Jaime Rosemberg y Cecilia
Devanna - El equipo que rodea a Sergio Massa intenta a toda costa minimizar los
coletazos electorales del escándalo por el viaje de lujo de Martín Insaurralde,
el exjefe de Gabinete bonaerense y excandidato a concejal de Lomas de Zamora en
la boleta de Unión por la Patria (UP).
El control de
daños, que comenzó el mismo sábado con la renuncia de Insaurralde a su cargo
bonaerense, acordada con el gobernador Axel Kicillof, y continuó el lunes con
la dimisión de su postulación a concejal, a pedido del propio Massa, se lleva
adelante con una premisa clara: hasta tanto se conozca la repercusión electoral
del caso –habrá resultados de sondeos en un par de días– el ministro-candidato
y sus voceros insistirán en un discurso en contra de la impunidad y la
corrupción, y buscarán tomar distancia del intendente de Lomas de Zamora en uso
de licencia y de su socio político Máximo Kirchner.
En paralelo, en
distintas terminales del oficialismo no deja de crecer la preocupación ante el
temor de lo que consideran que pueden ser nuevas filtraciones, tanto de
imágenes, datos o videos en referencia a Insaurralde, como por lo sucedido unos
días antes en La Plata con el escándalo de las tarjetas de débito vinculadas a
la Legislatura provincial, en la que pisa fuerte el exjefe de Gabinete
bonaerense. Fue el hecho protagonizado por Julio “Chocolate” Rigau, el empleado
del organismo, y el temor oficialista sobre el caso es que haya novedades de
mayor voltaje político en la previa a las elecciones, con sus posibles
implicancias.
Respecto de lo
sucedido con Insaurralde, el temor de muchos dirigentes es a que se transforme
en un “cisne negro” que impacte de lleno en la elección y por eso, incluso,
muchos intendentes, atravesados por la bronca contra el exfuncionario,
apuntaban por estas horas a resguardar sus terruños en las semanas que restan
rumbo a las elecciones, que consideran pueden ser muy duras no solo a nivel
nacional, sino también nivel provincial.
En paralelo, y
luego del primer debate entre candidatos, del que Massa salió airoso y casi no
le preguntaron por el caso, y con miras al segundo en la Facultad de Derecho,
el próximo domingo, la idea es llegar a esa cita con la suficiente “distancia”
del protagonista central del caso, que ya tiene denuncias en su contra en la
Justicia impulsadas por la oposición de Juntos por el Cambio (JxC).
El compañero de
fórmula de Massa, Agustín Rossi, esbozó las líneas generales de la nueva
estrategia de despegue en una entrevista radial. “Una acción de esas
características no es representativa de lo que son los cientos de miles de
dirigentes que tiene nuestro movimiento a lo largo y ancho de todo el país. Ni
que hablar de los cientos de miles de militantes, que seguramente se deben
haber sentido ofendidos. Ninguno de nosotros se siente representado por una
conducta de tales características”, dijo Rossi.
El oficialismo
apeló a echar culpas a otros sectores de la política para intentar contener el
escándalo. Así, en tren de comparar este caso con otros que involucraron al
gobierno de Cambiemos, cuyos dirigentes denunciaron a Insaurralde en la
Justicia por lavado de dinero, el candidato a vicepresidente y jefe de Gabinete
de Alberto Fernández aclaró: “Acá estamos condenando fuertemente una falta
ética y ahí [por el caso de Fernando Niembro] había una situación de cohecho
(...) Entonces, nosotros tomamos una decisión en 4 horas, claramente
diferenciándonos de cualquier otra situación. Y como dijo Massa: hay que tomar
decisiones contundentes para dar las señales que tenemos que darle al conjunto
de la sociedad”. Fue en referencia al apartamiento de las listas de candidatos
de Niembro, antes de las legislativas de 2017. El massismo también comparó este
escándalo con la “fuga” de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, abogado cercano al
expresidente Mauricio Macri que se radicó en Uruguay luego de una denuncia en
su contra.
Desde el comando de
campaña de Massa, que encabezan el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, y
el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, reconocieron la repercusión en los
medios, aunque minimizaron las consecuencias electorales del caso. “Obviamente impacta,
las imágenes son muy fuertes. Pero no creo que disminuya las chances (de
Massa)”, dijo uno de los responsables de la campaña nacional.ß |