Por Melisa Reinhold
- “Jamás en pesos, jamás en pesos”, fue el consejo que dio el candidato
presidencial Javier Milei a un inversor que piense renovar un plazo fijo. Es lo
que explica -en parte- por qué la dolarización preelectoral se adelantó en las
últimas semanas. Entre una inflación de dos dígitos mensuales, propuestas para
dolarizar la economía, emisión monetaria, más pesos en las calles y la
dolarización típica de los períodos electorales, la demanda por la divisa
aumentó y presiona sobre las cotizaciones libres. En ese escenario, ayer los
tipos de cambio paralelo encararon la tercera semana consecutiva al alza y
superaron ampliamente la barrera de los $900, mientras que la brecha se
expandió a un 170%.
Fue otra jornada de
marcada incertidumbre en la City porteña. Minuto a minuto, los “arbolitos” iban
recibiendo la actualización de la punta vendedora, que alcanzó un nuevo récord
en términos nominales. Al final del día, cerró en los $945, una escalada de $65
frente al cierre anterior (7,3%). Mientras que en los primeros días de octubre
acumula un avance de $145 (18,1%), un movimiento que amenaza con darle un nuevo
impulso a la inflación.
“Sigue la cobertura
preelectoral. Un contexto global más difícil por la suba de tasas
internacionales, más la dolarización típica de las elecciones y la
incertidumbre por una eventual presidencia de Milei explican la suba del dólar
a niveles históricamente altos. El mercado salió de todo activo argentino y fue
al dólar”, dijo Fernando Marull, economista de FMyA.
Para el analista
financiero Christian Buteler, a ese escenario se le suman las declaraciones de
Javier Milei. Luego de asegurar la semana pasada que, “cuanto más alto esté el
precio del dólar, más fácil es dolarizar”, ayer recomendó que no se renueven
los plazos fijos (ver aparte). “Al desastre que estamos viviendo no ayudan las
declaraciones poco felices de Milei. Porque es el candidato a presidente más
votado, ya no es más la figura que iba a la televisión a contar sus ideas. Sus
declaraciones tienen impacto y la realidad es que a él tampoco le conviene que
acá
estalle una crisis.
Si bien con una crisis puede que gane más fácil las elecciones, será él quien
tenga que lidiar con el estallido y resolver los problemas que se vengan”,
completó.
Los tipos de cambio
financieros también arrancaron la semana con algunas subas. El dólar MEP
mediante la compraventa de bonos AL30, segmento donde interviene diariamente el
Banco Central (BCRA) para intentar contener su precio, cotizó en los $839,14.
Fueron $19 más que el viernes ( 2,3%). El MEP con GD30, cerró a $840.
“Más cerca de las
generales de octubre, la demanda de dólares aumenta, incrementando las
cotizaciones de los financieros. Esto no pudo ser totalmente contenido por el
BCRA, a pesar del aumento de la intervención oficial en las últimas jornadas”,
sumaron desde Portfolio Personal de Inversiones (PPI). Según estimaciones de la
sociedad de bolsa, en las últimas cinco ruedas se destinaron US$455,1 millones
a esta operatoria.
El dólar contado
con liquidación (CCL) “libre”, con poca actividad por el feriado en Estados
Unidos, retrocedió $11 y se negoció a $881,52 (-1,2%). En este caso, para
intentar aumentar la oferta de divisas y que el precio no se vea tan
presionado, en las últimas semanas el Gobierno reglamentó que un 25% de las
exportaciones del agro (dólar soja) y del sector petrolero (dólar Vaca Muerta)
puede liquidarse en esta plaza. Próximamente se sumaría también el dólar pyme.
“El gran termómetro
de la incertidumbre de cara a las elecciones es el CCL, que avanzó con fuerza
desde la última semana de septiembre, con la brecha cambiaria alcanzando
niveles no vistos desde la semana previa al anuncio de Massa como Ministro de
Economía. Si bien una mirada histórica apunta a que el CCL está en niveles
‘caros’, debe decirse que se trata de un mercado donde mandan los flujos y que
la cotización en términos reales ha sabido estar más alta”, dijeron desde el
Grupo SBS.
En el mismo sentido
apuntaron desde la sociedad de bolsa Consultatio Plus, que remarcaron que los
precios actuales del CCL “superan con creces” los promedios anuales de los
últimos 30 años. Aun así, tiene “margen para aumentar”. En 1989, año de la
última hiperinflación, el tipo de cambio promedió los $1350 a precios de hoy,
aunque llegó a tocar picos de hasta $2000. Y, retrocediendo más en el tiempo,
durante el Rodrigazo, el tipo de cambio paralelo promedió los $2350, señalaron.
Con el tipo de
cambio oficial mayorista fijo en $350, valor en el que se mantiene desde la
devaluación post-PASO del 14 de agosto, la brecha cambiaria se expandió a
niveles históricamente altos. Actualmente, se ubica en un 170% frente al blue. |