En ese marco, en septiembre el Tesoro tiene para renovar en total $16,3 billones que están en manos privadas, de los cuales unos $7,2 billones se concentrarán en el primer llamado del mes, y el resto en el segundo.
Licitación clave: se espera más presión sobre las tasas
La expectativa en la city es que el resultado de las elecciones de la Provincia de Buenos Aires influya sobre el nivel de las tasas de interés que pedirán los bancos para refinanciar al Gobierno.
Cabe recordar que, desde el momento en el que las autoridades económicas decidieron eliminar las LEFIs, como instrumentos para manejar la liquidez diaria de los bancos, la tasa de interés pasó del 29% TNA, a un máximo de 55% en el caso de las Lecaps más cortas.
Llamado tras llamado, el Gobierno ha tenido que pagar un poco más de tasa para poder sacar pesos de circulación. Se han introducido cambios en las normas de encajes para que se puedan usar las letras de más de 60 días que ofrece el Tesoro, las denominados TAMAR, que pagan la tasa mayorista de los plazo fijo del sistema.
En el último llamado, el Tesoro convalidó una tasa del 86% efectiva anual en las letras TAMAR. Si bien se trata de una tasa variable —y en la práctica el Tesoro no abonará ese nivel completo—, constituye un termómetro del apetito y la desconfianza del sistema financiero.
El BCRA cuestionó a los bancos por la falta de colaboración
En el encuentro del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) en Bariloche, el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, lanzó duras críticas contra los bancos y los señaló de manera directa, sugiriendo que actuaron en contra del programa económico.
Explicó que un mes antes de los cambios se le pidió a los bancos que redujeran sus posiciones en LEFIs y que fuera pasando a Lecaps. sin embargo, al momento de la implementación, no solo no redujeron sus tenencias, sino que las incrementaron.
Werning dijo en el encuentro anual de los gerentes de Finanzas de las empresas más importantes del país que el BCRA está trabajando en nuevas normas para generar un “mercado secundario de liquidez”, a donde puedan concurrir las entidades para operar con liquidez diaria o intradiaria, pero sin la intervención del BCRA.