En 12 meses, el peso se devaluó un
60% frente a una inflación superior al 90%, con lo que para diciembre del año pasado, el dólar
se encontraba solo 6,6% por encima de noviembre de 2015, momento en que
se experimentó el valor más apreciado del peso desde la salida de la
Convertibilidad. Y al que le siguió, durante el gobierno de Macri, una devaluación cercana al 40% para igualar su cotización
con la del dólar paralelo.
De hecho, a pesos
contantes o actuales, el valor del dólar para
noviembre de 2015 sería de 152 pesos, solo 27 pesos menos que el valor del
dólar actual. Estas cifras, divulgadas por el Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía, integrado
por economistas de la Universidad de Rosario, podrían
llevar a la conclusión de que es inminente un cambio de estrategia en relación
al dólar, pero lo cierto es que la misma ya comenzó en septiembre, cuando
según este mismo centro de estudios, el dólar dejo de “abaratarse luego de una
caída acelerada en los últimos dos años”.
Y es que en efecto,
con una inflación sostenida desde principios de año, el peso solo se había devaluado en 2 y 2,3%, respectivamente, en
enero y febrero, para luego ampliarse este guarismo del 3,2 al 4,8% entre marzo
y julio, subir del 5,7 en agosto al el 6,6% en noviembre, y bajar levemente al
5,9% en diciembre, cuando también se experimentó un descenso de la inflación que
permitió que la tasa de devaluación siga por encima de la misma.
La Fundación de Investigaciones para el Desarrollo - FIDE señala
en este punto que los cambios de autoridades del Ministerio de Economía dieron
lugar a una elevada turbulencia financiera, en la cual se activaron tanto la inflación como la devaluación, la
cual, a posteriori, se aceleró incluso frente a un ritmo de
movimientos de precios que se achicó.
FIDE destaca en relación al dólar cuatro etapas desde la asunción de la actual gestión, una
primera que va desde el cambio de gobierno hasta el estallido de la pandemia,
donde la inflación superó al dólar, una segunda, con la pandemia,
donde se aceleró la devaluación con deslizamientos uniformes,
buscando mantener alto el tipo de cambio real en línea con el resto de los
países emergentes, así como una tercera etapa que comprende el período
electoral y la gestión del dólar vinculada al ancla cambiaria, es decir donde la devaluación se moderó significativamente y se observó
cierta apreciación cambiaria. Por último, la cuarta tuvo como rasgo
particular el shock externo de la guerra de Ucrania, donde la nominalidad
aumentó significativamente, activándose tanto la inflación
como la devaluación a lo que luego se sumó luego el cambio de
ministros de Economía, lo que generó que la devaluación se acelere, aunque el ritmo de movimientos de precios y tasas de interés se
achicó.
Según afirman,
“hacia adelante, parecería ser que el Gobierno quiere alinear tasas y
devaluación con el objetivo de dar un nuevo ritmo de aumentos de precios. Los números de noviembre y diciembre indican que los acuerdos de
precios han sido efectivos. Y las condiciones internacionales parecen acompañar
este objetivo”.
De esta forma, el
Gobierno pareciera mantener la estrategia de devaluar por encima de la
inflación para continuar reduciendo la apreciación del peso,
aunque en la medida que la inflación se desacelere, tal como lo demostró
en noviembre y lo que podría mostrar diciembre, el ritmo de devaluación también
descenderá, aunque en menor medida que los índices de precios.
En este sentido,
será clave además el sostenimiento de las reservas para evitar corridas
cambiarias, frente a un panorama que se presenta muy desafiante, debido a que
este año se incrementan los compromisos de pago de deuda por
una devolución neta al FMI de Derechos Especiales de Giro por casi 750
millones de dólares, pagos por intereses con este organismo por casi 3.500
millones de dólares, e intereses de bonos reestructurados por 4.000 millones de
dólares, además del compromiso con el FMI de aumentar el stock de reservas en 4.800 millones de dólares por
encima de los 44.588 millones de finales de 2022.
Sin embargo, el
Informe de Coyuntura de Enero de la Universidad Nacional de Tres
de Febrero (Untref) , dirigido por el ex Secretario de Comercio Roberto Feletti señala que el
gobierno también tiene como “carta a jugar” la
reciente conversión de una parte del swap (intercambio de monedas) con
China por el equivalente a 5.000 millones de dólares de
libre disponibilidad, y la aspiración de conseguir una línea de financiamiento
o swap con Brasil para el comercio bilateral por un monto de 8.000 a 10.000
millones de dólares, que se abriría a partir de la tercera presidencia
de Lula da Silva.
También, que el
cumplimiento del acuerdo con el FMI permite el desembolso de las
partidas acordadas, y el acuerdo tributario con EEUU permita una
potencial de ampliación de la base imponible de unos 100.000 millones de
dólares, con lo que, arriesgan desde el Ministerio de Economía,
el adicional de recaudación tributaria podría rondar los 1.000
millones de dólares anuales. |