Por Ignacio Grimaldi - El producto bruto interno (PBI) cayó un 1,7% interanual en el segundo trimestre de este año, después del retroceso de 5,2% que había anotado en el trimestre anterior, informó ayer el Indec. El dato muestra que el retroceso se desaceleró. Pese a eso, los números globales de los primeros seis meses del año acumularon un rojo del 3,4%. El PBI desestacionalizado, en tanto, también arrojó una baja del 1,7% en comparación con el primer trimestre de 2024. Por lo tanto, el país continúa en recesión y las expectativas sobre su continuidad son diversas y sigue el debate entre los analistas acerca de si lo peor ya pasó. Actualmente, se observa un comportamiento dispar de la economía, que varía según el sector. Esa fotografía promete cambiar en el tercer trimestre. Un ejemplo es la producción de autos, que en junio registró una caída del 16,7% en comparación con mayo, pero en los dos meses siguientes repuntó con subas del 38,7% y el 16,2%. El producto bruto interno (PBI) argentino cayó el 1,7% interanual en el segundo trimestre de este año, después del retroceso del 5,2% que había anotado en el trimestre anterior. Así surge de la información oficial que difundió ayer el Indec, que muestra que el retroceso se desaceleró. Pese a eso, los números globales de los primeros seis meses del año acumularon un rojo del 3,4%. El PBI desestacionalizado, en tanto, también arrojó una baja del 1,7% en comparación con el primer trimestre de 2024, agregó el Indec. Una línea de tiempo más completa muestra que el último indicador positivo fue el del tercer trimestre de 2023. Después de eso se encadenaron descensos del 2,3% a fines del año pasado, 2,2% entre enero y marzo, y el reciente 1,7%. Por lo tanto, según estas cifras, el país continúa en recesión y las expectativas sobre su continuidad son diversas, tanto que sigue el debate entre los analistas acerca de si lo peor ya pasó. “Confirmado, el primer trimestre no fue piso, lo será en todo caso el segundo trimestre de 2024 cuando el tercero dé arriba”, analizó el economista Gabriel Caamaño. Una lectura diferente realizó Claudio Caprarulo, de Analytica, quien consideró que “para el tercer trimestre la caída va a ser mayor hasta retornar probablemente a un porcentaje menor a fin de año”. El Gobierno proyecta terminar 2024 con un rojo de 3,8%, pero para 2025 aguarda un repunte del 5%. Pese a que eso permite pensar que la recuperación llegará recién el próximo año, actualmente se observa un comportamiento dispar de la economía, que varía según el sector. Incluso, la fotografía del segundo trimestre, tal como expresó Caamaño, puede variar respecto del período julio-septiembre. Un ejemplo de esto lo muestra la producción de autos, que en junio registró una caída del 16,7% en comparación con mayo, pero en los dos meses siguientes repuntó con subas del 38,7% y 16,2%, según la Asociación de Fábricas de Automotores. Esto va en línea con el análisis de Esteban Domecq, quien realizó un monitor de la actividad con datos hasta agosto: “La actividad económica empieza a dejar el piso atrás y está dando los primeros pasos de un camino de recuperación que será lento, heterogéneo e irregular”. Durante el segundo trimestre, la construcción, la industria manufacturera y el comercio fueron los sectores más golpeados. Las caídas en estos rubros marcaron 22,2%, 17,4% y 15,7%, respectivamente. El campo fue la excepción. Luego de la fuerte sequía del año pasado, “agricultura, ganadería, caza y silvicultura” gozaron de un incremento del 81,2%. Los otros sectores con números positivos se alejan mucho. Es el caso de la pesca, que registró un incremento del 41,3%, casi la mitad del rubro en términos porcentuales. Y el sector que le sigue es el de explotación de minas y canteras, con un 6,6%. Estos datos se mueven en una línea parecida al estimador mensual de actividad económica (EMAE), que en junio registró una caída del 3,9%. Además, al observar los datos por sector también se encuentran similitudes con respecto a la medición del PBI. Los tres rubros que presentaron números positivos fueron “agricultura, ganadería, caza y silvicultura” con 82,4%, “pesca” con 34,8% y “explotación de minas y canteras”, 4,6%. En paralelo, según el EMAE de junio, la construcción, la industria y el comercio también fueron los de peor desempeño. Sus cifras negativas oscilaron entre 23,6% y 18,6%. A propósito de las subas y bajas, los despachos de cemento experimentaron un comportamiento oscilante. En julio aumentaron 18,3%, pero en agosto volvieron a descender 4,8%, según datos del sector. A su vez, los números del Ministerio de Economía también reflejan esta tendencia en la faena vacuna, que comenzó el tercer trimestre con un repunte del 20,7%, pero en el octavo mes sufrió un retroceso del 2,3%. A su vez, el crédito en el sector privado también comenzó a crecer. Tal como reportó Invecq, elevó sus porcentajes en junio, julio y agosto. Con una mirada más macro, los números del segundo trimestre mostraron que la caída se desaceleró, ya que la baja del 1,7% del PBI es menos pronunciada que el 5,2% de los primeros tres meses del año. En paralelo, los números del consumo privado también continúan en picada. Pero a diferencia del PBI, aceleraron su caída. En el segundo trimestre anotó -4,1% mientras que en el primero, -3,1%. Incluso en la medición interanual presenta peores números. Pese a ese retroceso, las proyecciones empresariales mejoraron. La encuesta de la Unión Industrial Argentina relevó que el 62,9% de 1200 compañías tienen expectativas positivas.ß
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