En la subasta de este miércoles, la Secretaría de Finanzas recibió 4.594 ofertas por un monto total de $4,84 billones, de los cuales decidió adjudicar $4,47 billones. Así, consiguió hacerse de un financiamiento neto de alrededor de $860.000 millones.
"El producido de esta licitación, por encima de los vencimientos de $3,61 billones, será depositado en la cuenta del Tesoro Nacional en el Banco Central", anunció el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, en su cuenta de la red social X.
Se trata de una cuenta en la que el Gobierno fue acumulando un "colchón de liquidez" que hasta la semana pasada rondaba los $16,7 billones. Ese dinero está depositado a tasa cero y funciona, por un lado, como una vía de absorción monetaria y, por otro, como una garantía respecto de la capacidad de pago de los futuros vencimientos en moneda local, aseguran los funcionarios.
Licitación de deuda y baja de tasas
Economía había incluido en su llamado a licitación ocho instrumentos de deuda en pesos. Entre ellos, cuatro LECAP: se reabrió la que vence en febrero de 2025 y se emitieron cuatro letras nuevas al 11 de noviembre de 2024, al 30 de junio de 2025 y al 29 de agosto de 2029. Por otra parte, había puesto sobre la mesa cuatro bonos indexados: dos de ellos con ajuste por tipo de cambio a marzo y junio de 2025, y dos títulos atados a la inflación de largo plazo a diciembre de 2026 y diciembre de 2027.
Se trató de un menú con varias señales. Finanzas buscó testear, a través de una letra a tasa fija a un año vista, si el mercado compraba la idea de una desaceleración perdurable de la inflación, una posibilidad que eventualmente “matchea” con un escenario con continuidad del cepo hasta las elecciones legislativas del próximo año y sin devaluación al menos hasta ese momento. En ese sentido, el ofrecimiento de dos bonos dólar linked con vencimiento durante el primer semestre de 2025 parece un intento por reforzar la premisa del siga-siga cambiario.
El resultado mostró que el apetito de los inversores se concentró en las LECAP, a punto tal que el Tesoro declaró desierta la colocación de los dos bonos dólar linked (que recibieron poca demanda, tal vez en línea con el siga-siga cambiario) y del BONCER a 2027.
"Esta licitación permitió estirar el plazo promedio de vencimientos, siendo además la primera vez que adjudicamos instrumentos a tasa fija a un año de plazo", enfatizó Quirno.
De todas maneras, el instrumento que captó más demanda fue la letra más corta. En la LECAP a noviembre (con menos de dos meses y medio de plazo), Economía adjudicó $1,55 billones. La siguió, efectivamente, la LECAP a un año que atrajo $1,06 billones. En tanto que las letras a febrero y a junio captaron $635.623 millones y $917.336 millones, respectivamente.
En esta subasta, además, el Gobierno consiguió reducir la tasa de interés de los instrumentos emitidos. Por caso, en la licitación pasada, había colocado la letra más larga ofrecida (otra LECAP a junio de 2025) a una tasa mínima prefijada en 3,95% efectiva mensual (TEM). Esta vez no hubo tasas mínimas y la nueva LECAP que vence el mismo mes cortó al 3,90% TEM.
Las otras letras se colocaron con tasas del 3,75% (la de noviembre de 2024), del 3,78% (la de febrero de 2025) y del 3,88% (la de agosto de 2025).
Por último, Finanzas colocó $301.659 millones en el bono atado a la inflación a diciembre de 2026, que cortó con una tasa real positiva del 8,57%.
En ese sentido, Felipe Núñez, integrante del equipo económico, enfatizó: "Continúa la baja de tasas con respecto a la licitación anterior en el tramo largo de la curva porque se anclan a la baja las expectativas de inflación (mejorando el colchón de tasa real ex-ante). La nula demanda en los activos dólar linked, disipa las expectativas de devaluación".