Argentina le pagará
este lunes al Fondo Monetario Internacional (FMI) u$s641
millones para la cancelación de uno de los vencimientos del acuerdo santd by que le fue otorgado a Mauricio Macri en 2018
por u$s45.000 millones.
Esta obligación
está calzada con los desembolsos que el organismo realiza a la Argentina a
través del Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF) vigente
y que depende del cumplimiento de metas trimestrales.
Durante enero, los compromisos de la Argentina con el organismo multilateral
ascienden a US$2.597 millones y el pasado lunes 9 de enero se realizó el pago
más fuerte del mes, por US$1.282 millones, mientras que el total se completará
el lunes 30 de enero con el giro de US$674 millones.
El EFF vigente
establece que el FMI le gira a la Argentina el
dinero para pagar los vencimientos del stand by generando nuevos plazos de
pago, es decir, que el stand by no fue cancelado, sigue su curso y se repaga
con los desembolsos periódicos. El último se concretó a fines de diciembre y fue por US$6.000 millones, que
sirvieron para cumplir con la meta de acumulación de reservas y ahora se
utilizan para las obligaciones del primer trimestre del año.
La situación del
acuerdo con el FMI
La próxima revisión
se iniciará en los próximos días y auditará las cuentas al 31 de diciembre de
2022, cuyos lineamientos generales estarían cumplidos. Si bien la relación con
el FMI se encuentra aceitada, hay dos puntos en que
existen contrapuntos:
por un lado, está
la negativa del organismo a rever el tema de la sobretasa que paga el país por
haber tomado préstamos por sobre su cuota y el segundo punto álgido es la
discusión sobre "el costo de la guerra, ya que Argentina plantea que el conflicto
bélico le costó al país un adicional de US$5.300 millones, pero para el FMI fue
de US$3.200 millones.
El ministro de
Economía, Sergio Massa, asegura que no es la intención de la
Argentina modificar el acuerdo vigente, sino que se encuentren mecanismos para
contemplar la situación.
Pretende buscar
vías alternativas de financiamiento para un año que luce durísimo dada la caída
de ingresos por la cosecha producto de la sequía. Este año el déficit debe
reducirse a 1,9%.
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