Por María Julieta
Rumi - Según cálculos de la consultora Fernando Marull y Asociados (FMyA), el
Gobierno enfrentará este año vencimientos de deuda nominada en pesos (a tasa
fija, ajustable por CER, dólar-linked y por bonos duales) por unos $18
billones. De ese total, $11,6 billones se encuentran en manos del propio sector
público (BCRA, Anses) y $6,6 billones están en poder de inversores privados.
El tema de la deuda
del sector público tuvo un capítulo político durante el fin de semana, por el
duro comunicado emitido desde la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, en el
cual, entre otras cosas, se advirtió sobre el “delicado escenario de fragilidad
financiera” que dejaría el Gobierno, dado que el endeudamiento del sector
público “tuvo un aumento récord y creció ya a US$83.000 millones, disparando
una crisis de financiamiento en pesos que tuvo su epicentro en junio de 2022”.
Mientras que, en lo
que se refiere a este año, el roll-over de la deuda intra sector público está
prácticamente asegurado, el mercado se mantiene atento a lo que sucede con los
vencimientos con tenedores privados. Buena parte se concentra en los meses
anteriores a las PASO. Y el segundo trimestre se perfila como el más exigente,
ya que en ese período llegará cerca de la mitad de los vencimientos totales con
privados: en abril vencerán $1,3billones ($300.000 millones de deuda CER,
$466.000 millones dólar-link y $600.000 millones a tasa fija); en mayo, otros
$947.000 millones, y en junio, $1billon (incluyendo el primer vencimiento de
bonos duales, por $430.000 millones).
“Si el Gobierno
saldrá o no airoso de estos meses dependerá en buena medida de que sostenga la
demanda de bonos en pesos con vencimiento en fechas posteriores a las PASO”,
dicen en FMyA. Y sostienen que no debería enfrentar dificultades, a menos que
haya una corrida contra la deuda en pesos como la que hubo a mitad de 2022, o
que exista alguna declaración de un candidato insinuando un posible
reperfilamiento.
Más allá de la
situación de la deuda en pesos, la Mesa de Juntos por el Cambio resaltó que, si
bien el déficit fiscal bajó, esto fue “gracias al atraso de jubilaciones y
salarios por inflación”, que “el déficit cuasi fiscal del Banco Central
aumentó” y que el financiamiento monetario al Tesoro “continuó por canales poco
transparentes, alcanzando en el último trimestre del año [2022] casi $800.000
millones, equivalentes a casi 20% de la base monetaria o al 1% del PBI”.
Por otro lado, los
dirigentes sostuvieron que la deuda del Banco Central creció y que supera los
$10 billones (o el 12% del PBI) y el pago de sus intereses obliga a imprimir
billetes por el equivalente a una base monetaria cada 6 meses. “Como
consecuencia de esto, la brecha cambiaria se sostiene en torno al 90% y los
dólares, que para la compra de insumos escasean y se distribuyen discrecionalmente,
alcanzan para una improvisada y dudosa recompra de deuda pública con
vencimientos lejanos, que compromete las pocas reservas netas remanentes a
expensas de la producción, el trabajo y el crecimiento en 2023“, agregaron, en
referencia al anuncio del ministro Sergio Massa.
“El gobierno del
Frente de Todos ha decidido repetir la estrategia que tanto daño les hizo a los
argentinos, postergando las soluciones de fondo y recurriendo a medidas de
corto plazo que alargan la mecha al costo de agrandar la bomba”, concluye el
comunicado de la oposición.ß |