El BCRA compró u$s784 millones en lo que va del mes. El número es “inusualmente alto para esta época del año”, tal como analizó la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia. Para dimensionar, es el valor más alto desde 2010 y “entre 2020 y 2023 el promedio de operaciones de octubre fue de -u$s400 millones”, expresó en un informe.
¿Qué cambió? Fundamentalmente, el crecimiento de los préstamos en dólares a empresas derivado del incremento de los depósitos en moneda extranjera a causa del blanqueo hizo un aporte clave a la oferta de divisas ya que este tipo de financiamiento debe liquidarse contra pesos por normativa, como ya contó Ámbito. A eso se suma el boom de la colocación de obligaciones negociables (ON) en dólares, de las cuales una porción considerable también ingresa por el mercado oficial, y las mayores exportaciones de energía.
“Mientras que en los octubre de 2020 a 2023 la compra de divisas por aumento de préstamos a privados había sido casi nula (su flujo promedió -u$s150 millones mensuales), en 2024 ésta aportó u$s200 millones en los primeros diez días de octubre (último dato disponible), a lo que corresponde sumarle la emisión de ON en dólares por parte de algunas empresas”, agregó el reporte de Banco Provincia. Como señaló este medio, se trata de una “oferta inflada” de divisas a la que se aferra el equipo económico para atravesar los meses estacionalmente más desafiantes.
Reservas: ¿cuánta cuerda tienen las compras del BCRA?
De todas maneras, la semana pasada hubo una desaceleración en el ritmo de compras de la autoridad monetaria: compró u$s140 millones, un saldo positivo pero inferior a los u$s230 millones de la semana previa y los u$s507 millones de la anterior. Este lunes, compró u$s23 millones.
Portfolio Personal Inversiones (PPI) analizó lo sucedido: “En los últimos cuatro días, la demanda privada aceleró notoriamente hasta u$s191 millones diarios desde un mínimo reciente de u$s69 millones alcanzado el 3 de octubre. Finalmente empezó a impactar el diferimiento de importaciones en agosto ante la expectativa de baja del impuesto PAIS sin devaluación compensadora y el solapamiento de los esquemas de pago de importaciones. Esto se tradujo en que el BCRA está enfrentando cuotas más abultadas en octubre que en septiembre”.
El reporte, enviado a sus clientes, se refiere a dos fenómenos esperados por la city. Por la retrotracción del impuesto PAIS, que comenzó a regir en septiembre, muchas empresas habían postergado compras al exterior durante agosto a la espera de traer mercadería con una alícuota más baja. Eso se evidenció en las importaciones informadas por el INDEC: en agosto habían bajado 12,2% mensual y en septiembre saltaron 32%. Al pagarse la mayoría a partir del día 30 es durante octubre cuando impactan en la demanda de divisas.
El otro fenómeno es el solapamiento de dos esquemas de pagos de importaciones: el de cuatro cuotas mensuales del 25%, que rigió hasta agosto, y el de dos cuotas mensuales del 50%, que entró en vigencia en aquel entonces.
“De momento, el BCRA puede comprar reservas porque la oferta privada continúa compensando la mayor demanda privada. Si no hubiese escalado de alrededor de US$150 millones diarios a u$s226 millones (media móvil cuatro días), esto no habría sido posible. El BCRA se beneficia de que la oferta privada está impulsada principalmente por flujos financieros. Aquí jugó muy a favor el blanqueo, que permitió que aumentaran los préstamos en dólares y las colocaciones de ON. Ambos proveen una oferta extraordinaria en el MULC”, recalcó PPI.
Pero la flexibilización del cepo al pago de importaciones anunciada la semana pasada, que comenzó a regir este lunes, dará un impulso adicional a la presión sobre las reservas. Ahora, el plazo de pago para los bienes importados queda unificado en 30 días, excepto para los pocos que cuenta con acceso inmediato, como la energía.
“Esto agregará una mayor presión a la demanda privada recién entre fines de noviembre y diciembre. Por ende, hacia adelante, será clave ver si la oferta privada continúa manteniéndose en estos niveles elevados y compensando la mayor demanda privada, ya que es lo que permitirá que el BCRA siga comprando”, señaló PPI.
Esta flexibilización responde a varios objetivos. Guillermo Michel, exdirector de la Aduana, resaltó que el fin recaudatorio: como el Impuesto PAIS caduca el 24 de diciembre, esta medida evitaría “perder la recaudación de no menos de $500.000 millones de acá a fin de año”, estimó.
También tiene que ver con la apertura comercial. Se combina con la rebaja de aranceles y la desregulación aduanera, que ya puso en alerta a sectores de la industria. “El Gobierno alienta progresivamente a apertura de las importaciones: a la baja de alícuotas el impuesto PAIS se le suman las recientes disminuciones de aranceles y simplificación de procesos, en un contexto de mayor atraso cambiario. Esto hace pensar que, aun a costas de resignar las escasas reservas, las importaciones cobrarán impulso”, planteó la consultora LCG.
Depósitos, préstamos, agro, clima y oferta de dólares
En buena medida, la continuidad o el agotamiento del saldo comprador del BCRA dependerá de que sigan reciclándose las divisas que entraron a los bancos por el blanqueo de capitales, cuya primera etapa cierra dentro de diez días. Hasta acá los créditos bancarios locales en dólares fueron un aporte clave (junto con las ON), pero en las próximas semanas todo indica que la demanda continuará en ascenso. Para la apuesta de Luis Caputo, será determinante que esa dinámica se sostenga.
En ese sentido, la consultora Vectorial puso el foco en la caída que experimentaron los depósitos en dólares desde el 1° de octubre, cuando se habilitaron los retiros del efectivo ingresado a la regularización de activos: “Del total de u$s12.482 millones ingresados entre el 1° de agosto y el 30 de septiembre, ya se retiraron del sistema financiero u$s922 millones, es decir, el 7,4% del total. Este retiro desalienta la expectativa del Gobierno que apostaba a que dichos dólares se mantuvieran dentro del sistema financiero local”.
“Según fuentes de los bancos, el monto retirado desde las cuentas CERA asciende al 20% del total ingresado por el blanqueo. La diferencia con lo retirado del sistema financiero ahora se ubica en cajas de ahorro normales, lo que podría indicar que la caída en los depósitos continuaría a lo largo del mes”, añadió Vectorial y vinculó esta dinámica con las perspectivas de continuidad del cepo cambiario por largo rato que el mercado lee en las señales del Gobierno, más allá de la flexibilización puntual anunciada la semana pasada.
A todo este combo se suma otro factor determinante: el clima. La falta de lluvias ya augura un 2025 más complicado de lo originalmente previsto para el maíz y la soja. Y para las divisas del verano (con el trigo como principal cultivo), los productores señalan que la magnitud de las precipitaciones anunciadas para esta semana podría ser clave a la hora de evaluar los rindes de la cosecha fina.
De cara a 2025, aparece la principal incógnita es el futuro del dólar "blend". El tipo de cambio exportador hace que el 20% de las exportaciones se liquide en el CCL y, por ende, no ingrese a las reservas. Se trata de una encerrona: mantenerlo implica resignar el grueso del superávit comercial y eliminarlo implicará sacarles una fuerte de oferta clave a los dólares financieros que podría poner en duda la estabilidad de la brecha cambiaria. No será un tema inocuo en la negociación con el FMI, que pedía su eliminación para mitad de este año.
Por lo pronto, se avecina un 2025 con vencimientos de deuda externa que superan los u$s20.000 millones entre compromisos del sector privado y de los estados nacional y provinciales. Hoy, las reservas netas son negativas en alrededor de u$s6.000 millones y agujero de divisas a cubrir, si el Gobierno mantiene el statu quo cambiario, es considerable.