Por Hernán
Cappiello - Con el cierre de la feria judicial de verano, pasado mañana, la
Casa Rosada prepara una nueva maniobra para evitar cumplir el fallo de la Corte
Suprema que benefició a la ciudad de Buenos Aires y que ordena girarle al
gobierno porteño $1100 millones diarios. El Gobierno pretende ampliar la
recusación de los jueces del máximo tribunal, con el argumento de que existe un
vínculo indebido entre la Corte y la administración de Horacio Rodríguez
Larreta, que analiza pedir el embargo de las cuentas nacionales.
Sin posibilidad de
utilizar como prueba los supuestos chats filtrados de manera ilegal entre el
ministro porteño Marcelo D’Alessandro (de licencia) y Silvio Robles, mano
derecha del presidente de la Corte, Horacio Rosatti, el Gobierno intentará
demostrar ese vínculo por otras vías. En los tribunales consideran que el
juicio político a la Corte persigue también el objetivo de no cumplir los pagos
que ordena el fallo.
El 1° de febrero
termina la feria judicial de verano en los tribunales y se avecina el comienzo
de una batalla campal ante la Corte Suprema de Justicia por los 1100 millones
de pesos diarios de la coparticipación federal que la Nación debe pagarle a la
ciudad de Buenos Aires. La Casa Rosada prepara una ampliación de la recusación
de todos los jueces de la Corte y un eventual pedido de nulidad del fallo que
ordena pagar, mientras el gobierno porteño analiza nuevas presentaciones para
cobrar y no descarta pedir a la Corte el embargo de las cuentas nacionales.
Todo este trámite
tiene como telón de fondo el juicio político contra los jueces de la Corte,
promovido tras dictar la sentencia por la coparticipación y que tuvo como
disparador la difusión de supuestos chats, obtenidos ilegalmente, entre el
ministro de Justicia y Seguridad porteño (actualmente de licencia), Marcelo
D’Alessandro, y Silvio Robles, funcionario de la Corte y mano derecha del juez
Horacio Rosatti.
La Casa Rosada
apelará a ese vínculo para ampliar la recusación contra los jueces de la Corte
y –al menos– postergar el pago a la Ciudad. Como no puede utilizar los
supuestos chats, invalidados como prueba por la Justicia, buscará acreditar el
vínculo entre D’Alessandro y Robles por otras vías, con el fin de argumentar
una relación indebida entre el máximo tribunal y una de las partes, el gobierno
porteño.
En los tribunales
entienden que la promoción del juicio político tiene el objetivo de no pagar la
sentencia, obturar el fallo de fondo o al menos demorarlo, ante la certeza de
que el Gobierno lo promueve sin tener los votos necesarios como para aprobarlo
en el Congreso.
El segundo objetivo
que ven en los tribunales detrás de la promoción del juicio político a la Corte
es el de generar temor en los jueces de la Cámara de Casación que deben
resolver causas sensibles para Cristina Kirchner: en particular los camaristas
Diego Barroetaveña, Daniel Petrone y Ana María Figueroa, que deben decidir si
confirman o no el sobreseimiento de la vicepresidenta en el caso Hotesur y Los
Sauces y en el expediente sobre el memorándum con Irán. También están en la
mira los jueces Mariano Borinsky, Javier Carbajo y Gustavo Hornos, que deben
analizar si confirman o no la condena a seis años de prisión por corrupción en
el caso Vialidad.
Por lo pronto,
apenas se reanude la actividad judicial en febrero, los jueces de la Corte
tienen para resolver planteos que hizo el gobierno de Alberto Fernández contra
la medida cautelar que obliga a que le paguen a la Ciudad el 2,95% de los
fondos coparticipables que recibe la Nación. La Casa Rosada había dejado de
girar esos fondos en 2020, tras una huelga policial bonaerense, para
redirigirlos al gobierno de Axel Kicillof.
La Nación sostiene
que esos fondos fueron cedidos por la gestión de Mauricio Macri a la Ciudad
para pagar la transferencia de la policía porteña, pero por encima de lo
necesario y de forma injustificada.
“Se viene una
guerra termonuclear”, describió un constitucionalista que sigue el proceso.
Ambas
jurisdicciones trataron de ponerse de acuerdo, pero fracasaron y llevaron el
caso a la Corte, que falló en favor de la Ciudad, reconociendo parcialmente su
reclamo, mediante una medida cautelar que obliga a que le depositen diariamente
unos 1100 millones de pesos. El Presidente primero dijo que no iba cumplir con
la sentencia de la Corte y que no iba a pagar; luego afirmó que iba hacerlo,
pero con bonos, para lo cual habilitó una cuenta especial en el Banco Nación.
Al mismo tiempo, la
Casa Rosada presentó antes del último día hábil de 2022 dos recursos. En uno,
recusó a todos los jueces de la Corte, argumentando que, al resolver la medida
cautelar, adelantaron opinión sobre la cuestión de fondo en la que deben
pronunciarse. Esto es, si la Ciudad tiene o no derecho a que le reconozcan el
retorno de los fondos. El otro recurso, que presentó el procurador del Tesoro,
Carlos Zannini, se denomina “revocatoria in extremis” y está orientado a que la
propia Corte dé marcha atrás en su decisión. Por la presentación de ambos
recursos, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, denunció a Zannini por
desobediencia.
Sobre estos dos
recursos se espera que ahora la Casa Rosada sume nuevos planteos, por ejemplo,
ampliando la recusación de los jueces de la Corte sobre la base de argumentar
una relación indebida entre el máximo tribunal y la Ciudad. Los supuestos chats
entre Robles y D’Alessandro, obtenidos ilegalmente, ya fueron desechados por la
Justicia como una prueba válida, pero bien puede la Nación buscar probar ese
vínculo por otro camino. Eso abriría la posibilidad
incluso de reclamar
la nulidad de la medida cautelar con la que la Ciudad viene ganando el juicio.
“La medida cautelar
no causa estado, es revisable, no es la sentencia de fondo”, señaló un abogado
relacionado con el caso, que analizó que esta situación puede demorar todo el
trámite del expediente de la coparticipación por la cantidad de recursos a
resolver.
Este escenario es
el que tienen en mente en los tribunales como parte de lo que ocurrirá en
febrero. Incluso funcionarios del gobierno porteño vislumbran esta posibilidad
y están preparados para litigar.
La estrategia
porteña
En la Procuración
del Tesoro de la Ciudad se prepara otra artillería. El gobierno de Horacio
Rodríguez Larreta ya trató de que la Corte forzara la ejecución de la sentencia
antes de fin de año. Se conformó con presentar dos escritos en los que
denunciaba el incumplimiento del gobierno nacional. Ahora analiza si
corresponde seguir denunciando el incumplimiento, pero además ir más allá, con
un pedido de embargo sobre las cuentas nacionales.
Al mismo tiempo, la
administración porteña presentó una denuncia penal contra el gobierno nacional
por el incumplimiento del fallo. Quedó radicada en los tribunales de Comodoro
Py. El escrito alcanza a funcionarios del Poder Ejecutivo, “incluyendo a
quienes forman parte del Ministerio de Economía y del Ministerio del Interior
de la Nación, que han sido notificados de la resolución judicial”. Sin
nombrarlos, apuntó contra Alberto Fernández, los ministros de Economía y del
Interior, Sergio Massa y Eduardo de Pedro, y la titular del Banco Nación, Silvina
Batakis. El caso quedó en manos del Juzgado Federal N° 6 y fue delegado en la
fiscalía federal de Ramiro González.
En la Ciudad ven
como efectivo este mecanismo de pinzas: por un lado, ir con la denuncia penal
por la desobediencia al fallo de la Corte y, por el otro, buscar litigar ante
el máximo tribunal para poder ejecutar la medida cautelar. “Vamos a insistir
con la mayor energía en que se cumpla la sentencia. Es superimportante para
nosotros que el fallo se cumpla. Evaluaremos alternativas. En diciembre
preferimos ser prudentes; ahora, la Corte debe resolver”, dijo un funcionario
porteño a la nacion, y agregó que lo más probable es que la Corte primero se
aboque a tratar la recusación y luego la “revocatoria in extremis”.
La recusación
podría rechazarla sin más trámite. Solo en caso de que la admitiera (algo
improbable), correspondería convocar a conjueces entre los presidentes de las
cámaras federales del país para resolver.
“Obviamente,
tenemos otros remedios y otras alternativas que evaluamos presentar para
ejercer nuestros derechos llegado el caso. Tenemos un menú abierto de
alternativas y veremos cuál es la más apropiada para cobrar”, añadió el
funcionario porteño, que señaló que es la Corte Suprema la que debe disponer
las medidas de “ejecución forzada” del veredicto. |