugar, o si el contenido chino en un producto supera un determinado umbral, ese producto no debería recibir un trato preferencial en el marco de los acuerdos de libre comercio. Esto daría lugar a aranceles más elevados para los productos fabricados por empresas chinas en lugares como México, o los productos fabricados con una gran cantidad de piezas chinas, como los automóviles.
Proteccionismo de empresas nacionales
Greer recomienda que el Congreso apruebe leyes para proteger a las empresas estadounidenses de las represalias de China. Esto podría incluir la asignación de ingresos arancelarios para apoyar a los trabajadores y empresas afectadas, así como otorgar al presidente la autoridad para tomar medidas contra las empresas extranjeras que se aprovechen de las represalias chinas introduciéndose en el mercado chino.
Asimismo, pide que se amplíen los controles de las exportaciones a China para cubrir una gama más amplia de industrias críticas, como la aeronáutica, los equipos de transporte y los equipos heredados de fabricación de semiconductores. Esto supondría un paso adelante respecto a los actuales controles de exportación estadounidenses, que se centran principalmente en los semiconductores avanzados.
El funcionario también sugirió al Gobierno estadounidense revisar las inversiones salientes hacia China. Afirma que el poder ejecutivo debería tener autoridad para bloquear dichas inversiones si suponen una amenaza para la seguridad económica o nacional de EEUU.
Finalmente, Greer sugiere que el Congreso considere ampliar los incentivos para los sectores críticos, similares a los de la Ley CHIPS y de Ciencia o la Ley de Reducción de la Inflación. Las industrias incluyen la farmacéutica, la robótica, los dispositivos médicos, la aeronáutica, la automoción, los productos energéticos, las telecomunicaciones y la electrónica.