Por Claudio
Zlotnik - Sergio Massa se jacta de que durante su corta gestión al frente de
Economía logró desacelerar la inflación
drásticamente. De aquel
7,4% de julio, la cifra más alta en 20 años, al 4,9% de noviembre y el 5,1% de
diciembre -un mes tradicionalmente caliente para los precios- que se conoció
hoy. Este último, un nivel que muy pocos habían considerado posible hasta hace
algunas semanas.
La pregunta, de
aquí en más, es si esta dinámica es sostenible. O, si acaso, se trata de un
hecho esporádico. ¿Será posible consolidar una tendencia bajista, tal como
promete el ministro de Economía?
Por lo pronto, los
economistas que respondieron al REM del Banco Central pronostican que
enero se situará en el 6%.
A favor de Massa,
la consultora Eco Go -dirigida por Marina Dal Poggetto- prevé un IPC del
5% para este mes.
Inflación: ¿se puede extender una racha a la baja?
¿Entonces? Massa
confía en que la estructura que le permitió bajar la inflación sigue
ahí, para extender la racha descendente en los próximos tiempos.
Por un lado, los acuerdos de precios de los
alimentos que -una vez
más- permitió colocar a ese rubro tan sensible por debajo del promedio.
Por otro lado, es
verdad que la obsesión del ministro por conseguir dólares para las
reservas abrió las puertas a una estabilidad en el mercado cambiario.
Se sabe que ese
logro luce incipiente y muy frágil. Pero Massa se esfuerza por cerrar acuerdos
con el sector empresario, que le permitan el acceso a esas tan
preciadas divisas.
Las dudas sobre los precios
Hacia adelante,
justamente, aparecen las sombras que dejan los acuerdos que va amarrando el Gobierno
pero que no son para siempre. Massa no quiere correr riesgos: va a apurar
la extensión de los acuerdos.
Con ese objetivo,
volverá a prometerles a las empresas que tendrán acceso a los dólares
"oficiales" para poder importar sus insumos sin problemas.
Ese compromiso, que
ya está en plena vigencia, se viene cumpliendo a medias, dicen los empresarios.
Por un lado, es cierto que les acortaron los plazos para acceder a las
divisas, pero todavía no les permiten adelantar las compras en el extranjero.
Por otro lado, se
mantiene la amenaza por la escasez de dólares. Ya está visto: los pactos
con las cerealeras para liquidar divisas tuvieron un final y no se extendieron.
Sirvieron para despejar la incertidumbre de corto plazo, pero -en simultáneo-
abrieron las puertas a las dudas para los próximos meses.
De dónde saldrán los dólares
¿Cómo hará Massa
para conseguir los dólares que ya adelantaron los sojeros? ¿A quiénes
recurrirá? El escenario de las divisas se complicó por la sequía. ¿Y
entonces?
Posibles acuerdos
con Brasil y hasta una negociación de último momento con el Fondo
Monetario están en la agenda, pero todavía no hay ninguna definición. Nada que
pueda cerrarse con la urgencia que muestra la economía argentina.
Massa, está claro,
descarta una devaluación, con lo cual el único ajuste que puede venir
ante la falta de dólares son mayores restricciones a las importaciones, con el
consabido golpe sobre la actividad económica.
¿Hacia allí se
encamina la economía versión 2023? El calendario electoral no lo
permitiría, pero las restricciones -severas- están allí y son el nuevo desafío
para el ministro de Economía.
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