Por Matías Barbería
- El ministro de Economía, Sergio Massa, sacudió al mercado con un anuncio de recompra
de deuda calculado para resonar poco antes de la apertura de las operaciones. El blanco, según
operadores y economistas, es el crónico problema que enfrenta desde que llegó a
Hacienda a mediados del año pasado: el dólar. Las cotizaciones de
los bonos soberanos mostraron saltos inmediatos mientras que los dólares financieros podrían
recortar avances en las próximas horas, si la medida logra su cometido.
La recompra de más
de USD 1.000 millones en títulos de deuda que encargó el funcionario
al Banco Central promete disparar los precios en dólares de los bonos
más utilizados para las compras de dólar MEP y contado con liquidación,
mientras que una suba de tasas de corto
plazo decidida esta
mañana por la autoridad monetaria se va a encargar de encarecer el
financiamiento para inversiones especulativas, afectando el tipo de cambio
implícito en en los títulos de deuda. De esta manera, el Gobierno busca evitar
que continúe la tendencia al alza del dólar libre y las cotizaciones
financieras de la divisa.
¿Pero cómo
funciona el mecanismo pensado por Massa?
En si, la mecánica
que busca establecer el Ministerio de Economía no es nueva en el mercado local.
Ya en el pasado reciente, durante la gestión de Martín Guzmán, se le
encargó al Banco Central intervenir en los precios de los bonos con el objetivo
de bajar al contado con liquidación y al dólar MEP. La esperanza era que al
contener esas paridades también se generara un techo para el dólar libre. Las
intervenciones, en ese entonces, eran mucho más chicas y menos explícitas de lo
anunciado hoy por Massa.
Pero no es el único
antecedente. En las últimas semanas el Gobierno también se había mostrado
activo en el mercado de bonos con intervenciones sobre la hora, en los últimos
minutos de cada rueda, orientadas a frenar o bajar el precio de los dólares
financieros. Pero con un acuerdo con el FMI en marcha el Banco
Central no estaba autorizado a hacerlo y era, según las especulaciones de los
operadores del mercado, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses el
que se encargaba de atacar los precios de los bonos.
Se trataba de
intervenciones visibles para los operadores, alguien salía a comprar a pérdida
antes de cada cierre, pero que no se anunciaban como tales y que no tenían
ningún tipo de publicidad oficial.
La operación
de recompra de deuda tiene la virtud de que puede perseguir el mismo
objetivo que las intervenciones de la Anses pero a plena luz del día, por
montos más importantes y visibles, además de permitir a Massa el golpe de
efecto de un anuncio que -aspira- altere la tendencia del mercado.
Riesgo país
Al elegir una
operación masiva de recompra -según operadores USD 1.000 millones son una
porción importante de deuda emitida que en total ronda los USD 35.000 millones-
Massa puede aspirar a lograr otro efecto: elevar los precios
en dólares de los bonos y, con la suba de precios, hacer caer sus
rendimientos. La “tasa” que pagan esos bonos a quienes los compran en el
mercado secundario. Esa tasa no es ni más ni menos que la referencia a la que,
en teoría, podría emitir deuda el Tesoro si quisiera colocar nuevos bonos en
dólares en el mercado.
Esa tasa o
rendimiento de los bonos tiene una forma muy célebre de ser expresada.
El riesgo país, o índice EMBi de JP Morgan, que es una medida del costo
de endeudarse del Tesoro argentino en comparación con el que paga el Tesoro de
los Estados Unidos.
Bajar el riesgo
país, en principio, es una vía para volver más accesible una
eventual emisión de deuda en moneda extranjera. Este es un objetivo
muy importante de todos los programas del FMI precisamente porque el Fondo
presta a los países que pierden acceso al mercado con el objetivo de, eventualmente,
poder abandonar ese rol de prestamista de última instancia cuando el país logra
volver a financiarse por su cuenta en el mercado.
Massa fue explícito
en esto durante su anuncio de esta mañana cuando instó a trabajar para “que la
mejora del perfil de la deuda argentina permita devolver al país a un lugar de
participación en el mercado de capitales”. Y en su entorno creen que no va a
poder despertar objeciones del organismo al tratarse de operaciones que, así
planteadas, no están prohibidas en el acuerdo.
Volver al mercado
puede estar muy lejos -operadores consultados descreen de que algo así pueda
estar cerca-, pero caminar en dirección a él no puede ofender a nadie: ni al
FMI ni al frente interno.
Tasa en pesos
En concordancia con
el anuncio de Massa, el Banco Central anunció esta mañana otra medida
financiera que busca acompañar el proceso de recompra de deuda.
“El Banco Central
de la República Argentina informa que desde el día 18 de enero de 2023 decidió
incrementar en 200 puntos básicos la tasa para las operaciones de
pases. La tasa de pases pasivos a 1 día hábil de plazo es de 72% mientras que
para las operaciones activas a 1 día hábil de plazo es de 97%”, anunció la
entidad conducida por Miguel Pesce a través de un comunicado.
Los pases pasivos son
instrumentos del Banco Central similares a una Leliq pero de muy corto plazo.
Le permiten a Pesce sacar dinero de circulación momentáneamente, reducir la
base monetaria, y regular el costo de endeudamiento de muy corto plazo.
La suba de tasas de
cortísimo plazo complementa las recompras de bonos con dólares. Al subir, al
menos en términos relativos, el costo de los pesos ayuda a contener los tipos
de cambio paralelos. Por ejemplo, porque la suba impacta sobre la tasa de la
caución, los préstamos que toman los operadores financieros para invertir y
que, muchas veces, se usa para financiar compras de dólares. |