Por Ruben
Ramallo - Entre los ejecutivos bancarios crece la preocupación por la forma en
que vienen evolucionando los depósitos en dólares, pues desde principios de año vienen
mostrando una tendencia claramente a la baja, pero también comienzan a tomar
recaudos para prevenir lo que pueda pasar el "día después de las
elecciones". Esto se acentúa con la proximidad de los comicios y en un
contexto en el que los precios de los dólares paralelos -blue, contado con
liquidación y MEP- trepan a nuevos récords.
Los temores de los banqueros no son casuales, pues si
se compara el total de los dólares depositados, surge que si se toma en
cuenta los u$s16.296 millones de fines del año pasado con los u$s14.939 millones actuales, se fueron unos u$s1.357
millones, que implican una caída del orden de más del 8 por ciento. Para peor,
si se toma el pico de mediados de abril, cuando los depósitos tocaron los u$s16.500 millones, la salida es del orden de los
u$s1.500 millones.
Un análisis mas
detallado se puede hacer diferenciando por un lado las cajas de ahorro y
por otro los plazos fijos. En el primer caso, los retiros totales sumaron
unos u$s780 millones, que equivalen al 6,3% de los montos de principios de año,
pero lo interesante del caso es que la mayor contracción corresponde a los
minoristas, que perdieron más de u$s1.000 millones, es decir un 11% en lo que
va del año. En cambio, los mayores al millón de dólares muestran una leve suba,
que ayudó a morigerar la baja.
En lo que hace a
los plazos fijos, que por supuesto son mucho más estables, también caen con
fuerza, pues retroceden unos u$s585 millones (-7.2%). En lo que hace a los
minoristas, estos perdieron u$s403 millones, es decir que retroceden un 6,5%,
en tanto que los mayoristas también retroceden con fuerza (-9%), pues la merma
que sufrieron superó los u$s181 millones.
Drenaje de depósitos y recaudos en los bancos
Si bien la caída de
los saldos es una constante a lo largo del año, esta se profundizó a
partir de las PASO, pues desde el 11 de agosto a la fecha se fueron del
sistema unos u$s293 millones, lo cual implica una salida adicional del orden
del 2 por ciento. De ese total, unos u$s160 millones corresponden a las cajas
de ahorro, con preponderancia de los minoristas, que superaron los u$s190
millones, en tanto que los mayoristas avanzaron unos u$s34 millones.
Por el lado de
los plazos fijos, la caída ronda los u$s120 millones, que representan
un 4% de caída en tan pocas ruedas. Una vez más, la peor parte la llevan los
minoristas, ya que descienden u$s126 millones.
Si bien estos datos
preocupan a los banqueros, lo que también los inquieta son dos períodos
claramente diferenciados. El primero de ellos es el que abarca las próximas dos
semanas hasta las elecciones del próximo 22 de octubre, pues tienen muy en
claro que los ahorristas no querrán pasar las elecciones en pesos, pero tampoco
tienen demasiados incentivos para dejar sus dólares en los bancos.
En cuanto al
segundo, el horizonte está abierto y dependerá en gran medida si se
debe volver a votar el 19 de noviembre en un hipotético balotaje, lo cual
indudablemente aportará una dosis de incertidumbre adicional.
"Hasta ahora
vemos que hay una salida relativamente ordenada, pero nuestro temor es lo que
puede pasar en una primera etapa hasta la previa de las elecciones que la
tenemos bien controlada, pero lo que genera más dudas es lo que ocurra el día
después, que dependerá del resultado electoral", sostiene el
responsable de captación de un banco privado de primera línea.
Prueba de que están tomando recaudos para evitar
inconvenientes lo da el hecho que varias entidades
vienen acopiando billetes en sus tesoros para evitar sobresaltos, en un
contexto en el que a diferencia de lo que ocurrió en otras ocasiones, gran
parte de los fondos captados se mantienen
líquidos en las propias entidades o bajo la forma de encajes en el Banco
Central.
Según fuentes del
sector en la actualidad los tesoros de las entidades cobijan billetes en
efectivo por unos u$s4.000 millones. Si se compara este monto con el total
de los depósitos surge que la cuarta parte de éstos está en efectivo, algo que
parecería extraño en cualquier país del mundo, pero que parece razonable dadas
las circunstancias actuales.
"Nuestro
objetivo es mantener la liquidez a toda costa para evitar episodios traumáticos
como los del 2001", concluye la fuente. |