Por Pilar Wolffelt - A través del Decreto 377/2023, publicado el pasado 24 de julio, se
dispusieron restricciones de acceso a los dólares para las aseguradoras, que
quedaron alcanzadas por el 25% del impuesto PAIS en los pagos de los reaseguros y
siniestros en el exterior. La norma generó un fuerte reclamo del sector, que
alertó que la medida les generaría una pérdida de $30.000 millones y también
conllevaría a un aumento del costo de las coberturas, dado que ese impuesto se
debería trasladar a la prima. ¿Qué está pasando casi dos meses después en el
mercado?
La norma fijó el
pago a cuenta del Impuesto PAIS, que es captado por los bancos (que son agentes
de retención del tributo), por parte del importador en el momento en el que se
oficializa la llegada a destino de la mercadería y, en el reaseguro, equivale
al momento en el que se emite el contrato. Y el gran problema es que, en
Argentina, si bien los ramos que mayores reaseguros demandan son Incendio,
Granizo y Aeronavegación, la mayor parte de los contratos tienen el respaldo
del reaseguro (incluidos Automotores, que concentra la mayor parte del
mercado), por lo que es una decisión que afectó a casi todo el mercado
asegurador.
Inicialmente, en el
sector estimaron que algunos seguros tendrían incrementos de entre el 10% y el
15%, pero eso se vio más agravado aún por la devaluación del 22% que se aplicó
al peso post PASO.
Asimismo, preocupa la situación que los contratos son anuales y con menos de
un mes de vigencia, que cierran el 30/06, a la fecha de publicación de la norma
que intenta ser retroactiva.
Así, el decreto
implicó un costo adicional para todo el mercado, con la mala fortuna de que,
además, por las restricciones de acceso al mercado oficial de cambios, cuando
se emitió la norma, había importes pendientes de autorización desde hacía unos
cuatro o seis meses, a los que se les aplicó el 25% del impuesto país en forma
retroactiva. Y eso no estaba contemplado en los planes de negocio, por lo que
generó un desequilibrio técnico fuerte.
Un mercado que
quedó desbalanceado
Y es que cuando las
compañías hacen una cesión de riesgo a una reaseguradora tiene en cuenta cuánto
puede retener, las comisiones, etcétera. Planifica sus costos y los contempla
en la prima que le cobra a su asegurado. Por eso, tal como indica en diálogo
con Ámbito una fuente del mercado, “el tener un costo que no estaba contemplado
genera un desequilibrio técnico importante, que implica un problema de
solvencia a la vez”.
Asu vez, la
normativa generó un grado de inconveniente a la competencia porque exceptuó a
las empresas o sociedades del Estado del pago del impuesto PAIS para acceder al
dólar para importar y el único asegurador público es Nación Seguros, que,
gracias a esta excepción, es un 25% más barato que el resto, por lo que orienta
a que se elija ese operador.
Por otro lado,
recordemos que el reaseguro lo que hace es cubrir a las aseguradoras ante la
necesidad de capital. En la actualidad, en Argentina, se permite ceder el 75%
en reaseguradoras admitidas (del exterior con permiso para operar), que son del
exterior, y el restante 25% en las locales.
Hay unas 125
reaseguradoras admitidas en el país y unas 15 locales. Y la última información a junio de 2022
reflejó que la prima cedida de ese momento era el 11,26% de la prima total
emitida por el mercado. Es decir, en pesos, el monto cedido era $191.000
millones (alrededor de u$s600 millones, al tipo de cambio de $350).
El dato curioso es
que, del monto total que se cede, el mercado local retiene un 43%. El resto
sale como retrocesión al exterior. Y ese 43% va en aumento dado que el
reaseguro tiene cada vez una mayor concentración en las reaseguradoras locales
porque las habilitadas no apuestan al local.
Argentina en el
mundo del reaseguro
“La Argentina es un
mercado de escasa significación a nivel global y muchos reaseguradores se
retiraron de cotizar con el tiempo por las dificultades existentes”, dice un
representante de las aseguradoras. En ese contexto, las renovaciones de julio
fueron mucho hacia el mercado local y, para hacer frente a eso, muchas
reaseguradoras están compartiendo riesgos para que se necesite menos reaseguro
del externo. Se trata de una modalidad que le ceder riesgo a varios
reaseguradores a la vez y no solo a uno.
Pero el problema es
también que algunas locales se empezaron a limitar a su propia cartera, por
ejemplo. Y, así, la norma agravó una situación ya compleja de mercado, que está
muy afectado ya por los resultados técnicos dado que las primas no alcanzan
porque la inflación hace subir los costos de reposición de los repuestos, por
ejemplo, que aumentan en línea con esa variable o con el dólar si son
importados.
Asimismo, las
aseguradoras tienen un pasivo muy grande que no manejan, que son los siniestros
en juicio, y la Justicia hace actualizaciones de montos de capital muy fuertes.
A eso, se suma la carga tributaria que ya tiene la actividad previa al impuesto
PAIS y el hecho de que, por la crisis económica, mucha gente prescinde de los
seguros no obligatorios priorizando otros gastos.
Balance de dos
meses con nuevas reglas
En este contexto,
el camino recorrido desde julio a la fecha ha sido de adaptación para el
mercado de reaseguros, con transformaciones que fueron forzadas por la
normativa y, hacia adelante, lo que reina en la visión de los operadores es
mucha incertidumbre ante la necesidad de definir un contexto político y
económico claro en un mes, pero también porque la escalada inflacionaria
dificulta la planificación. Algo complejo para un negocio, como el de los
seguros, que requiere de previsibilidad, algo que el marco económico actual no
da.
Sin dudad, esta
normativa agravó las dificultades que el mercado venía teniendo, de tal manera
que, según cuentan voces del sector “muchas aseguradoras están administrando la
crisis y se manejan con el flujo de caja y sin hacer un stock de inversión para
solventar los pasivos”. Esto, en un contexto en el que se suma la incertidumbre
electoral, que abre la puerta a una posible dolarización de la economía (otro
cambio rotundo de reglas de juego) y una segura devaluación post elecciones.
Por otro lado, el reaseguro tiene una mayor concentración en las
reaseguradoras locales cada vez porque las admitidas no apuestan al local. Y la
preocupación se agravó aún más con la devaluación, que encareció los costos en
el mercado interno y externo. Así, los resultados técnicos son hoy una
preocupación muy fuerte en el seguro argentino y el respaldo reasegurador
tiende a volverse un costo cada vez más pesado y difícil de conseguir por los
riesgos que representa la Argentina para la mirada del exterior. |