Por Pilar Wolffelt - Este miércoles, tal como lo había
anticipado Ámbito, el Gobierno hizo efectiva la ampliación del Programa de Incremento
Exportador (PIE) para
incorporar a la cebada, el girasol, el sorgo, el vino, el tabaco, los cueros y
las industrias automotriz y minera (salvo el litio) dentro de los sectores
que pueden acceder a un tipo de cambio diferencial para exportadores.
Analistas de la City ponen la lupa sobre la medida y sus posibles resultados.
Tal como se
estableció a través de la Resolución Conjunta 1/2023 del
Ministerio de Economía y las secretarías de Industria y Desarrollo Productivo y
de Agricultura, Ganadería y Pesca, el plazo de vigencia establecido para
el programa es hasta el 20 de octubre de este año (el
viernes previo a las elecciones) y obliga a liquidar un 25% de las
exportaciones a través del mercado del dólar Contado Con Liquidación (CCL).
En este marco, una
voz de la City explica a este medio que la medida responde a que “el Banco Central (BCRA) tiene muy pocas reservas y
esto se da en un contexto en el que la dolarización de inversiones y ahorro es
muy grande”.
Un contexto
complejo para el dólar
Asimismo, señala
que esto se ve empeorado por las declaraciones
de los candidatos, que alientan a no renovar los plazos fijos y hablan de dolarizar la economía, de
manera que estimulan a este tipo de corridas. En ese contexto, explica que “la
medida apunta a evitar una ampliación mayor de las brechas
cambiarias” en parte a través de un apuntalamiento de las reservas.
En un sentido
similar apunta el economista de Eco Go Sebastián Menescaldi,
quien sostiene que esta decisión “responde a que se está liquidando muy poco
y el BCRA tiene problemas para acumular reservas”.
Federico
Vaccarezza, economista experto en comercio exterior de la Universidad de
Avellaneda, considera que se trata de una buena noticia en pos de “ir liberando
de a poco el ingreso de dólares de los exportadores, aunque
reconoce que lo mejor sería poder levantar las restricciones cambiarias e
igualar los tipos de cambio, sostiene que “dado el actual contexto, es un buen
paso”.
Ampliación del
dólar para exportadores: la mirada de los analistas
No obstante, muchos
analistas dudan de que esta decisión pueda tener un impacto fuerte en ese
sentido porque, según plantea el economista Federico Glustein, “la macro
argentina está sobreestimulada por el escenario electoral y la emisión
desbocada de pesos”.
Menescaldi opina
también que, más allá de que se avance con esta medida, lo más probable es que
siga desbalanceada la demanda y la oferta de dólares y considera que, en
realidad, esta ampliación de lo que fue el dólar soja 4 a otros sectores de la
economía, lo que hace es “dar una señal de que la devaluación está a la vuelta
de la esquina”.
No descarta, sin
embargo, que algunos exportadores aprovechen la posibilidad de vender algo para
capitalizar el tipo de cambio diferenciado, pero no espera que haya muchas liquidaciones como en ediciones
anteriores, en parte, por la cercanía con las elecciones y también porque es
esperable que, en breve, el dólar especial que se les aplica quede atrasado
también.
Un efecto en el
dólar CCL
Por su parte,
Glustein reconoce que este programa puede ayudar a
contener levemente los saltos del CCL, dada la decisión de obligar a
liquidar el 25% a través de ese mercado, mecanismo que aumenta el flujo de
dólares que ingresa a esa plaza, espera que aquellos que puedan hacerlo decidan
aguantar las exportaciones hasta la llegada de unificación cambiaria o una
devaluación, que podría llegar luego de las elecciones.
En definitiva, tal
como plantea Pablo Ferrari, desde la Universidad de
Avellaneda, “ésta es una medida esencialmente coyuntural que responde a la
necesidad de conseguir dólares para reforzar las reservas de manera rápida”.
Y destaca, al igual
que el resto de los economistas consultados, que la posibilidad de reforzar las
reservas en lo inmediato es el aspecto positivo que tiene esta medida,
ya que advierte que “atravesar esta coyuntura de escasez de dólares es
imperioso” para el Gobierno de cara a las elecciones y a un contexto cambiario
complejo. Es en esta circunstancia, que se inscribe la medida.
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