Por Matías Moreno -
Mauricio Macri interrumpirá hoy sus días de descanso en el Cumelén Country
Club, un lugar paradisíaco ubicado en Villa La Angostura, para salir al
escenario político. Viajará hasta la ciudad de Mar del Plata, uno de los
destinos turísticos más concurridos durante las vacaciones de verano, donde
encabezará la presentación de su nuevo libro, Para Qué. La reaparición pública
del expresidente se produce en plena escalada de los conflictos en Juntos por
el Cambio por la estrategia para recuperar el poder en 2023. La crisis y las
internas sacuden el esquema opositor en al menos tres distritos clave, como
Córdoba, Mendoza y Tucumán, donde hay riesgos de ruptura.
Macri mira por
ahora esas disputas con un aire de superioridad. Se pone por encima de la pelea
por las candidaturas y no larga prenda sobre su futuro. En la intimidad repite
que aún no definió si desea volver a postularse. Eso sí, en los contactos y
reuniones políticas que mantuvo desde su retiro en Cumelén, insistió en que su
decisión solo se basa en el componente personal. Es que Macri está convencido
de que logró recuperar su capital político y su capacidad de influencia en la
oposición. Y cree que retiene alto niveles de adhesión en el universo de
votantes antikirchneristas, por lo que no duda de que se impondría en una
interna de JxC y estaría en condiciones de ganar las elecciones generales. Hoy,
Macri no dará pistas sobre una eventual candidatura. Pretende acelerar su
cruzada por redefinir la identidad de JxC: quiere forzar la discusión en torno
a cuáles son los valores que representa el Pro.
En la charla que
mantuvieron a solas con Larreta en el Sur, el expresidente dejó en claro que no
tiene en mente apoyar a uno de los candidatos a presidente de Pro, es decir,
Patricia Bullrich o el alcalde, en caso de que opte por no jugar en 2023. Eso
sí, aclaró que se pondría el traje de elector si viera que uno de los dos no
garantiza el cambio o las transformaciones estructurales. Larreta se mostró
conforme tras el cónclave, pero no obtuvo precisiones ni garantías. No descarta
que Macri sea candidato. Y no sabe si está dispuesto a apoyarlo en una posible
interna con Bullrich, quien visitará al expresidente en Cumelén. A Macri y sus
laderos les molesta que el larretismo haya hecho trascender que buscaba un
acuerdo con el fundador de Pro. Descartan de plano esas versiones y subrayan
que Macri aboga por una competencia “con altura”. Son signos de un período
inédito de paz armada en Pro.
La desconfianza del
expresidente hacia Larreta no cesa. De hecho, sus laderos le adjudican al jefe
porteño y sus armadores el intento de reinstalar a María Eugenia Vidal como
eventual candidata a jefa de gobierno. Consideran que el alcalde pretende
promover un nuevo “plan V” como alternativa a los experimentos de Fernán Quirós
y Soledad Acuña, quienes se lanzaron para desafiar a Jorge Macri, el postulante
del expresidente y de Bullrich, pero aún no activaron sus armados. “María
Eugenia le dijo a Mauricio en la cara que quiere ser candidata a presidenta.
Eso es un invento de Horacio”, brama uno de los dirigentes que orbita cerca de
Macri. Por eso, el cofundador de Juntos por el Cambio la incluye constantemente
a Vidal en el lote de presidenciables. Está claro que la Ciudad es el campo de
la batalla entre Macri y Larreta por el liderazgo opositor. El expresidente
pretende que el distrito siga en manos de Pro frente al constante coqueteo de
Larreta con Martín Lousteau, el postulante de la UCR. Tras regresar de la
Costa, Larreta mantuvo su juego ambiguo: ayer volvió a mostrarse con Jorge
Macri, pero también compartió actividades con Lousteau.
Macri pisará Mar
del Plata, terruño de Guillermo Montenegro y escenario de la foto “Beatle” de
Larreta junto a los radicales Morales y Lousteau, en momentos en que crece el
conflicto en Mendoza, uno de los bastiones de la UCR. Los radicales tienen sus
propias internas -una vertiente reniega del liderazgo de Morales y su
acercamiento a Larreta en modo compañero de fórmula-, pero cerraron filas ante
el intento de Omar De Marchi, referente local de Pro y socio del jefe porteño,
de disputarle a Rodolfo Suárez y Alfredo Cornejo el control de la provincia. Lo
acusan de amenazar con quebrar el frente Cambia Mendoza y ser funcional al
peronismo. El tema se discutió anteayer en la reunión cumbre de la mesa
nacional. Morales dijo que esa problemática sería causal de ruptura de JxC, por
lo que Bullrich prometió tomar cartas en el asunto. “Voy a ayudar a que esto se
ordene”, le escucharon decir a Larreta durante la cumbre por Zoom. Para la
titular de Pro, el alcalde se quedó mudo. Ahora planea convocar a la cúpula
partidaria. Pero apunta sus dardos contra De Marchi, a quien acusa de dividir
al partido en la provincia. “Mientras algunos siguen preocupados por la rosca,
nosotros nos preocupamos por los problemas estructurales de Mendoza, que no han
sido discutidos adecuadamente”, dijo De Marchi a la nacion. Cuestiona la falta
de crecimiento económico y los niveles de pobreza en el distrito. De Marchi ata
la continuidad de Pro en la coalición local al plan que presente la UCR para la
provincia. Y que sintonice con los valores culturas de JxC. Argumenta que las
elecciones en Mendoza son desdobladas, por lo cual una eventual ruptura no
afectará al frente nacional de JxC. “Patricia juega con Cornejo y Horacio nos
apoya, pero no lo va decir. No puede patrocinar una ruptura”, argumentan en esa
rama interna Pro.
JxC también cruje
en Córdoba. Aún no hubo acuerdo entre Luis Juez y Rodrigo de Loredo (UCR) por
el método para definir quién será el candidato a gobernador. Atento a la
resistencia del líder del Frente Cívico a ir a una interna, el dirigente
radical y aliado de Lousteau busca que el Pro abandone la neutralidad y adopte
una postura clara respecto de la necesidad de fijar reglas internas. “Están
secuestrados por Juez”, braman en Evolución Radical. Con sigilo, De Loredo
presiona al senador con la carta de Macri. El expresidente apuesta por el
radical ya que considera que Juez es un mal candidato para cargos ejecutivos.
“No puede administrar la provincia. Hizo una mala gestión en la municipalidad”,
sentencian en el entorno de Macri. Creen que su postulación sería funcional a
Martín Llaryora, el delfín de Juan Schiaretti, quien ayer estrenó una alianza
nacional con Juan Manuel Urtubey.
Juez le hizo un
guiño a Larreta que no pasó desapercibido en el macrismo: en una entrevista con
TN, dijo que “bancaba” el proyecto del alcalde. Para Bullrich, ese apoyo es
relativo. Entre los contrincantes de Larreta adjudican algunos alineamientos al
poder de los recursos de su maquinaria de campaña. Es decir, que los “banca”.
Habituado al “poliamor”, Juez intentó enseguida recomponer rápidamente
relaciones con Bullrich, a quien armadores suyos le susurran al oído que revea
su estrategia en el distrito. Juez elogió su apuesta por un cambio profundo,
sin maquillaje. Larreta desembarcará este fin de semana en la provincia.
En Tucumán también
hay riesgos. Allí, no avanzan las negociaciones para forzar un acuerdo entre
Germán Alfaro, apalancado por Larreta y Bullrich, y Roberto Sánchez, impulsado
por la UCR. En Pro acusan a Sánchez de ser funcional a la estrategia de Juan
Manzur y Osvaldo Jaldo. En la oposición también hay preocupación por Neuquén.
En esa provincia el Pro explora una alianza con Rolando Figueroa, ex-MPN, que
podría romper a la coalición. La UCR y la CC avalan a Pablo Cervi, alfil de
Lousteau. Mientras el Gobierno empuja una ofensiva contra la Corte y se aferra
a un milagro económico de Massa, JxC queda enredado en el laberinto de las
luchas de poder. |