Aunque estuvo lejos de marcar un pico de actividad, el Estimador de Actividad Económica (EMAE) del Indec de agosto despejó las dudas: la economía salió del modo serrucho y, aunque de manera tenue y lenta, entró en una fase expansiva que marca el fin de la recesión que caracterizó la primera mitad del gobierno de Javier Milei. Con más o menos énfasis, e incluso advirtiendo la heterogeneidad de esa reactivación, los analistas coinciden en que también en septiembre se advertirá un nuevo avance, otra vez modesto, pero claro. De esa manera, se completará un trimestre completo de crecimiento intermensual que, además, marcará un crecimiento superior al 2% respecto del período anterior. Claro que, en la comparación interanual, la cifra de caída seguirá siendo significativa, con una estadística que indicará un derrape en torno al 5%, mientras que para el cuarto trimestre se moderaría para cerrar el año con una economía 3,5% por debajo de la del año previo. Eso implicaría que en el último cuarto del año la recuperación acelerará su ritmo. Por caso, Goldman Sachs ya anticipó que corrigió al alza su proyección y prevé que entre octubre y diciembre la economía avance 4%, en la misma línea que las proyecciones de otro banco internacional, JP Morgan. Técnicamente, recién en diciembre podrá darse formalmente por finalizada la recesión. Sin embargo, nadie duda ya del cambio de ciclo económico. Ventas minoristas Los últimos datos se alinean en ese sentido. Hasta el consumo, según la publicación del Indec de ventas de supermercados y shoppings ya mostraron signo positivo. Es el caso de los centros comerciales, incluso en términos interanuales, con una suba de 5,3%, dato completamente inesperado. Se lo asocia a la recuperación real de los salarios, otro índice que el organismo difundió en la semana y que volvió a mostrar un signo positivo en términos reales (creció 5% y 4,7% el salario del sector privado y público respectivamente, frente a una inflación de 4,2 por ciento). “Los indicadores muestran que a nivel general se tocó un piso y a partir de ahí existe una leve recuperación”, sostuvo el director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, quien de todos modos advirtió que para anticipar el fin de la recesión hay que incluir en el análisis otros indicadores como el empleo. “Esa variable suele reaccionar más lento a los cambios de ciclo, sobre todo el empleo formal registrado. De todas formas, para 2025 nosotros estamos proyectando una recuperación de la economía”, agregó Caprarulo. En lo inmediato, en la consultora destacan datos parciales que anticipan un buen desempeño de la economía durante septiembre, lo que permitió cerrar el tercer trimestre del año con signo claramente favorable. Según su último informe, si se considera la demanda de energía eléctrica de grandes usuarios de septiembre, la cual tiene una correlación del 90% con el IPI manufacturero, este último habría crecido alrededor del 2,4% en el noveno mes del año. La industria, el sector que acusó el más fuerte impacto de la crisis post devaluación de diciembre 2023, sale así de la zona gris en la que se mantuvo entre abril y junio, para ingresar en el área mucho más amable de la reactivación. Para Equilibra, la economía en septiembre anotó una suba de 0,4%, con lo que en el tercer trimestre se consolida la previsión de crecimiento de 2% desestacionalizado. “En mayo ya se vio una recuperación pero fue transitoria. Eso ahora es anecdótico porque en julio hubo una muy fuerte recuperación, en agosto fue mínima y en septiembre algo más. Es lento, pero ya está un escalón arriba”, apuntó Lorenzo Sigaut Gravina, socio director de la consultora fundada por Diego Bossio y Martín Rapetti. Aunque el economista aclaró que esa recuperación que quedó confirmada en el tercer trimestre del año no dibujó una “V” ni se pareció en nada a la metafórica frase que utilizó el presidente Javier Milei (“la economía va a rebotar como pedo de buzo”), sí los diferentes registros apuntan todos en el mismo sentido: además de los indicadores mencionados, también el crédito viene creciendo a tasas altas y el salario en dólares también marca una variación positiva. El dólar cuando se atrasa suele tener un efecto expansivo hasta que se tiene que corregir, pero todavía falta para ver eso. Por ahora, ya estamos en una fase expansiva de la economía”, concluyó Sigaut Gravina. |