Uno de los datos que capturó la atención en la presentación de los números oficiales del Presupuesto 2025 fue el aumento muy pronunciado en los ingresos fiscales esperados por derechos de exportación, es decir por retenciones, principalmente al agro. Un cuadro incluido en el proyecto mostró que el Poder Ejecutivo espera que la recaudación por esa vía escale más de 100 por ciento a lo largo del año próximo. Se trata, así, de uno de los tributos con mayores avance nominal –y en términos del PBI– entre los proyectados por la Casa Rosada. La estimación oficial habla de $10,7 billones a recaudar durante 2025, en contraste con los $5,3 billones con los que finalizaría el 2024. Implicaría una suba del 100,4%. En términos de peso en el PBI, representaría un avance desde 0,96% del PBI a 1,43% del producto. Las dudas que surgieron de inmediato en el mercado respondieron a que el Presupuesto no parecía asumir un escenario que justificara tamaño incremento en la cantidad de derechos de exportación a recaudar en 2025. Las exportaciones, por caso, tienen una mejora esperada de 9% el año próximo y el dólar seguiría el mismo ritmo de la inflación, de 18,3%. Por lo tanto, no podía tratarse ni de un efecto de una devaluación ni de un boom exportador. “¿No piensan sacar los derechos de exportación? Es imposible que suban el 100%, salvo que aumenten las alícuotas de esos derechos. Preocupante”, escribió en su cuenta de X el economista y consultor especializado en el agro Salvador Di Stéfano. El ministro de Economía Luis Caputo le respondió, horas después: “La base de comparación quedó muy baja porque hubo mucho adelantamiento de exportaciones (...) Nada para preocuparse”, tuiteó el jefe del Palacio de Hacienda. El economista y asesor del ministro Martín Vauthier, en la misma red social, desarrolló una explicación más detallada. “La recaudación está influida por factores adicionales a la nominalidad. El cambio en los plazos de pago de DEX (derechos de exportación) y el dólar soja hicieron que la recaudación de derechos de exportación 2024 dejara una base de comparación baja, dados los mayores pagos en 2023. Esto afecta la variación interanual prevista en 2025″, indicó. “En 2024, la recaudación estimada es menos de 1% del PIB, apenas por encima del 0,8% de 2023 (con sequía). En la recaudación influye el tipo de cambio promedio, las cantidades, los precios y otros factores como el plazo de pago, que no necesariamente coincide ni con la registración de DJVE ni con el embarque”, continuó. “En 2023, las tasas en pesos muy negativas versus la expectativa de devaluación generaban un incentivo a pagar los derechos de exportación en el menor plazo posible luego de la registración de DJVE. Esto se fue revirtiendo en 2024, dada la estabilización macro y la fuerte mejora en las expectativas”, dijo Vauthier. Por eso, concluyó, “al normalizarse el efecto de los plazos de pago y ya sin USD soja el año previo, en 2025 puede esperarse una recaudación por derechos de exportación más cercana a la media de la última década. La variación interanual nominal ‘alta’ se explica por una base de comparación ‘baja’ en 2024″. Consultado el domingo por la noche sobre una posible baja de retenciones, el secretario de Hacienda Carlos Guberman dijo que “en principio no estamos apurando la decisión de la baja”. “Es una decisión que el presidente tomó y se comprometió a que eso va a pasar. Entiende los tiempos de la economía por arriba de los tiempos de la política. Tiene muy claro qué cosas hay que hacer y que hay una secuencia para hacerlo”, aseguró en una entrevista en LN . Por su parte, el presidente de CIARA-CEC, las cámaras aceiteras y de exportación de cereales, Gustavo Idígoras, planteó que “el discurso del presidente Milei para presentar la Ley del Presupuesto -la más relevante- es una ratificación de la política fiscal y monetaria de este gobierno, la que avalamos y apoyamos plenamente”. “Sin superávit fiscal no podemos recuperar la economía, pero ahora tenemos que trabajar en lograr un superávit comercial a través de un fuerte crecimiento exportador con valor agregado. La agroindustria está lista para responder a ese desafío. Pero para ello necesitamos un tipo de cambio unificado, la eliminación del cepo y de todas las restricciones que aplica el BCRA que fueron heredadas por este gobierno”, planteó el directivo.
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