Por Hernán
Cappiello - En un fallo de alto impacto político, la Cámara Federal de
Casación, máximo tribunal penal del país, reabrió ayer el caso Hotesur-Los
Sauces y ordenó que la vicepresidenta Cristina Kirchner enfrente un juicio
oral.
En la causa, la
vicepresidenta fue acusada de lavar dinero a través de sus negocios hoteleros,
al alquilarlos a los empresarios kirchneristas Lázaro Báez y Cristóbal López.
La misma acusación afecta a su hijo, el diputado Máximo Kirchner, pero no a
Florencia Kirchner, sobre quien la Cámara Federal mantuvo el fallo que la había
beneficiado.
En paralelo, el
tribunal penal anuló el sobreseimiento en la causa por el memorándum con Irán,
donde la expresidenta había sido denunciada por el fiscal Alberto Nisman, y
ordenó realizar el juicio oral.
Además, los
camaristas Daniel Petrone y Diego Barroetaveña decidieron apartar a los jueces
del tribunal oral que habían sobreseído a la vicepresidenta en el caso
Hotesur-Los Sauces: Daniel Obligado y Adrián Grünberg.
En el proceso por
el pacto con Irán, por su parte, Petrone y Barroetaveña apartaron también a los
jueces Obligado, José Michilini y Gabriela López Iñiguez.
Las sorpresivas
decisiones de clausurar los juicios por Hotesur y por el pacto con Irán antes
de llegar a su instancia oral habían desatado fuertes críticas.
Tras mantener
silencio y evitar apariciones en la campaña electoral, Cristina Kirchner
anunció ayer que el sábado reaparecerá para presentar un libro.
Una explosiva
decisión judicial determinó ayer que la vicepresidenta Cristina Kirchner
enfrente dos nuevos juicios orales: uno por lavado de dinero, conocido como el
caso Hotesur-Los Sauces, y el otro por la firma del pacto secreto con Irán, con
el supuesto objetivo de beneficiar a los sospechosos iraníes prófugos que
volaron el edificio de la AMIA en 1994, en un ataque terrorista que dejó 85
muertos.
Ambas decisiones
fueron tomadas por los jueces de la Sala I de la Cámara de Casación Penal Diego
Barroetaveña y Daniel Petrone, que además mandaron a juicio a Máximo Kirchner
en el caso de lavado de dinero y sobreseyeron a su hermana Florencia. El eje de
la acusación en esta causa es que los Kirchner recibieron en sus empresas
presuntos retornos de los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal López en
compensación por los negocios que hicieron al amparo del Estado.
A raíz de estos
negocios, Báez ya fue condenado por lavado a 10 años de prisión en el caso de
“la ruta del dinero K”, un fallo que ratificó la Casación. Y fue condenado a su
vez junto a Cristina Kirchner en la causa Vialidad, en la cual se determinó que
durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner fue favorecido con las
obras viales santacruceñas que lo hicieron millonario. El empresario Cristóbal
López, en cambio, fue absuelto en el caso de Oil Combustibles, donde se debatió
cómo obtuvo varios planes de pago de la AFIP cuando al mismo tiempo no
tributaba millones del impuesto a los combustibles. A diferencia de López,
Ricardo Echegaray, extitular del ente recaudador, fue condenado a cuatro años
de cárcel.
Tras la decisión de
la Casación, en el caso del memorándum con Irán ahora serán juzgados el actual
procurador del Tesoro, Carlos Zannini; el senador Oscar Parrilli; el dirigente
de La Cámpora y ministro bonaerense Andrés Larroque, y el viceministro de Justicia,
Juan Martín Mena, entre otros. La denuncia que llevó ahora a este juicio fue
realizada en 2015 por el fiscal Alberto Nisman, días antes de ser hallado
muerto con un tiro en la cabeza, lo que la Justicia considera un asesinato.
Además, los
camaristas Petrone y Barroetaveña decidieron apartar a los jueces del tribunal
oral que sobreseyó sin juicio oral a la vicepresidenta en el caso Hotesur-Los
Sauces, Daniel Obligado y Adrián Grünberg. No así a Adriana Palliotti, que
había votado en disidencia.
En el proceso por
el pacto con Irán, por su parte, Petrone y Barroetaveña apartaron también a los
jueces Obligado, José Michilini y Gabriela López Iñiguez, ya que consideraron
que opinaron sobre la prueba y el fondo del caso al cerrarlo. En este caso, el
fiscal Marcelo Colombo había apelado el sobreseimiento sin juicio, pero su
colega ante la Casación Javier de Luca desistió de la apelación al entender que
no había delito en suscribir un tratado ratificado por el Congreso.
Pero el recurso
siguió vivo y se llegó a este fallo porque lo apelaron los querellantes Luis
Czyzewski y Mario Averbuch, familiares de las víctimas que murieron en la AMIA,
con el patrocinio de Tomás Farini Duggan y Juan José Ávila. Lo mismo hizo la
DAIA, representada por su presidente, Jorge Knoblovits.
El eje del debate
En ambas causas se
debatía el mismo problema jurídico: si existieron nuevas pruebas que llegaron
al tribunal oral, antes de la realización del juicio, que de manera evidente e
inmediata establecieran que no era necesario hacer el juicio porque se hacía obvia
la falta de responsabilidad de los acusados.
En el caso de
Hotesur y Los Sauces, las defensas dijeron que la prueba nueva que hizo
evidente que no había delito fue un peritaje del cuerpo forense de la Corte que
señaló que todos los movimientos de la empresa Los Sauces estaban bancarizados.
Por eso, dijeron, no puede haber delito en una actividad en blanco, cuando la
acusación apuntaba a que el alquiler de las propiedades de los Kirchner era en
realidad una simulación y que esas habitaciones de hotel e inmuebles no eran
utilizados en los hechos.
La Casación
advirtió que el razonamiento de Obligado y Grünberg, “además de haberse fundado
en cuestiones de valoración sumamente debatibles, en definitiva, carece de
sustento en prueba novedosa alguna”. Hablaron de una sentencia arbitraria que
se basó en una fundamentación aparente y que afectó la garantía constitucional
del fiscal de llevar adelante el juicio oral.
En cuanto a
Florencia Kirchner, sostuvieron que la acusación habla de una asociación
ilícita que actuó desde 2003 hasta 2016, pero que la hija de la vicepresidenta,
nacida el 6 de julio de 1990, al momento de la conformación de la organización
tenía 12 años y “habría sido incorporada a la asociación con posterioridad al
fallecimiento de Néstor Kirchner, el 27 de octubre de 2010.
“No puede
soslayarse, además de su temprana edad, que no resulta controvertida su
ajenidad al desempeño en cargos públicos y su formación previa ajena a la
actividad empresarial, circunstancias a las que se suman los lazos de afecto y
confianza en juego, todos ellos datos objetivos evidentes de su historia vital,
por lo que aparece en forma cierta, en definitiva, el condicionamiento que a su
autonomía personal significaba el entorno donde transitaba su vida de
relación”, dijo el juez Petrone en su voto, al que adhirió Barroetaveña con sus
argumentos.
En la causa Hotesur
y Los Sauces, más de 20 acusados irán a juicio: además de Cristina y Máximo
Kirchner, Romina Mercado (hija de Alicia Kirchner), Lázaro Báez y sus hijos,
Osvaldo Sanfelice (socio de Máximo), el contador Víctor Manzanares y los
empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa.
En cuanto a la
acusación en el caso del pacto con Irán, revelada por el fallecido periodista
Pepe Eliaschev, se debatió la misma idea: si es que se plantearon, entre la
elevación a juicio y la realización del debate, pruebas nuevas que hicieran
evidente que no era necesario realizar el proceso oral, porque se caía la
acusación contra los imputados.
El elemento
planteado como novedoso fue un informe de In ter polque señalaba que las
circulares rojas no podían nunca darse de baja sin la orden de un juez. La
querella y la fiscalía destacaron que Interpol contaba con facultades
reglamentarias para hacer caer las notificaciones, por lo que “hay cuestiones
controvertidas respecto de las que solo el debate oral puede arrojar luz”,
indicaron los camaristas. Por eso, señalaron que los jueces “efectuaron una
interpretación forzada y arbitraria”.
Las personas que
ahora deberán ser juzgadas son Cristina Kirchner, el exvicecanciller Eduardo
Zuain, Zannini, Parrilli, Mena, Larroque, Angelina Abbona, los piqueteros Luis
D’Elía y Fernando Esteche, el dirigente islámico Jorge Khalil y el exagente
Ramón Allan Bogado.ß |