Además, hizo referencia a un corte de su exposición ante inversores en Nueva York. "El cepo lo vamos a liberar cuando la tasa de inflación que tiene el programa macroeconómico sea cero: básicamente, ustedes tienen una inflación observada en el consumidor que es 4% y una inflación inducida por el programa, dado los controles de capital, el crawling peg y la inflación internacional del 2,5%, por lo tanto esa inflación hoy está en el 1,5%", señaló.
"Cuando ese 1,5% haya desaparecido, se va a dar en una situación donde además las LEFI hayan desaparecido, y además la base monetaria en el formato tradicional coincida con la base monetaria amplia, en ese momento habrá desaparecido el 'money overhang' (sobrante monetario) y podremos abrir sin ningún tipo de problemas el cepo", resaltó.
"A diferencia de todas las otras experiencias que salieron con el tipo de cambio oficial hacia el paralelo, estamos demostrando que se puede hacer desde el paralelo hacia el oficial. El día que terminemos de levantar el cepo se cerrará el exceso de demanda de divisas y, por ende, se cerrará el exceso de oferta en el mercado de bonos", agregó el Presidente.
Cuál es la inflación cero a la que se refiere Javier Milei cuando habla de levantar el cepo
En realidad, su condición es que haya una eliminación del exceso de pesos -el "overhang" monetario, en la jerga financiera-, de manera de evitar que ante el desarme de los controles cambiarios haya una corrida masiva de pesos hacia el dólar.
Milei no dijo nada que no haya dicho ya varias veces, y es que un desarme del cepo en las condiciones actuales provocaría una turbulencia financiera, con presión devaluatoria y otro pico inflacionario. Es lo que, varios meses antes de haber sido nombrado ministro, había expresado Luis Caputo en un comentado reporte de su consultora Anker. Allí, Caputo señalaba -tomando como referencia la experiencia de la gestión macrista en 2018 y 2019- que aun cuando se implementara un programa de austeridad fiscal, igualmente se podía producir una corrida cambiaria, por el simple motivo de que la demanda de dinero en Argentina resulta casi imposible de predecir.
Este es el argumento que, desde entonces, vienen repitiendo Milei y su ministro, y el que sirvió como justificativo para la eliminación de "la bola de Leliqs" y otros pasivos remunerados del Banco Central, así como las nuevas medidas económicas, como la que obliga a reabsorber del mercado los pesos utilizados por el BCRA para comprar divisas.
¿Qué dijo Milei en Wall Street? Textualmente: "Ustedes tienen hoy una inflación observada en el consumidor que es 4% y una inflación inducida por el programa, dado los controles de capitales, el crawling peg y la inflación internacional del 2,5%. Por lo tanto, la inflación hoy es del 1,5%".
El argumento del presidente es que si un país tiene una política cambiaria administrada por el gobierno, como ocurre en Argentina, el nivel de deslizamiento del tipo de cambio oficial -el "crawling peg"- le pone un piso al nivel de inflación, porque promueve el reacomodamiento de precios nominales por esa "inflación importada". Hablando en números, Milei admite que el IPC nunca podrá ser inferior a 2% mientras el BCRA mantenga la política actual, pero justifica el mantenimiento de ese crawling peg para no provocar un mayor retraso cambiario y una presión devaluatoria. Además, Milei dice a ese "piso" se debe sumar la inflación internacional -en agosto pasado Estados Unidos registró un 0,1% mensual y un 2,5% interanual.
De acuerdo con esa cuenta, Milei dice que el "verdadero" IPC es del 1,5%, porque es el excedente del crawling peg más la inflación internacional.
En realidad, el presidente dio una cifra más optimista que la real: si se toman las cifras de agosto, ese excedente fue de 2,1% -lo que surge de restar el IPC de 4,2% menos el 2% de crawling peg, más el 0,1% del IPC estadounidense. A no ser, claro, que en vez de tomarse como base de referencia el IPC argentino, se tome la inflación mayorista, que dio en agosto 3,6%. En ese caso sí, la inflación "excedente" argentina sería del 1,5%.