Por Matías Barbería
- El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos distribuyó un informe
confidencial destinado exclusivamente a sujetos obligados por las normas
antilavado que alerta sobre las maniobras más comunes que usan los argentinos
para intentar vulnerar las normas cambiarias en tiempos de cepo. Con
una brecha cambiaria que supera el 80% nació toda una industria en las sombras
dedicada a inventar excusas para acceder a comprar dólares al precio
oficial y luego reingresarlos al país a través del mercado financiero. La
rentabilidad, en algunos casos, es del 100% en pocos días.
Infobae accedió
al reporte confidencial que tiene fecha de marzo de 2023. Bajo el título
“Lavado de Activos: Tipologías y Estudios de Casos”, el documento de unas 50
páginas describe metodologías delictivas habituales para que los sujetos
obligados puedan detectar maniobras similares y elevar Reportes de Operaciones
Sospechosas (ROS) que permitan desactivarlas.
Como toda
estrategia antilavado, el informe se detiene sobre los modos de trabajo de
organizaciones dedicadas al narcotráfico, estafa, trata de personas y otros
delitos habituales. Pero la situación macroeconómica argentina genera la necesidad
de poner la lupa, además, sobre otro tipo de maniobras: las que buscan lucrar
con la brecha cambiaria.
“La normativa
cambiaria de aplicación a los casos bajo estudio permite el acceso al mercado
de cambios para el pago por la contratación de los servicios correspondientes a
la utilización de plataformas educativas y software con fines educativos, sin
tributar el impuesto PAIS”
En tiempos de tipos
de cambio múltiples, cualquier persona u organización que acceda a comprar
dólares al tipo de cambio oficial y revenderlos al tipo de cambio paralelo
puede hacer enormes ganancias. Y si la rueda sigue girando, realizar esas
ganancias en moneda dura.
El documento de
trabajo descibe tres tipologías que fueron detectadas en numerosas ocasiones y
sobre las que el Comité de Coordinación para la Prevención y Lucha contra
el Lavado de Activos, la Financiación del Terrorismo y la Proliferación de
Armas de Destrucción Masiva aspira a generar una vigilancia mayor.
El Ministerio de
Derechos Humanos no pudo confirmar la existencia del informe de inmediato, ante
la consulta de Infobae.
Universidades
falsas
La primera, se
enfoca sobre las “Transferencias al Exterior por Servicios Educativos”. Los
pagos al exterior están exentos de impuestos cambiarios, como detalla el
informe.
“La normativa
cambiaria de aplicación a los casos bajo estudio permite el acceso al mercado
de cambios para el pago por la contratación de los servicios correspondientes a
la «utilización de plataformas educativas y software con fines educativos», sin
tributar el impuesto PAIS (alícuota del 30%) y sin practicársele, por
consiguiente, la percepción establecida en la RG AFIP 4815 (del 35%). Es decir,
en cada caso se accedió al tipo de cambio oficial burlando la normativa
vigente en función del supuesto destino que se otorgaría a los fondos
transados. Tampoco se habría tributado el Impuesto al Valor Agregado (IVA)”.
Las páginas de las
universidades falsas mostraban fotos de graduados que figuraban en decenas de
webs y que habían sido tomadas una década atrás (Getty Images)
Según describe el
documento, la modalidad consiste en la creación de supuestas
universidades o centros educativos online, basados en los EEUU, propiedad
de personas de nacionalidad argentina. La investigación reveló cosas curiosas
sobre las webs. Por ejemplo, que estaban creadas hace poco y que solían incluir
fotos de graduaciones que se habían publicado en decenas de páginas web
distintas, algunas de 10 años de antiguedad. No se pudo determinar si eran, realmente,
instituciones dedicadas a la educación. Pero las sospechas son claras.
Los pagos que
cobraban estas universidades por sus servicios surgían de cuentas argentinas en
pesos. Los fondos se acreditaban en las cuentas originales a través
de depósitos en efectivo en terminales de autoservicio (las más
difíciles de rastrear) y, de inmediato, eran utilizadas para contratar los
servicios educativos. Después, aventura el informe, las divisas compradas a
tipo de cambio oficial se devolvían a la Argentina ya sea a través de
operaciones con bonos (contado con liquidación) o mediante compensación en el
mercado informal (dólar cable). Para, luego, volver a hacer el rulo.
“La operatoria
detectada ha sido concretada en un período muy breve de tiempo, siendo que en
el transcurso de casi 20 días se han efectuado un poco más de 20 transacciones,
de manera estructurada en tiempo e importes, por un monto total aproximado de $
50.000.000″, detalle el informe y rescata que en la fecha de la realización la
brecha cambiaria era del 100%, con lo cuál esa era la ganancia obtenida por los
infractores.
Recitales
fantasma
Otro punto débil de
la normativa cambiaria que aprovechan estas usinas de compra de divisas tiene
que ver son los pagos para espectáculos. Más precisamente, acceden al mercado
cambiario la cancelación de supuestas obligaciones contraídas con motivo de la
importación de servicios, varios de ellos registrados bajo el código del BCRA –
RIOC S24 «Otros servicios personales, culturales y recreativos».
“En el transcurso
de casi 20 días se han efectuado un poco más de 20 transacciones, de manera
estructurada en tiempo e importes, por un monto total aproximado de $
50.000.000″
Ese es otro hueco
en la regulación que permite a importadores pagar los dólares a tipo de
cambio oficial y, una vez con los dólares en la mano, aprovechar la brecha
cambiaria.
En este caso, el
origen de los fondos fueron sociedades radicadas en paraísos fiscales. Desde
allí, se generaban préstamos a residentes argentinos que, luego, usaban ese
dinero para pagar por “espectáculos musicales” que se celebrarían,
supuestamente, en el exterior y en una fecha futura.
El documento habla
de $220.000.000 que se detectaron realizando esta operatoria.
La explosión de la
cantidad de tarjetas de débito tras la pandemia permitió otro fraude: que
viajaran los plásticos en lugar de sus titulares
Las investigaciones
mostraron todas las inconsistencias. Los espectáculos musicales nunca se
realizaban. Las empresas y personas que recibían los préstamos para comprar
dólares en el mercado local con los que pagar por esos shows no tenían relación
alguna con el mundo del espectáculo. El dinero, sospechan en el Ministerio de
Justicia, era luego reingresado vía dólar cable o dólar financiero.
“El ciclo en la
operatoria, que podría durar sólo días, habría permitido obtener a los
administradores de la estructura beneficios económicos extraordinarios en el
muy corto plazo (al hacerse de los fondos correspondientes a la diferencia
entre la obtención de los dólares a la cotización oficial en entidades
financieras argentinas, y la venta de títulos públicos ingresados desde el
exterior al valor del contado con liquidación), aprovechando la brecha
cambiaria existente entre ambos valores (que a la fecha de realizadas las
operatorias, era superior a la del dólar oficial versus la del dólar del
denominado mercado «negro» o dólar «blue»).”
Tarjetas
viajeras
La tercera
modalidad ya había sido dada a conocer en el
pasado. El nuevo
informe la describe como “Consumos con tarjetas de débito en el exterior”. Fue
muy utilizada poco después de la pandemia, cuando el Banco Central era
permisivo para los gastos en el exterior de los argentinos que habían quedado
varados fuera del país en tiempos de pocas conexiones aéreas. Y en momentos en
que la cantidad de tarjetas de débito había explotado por el pago de
asistencias sociales como el Ingreso Familiar de Emergencia.
El documento
describe que organizaciones aprovecharon esas tarjetas de débito en manos de
personas de bajos recursos para fondearlas con depósitos en efectivo a través
de terminales de autoservicio (otra vez, la forma más difícil de rastrear) y,
luego, esas tarjetas realizaban consumos en el exterior. Los comercios que
cobraban esos consumos resultaban ser de propiedad de personas con nacionalidad
argentina que, luego, reingresaban las divisas obtenidas al país.
Los dueños de esas
tarjetas de débito jamás viajaban. Las que viajaban eran las tarjetas o, a lo
sumo, hacían sus compras online. En tiempos en los que el dólar turista era
mucho más conveniente que el informal o el financiero, la maniobra tuvo su
auge. |