Por Ruben
Ramallo - Existen diferentes maneras para tratar de establecer cómo
evolucionará el tipo de cambio en sus distintas versiones en el corto y
mediano plazo. Así por
ejemplo, algunas de ellas se basan en función de lo que se denomina
"variables proxi", como es el caso del contado con liquidación y su
relación directa con la cantidad de dinero.
En tal sentido, diversos estudios de consultoras y
sociedades de bolsa comparan el crecimiento del M3 privado, es decir el
agregado monetario en pesos que comprende el circulante en poder del público, los cheques cancelatorios en
pesos y el total de depósitos en pesos del sector privado no
financiero, con la evolución del dólar contado con liquidación (CCL).
Comparando la
evolución de ambos surge que "el precio del dólar financiero no tiene
que ver con una situación de pánico, sino que está fundamentado en relación a
la cantidad de pesos que hay circulando en la plaza". "Inyectar pesos
de diferentes maneras en una economía que busca huir de ellos garantiza que se
mantenga la presión alcista sobre los dólares financieros", sostiene el
informe de Aurum Valores.
Entonces, en la
medida que se pueda estimar de antemano cómo evolucionará el agregado
monetario, será factible conocer la evolución futura del contado con liqui.
En lo que se refiere al blue, todo dependerá en gran medida
de lo que suceda con el dólar oficial y en definitiva que sucederá con la
brecha que los separa. En el caso
de este último puede servir como punto de arranque las cotizaciones del dólar
futuro.
La operatoria en
este mercado consiste en que dos contrapartes acuerdan en un contrato un
precio del tipo de cambio mayorista para una fecha próxima. Uno se compromete a
vender a ese precio y, la otra, a comprar, aunque las diferencias de valores se
compensan en pesos.
"Lo que hay
que tener en cuenta que cuando se calcula la variación del tipo de cambio entre
fechas, se está determinando una tasa de interés que no es otra cosa que el
costo de llevar el dinero desde hoy hasta el vencimiento del
contrato, incluyendo una devaluación", afirma el analista
Agustín Cramo. "Es por ello que termina siendo un termómetro que mide
la devaluación esperada de los operadores. Por eso se habla de tasas implícitas
de devaluación", agrega.
¿Qué muestra el mercado hoy?
Desde Ecolatina
sostienen que "el mercado ha ido reduciendo su expectativa de devaluación
mensual en septiembre y octubre, dándole más crédito al Gobierno sobre la
posibilidad de mantener estable el dólar oficial en los $350 y, eventualmente,
retomar el crawling peg luego de las elecciones generales".
Pero los contratos
pactados hasta fin de año no traen buenas noticias, pues anticipan saltos
devaluatorios de importancia en noviembre y diciembre, del orden del 24% y
31%, respectivamente, que se suman al 11% previsto para octubre. De esta
manera, se estaría cerrando el año con un dólar oficial del orden de los
628 pesos. Con el nuevo año la tendencia comenzaría a suavizarse, pues luego de cuatro meses en los que las
devaluaciones irían del 7,6% al 13,7%, se entraría un período en el que no
pasarían del 6% mensual. De ser así, hacia agosto del año que viene, el
tipo de cambio oficial rondaría los 1.100 pesos.
Teniendo en cuenta
estas cotizaciones, una vez más queda en evidencia que las estimaciones
incluidas en el Presupuesto Nacional para el año próximo quedarán ampliamente
superadas por la realidad, pues en el mismo se plantea un tipo de cambio
de $607 para fines del año que viene. Curiosamente, es prácticamente el mismo
precio que el mercado está pactando para diciembre de este año.
"El Gobierno
proyecta una devaluación del dólar oficial de sólo 66% en 2024, mientras que
privados anticipan un escenario donde la próxima administración tendrá
que devaluar con fuerza para salir/reducir el esquema de control de
cambios, represión financiera y pérdida de reservas del BCRA", indicó un
informe publicado por el economista Ramiro Castiñeira. |