Por Laura Serra - El Congreso quedará virtualmente bloqueado
mientras el Gobierno impulse el juicio político a los jueces de la Corte:
Juntos por el Cambio acordó que no negociará sobre ningún proyecto de ley si la
ofensiva oficialista se mantiene en pie. Al no tener mayoría propia, el Frente
de Todos quedará sin margen para aprobar sus iniciativas. La oposición aspira a
que el proceso en comisión se resuelva cuanto antes.
En vísperas de la reunión que mantendrá la mesa nacional de
Juntos por el Cambio, los diputados opositores que integran la Comisión de
Juicio Político ya anticipan su estrategia frente a la embestida del presidente
contra la Corte Suprema. Como primera medida, darán el debate en la comisión
para rebatir los argumentos –a su juicio infundados– para enjuiciar a los
cuatro miembros del máximo tribunal del país y, acto seguido, buscarán acortar
todo lo posible el proceso de investigación para evitar el desgaste al que
estarán sometidos.
Si bien los diputados de Juntos por el
Cambio no tienen mayoría en la comisión como para imponer los tiempos del
debate, tienen en sus manos una carta que harán valer para condicionar al
Gobierno: no darán quorum en las comisiones ni en el recinto de la Cámara de
Diputados para tratar las leyes que requiere la Casa Rosada mientras el
enjuiciamiento siga en curso.
Dicho en otras palabras, cuanto más
tiempo se prolongue la arremetida oficialista contra la Corte Suprema en la
Comisión de Juicio Político, más tiempo se demorará la sanción de las
iniciativas que el Poder Ejecutivo necesita para la gestión.
“Nuestro objetivo primordial tiene que
ser tratar de que este embate contra la Corte Suprema, que tanto daña al Poder
Judicial y al país, termine lo antes posible –anticipó el diputado Pablo
Tonelli, diputado y miembro del Consejo de la Magistratura–. Ese tiene que ser
nuestro objetivo: que se desestime muy rápidamente este pedido de juicio
político, no solo porque es un disparate, sino porque hace imposible todo tipo
de diálogo entre el oficialismo y oposición en el Congreso.”
En la misma sintonía se expresó el
gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, jefe de la UCR. “La decisión del gobierno
nacional de arrancar la última quincena de enero el juicio político a la Corte
va a modificar toda la agenda parlamentaria de este año –sentenció–. El
gobierno nacional se mete en un problema, y nos mete a todos los argentinos en
un tema de gravedad institucional que no podemos permitir”.
La estrategia es una estocada directa
al ministro de Economía, Sergio Massa, quien antes de que el presidente Alberto
Fernández anunciara su pedido de juicio político a la Corte había negociado con
sectores de la oposición para que se avanzara en el tratamiento de leyes claves
para su gestión, entre ellas, las de fomento a la agroindustria, la exportación
de gas natural licuado y un monotributo para el sector tecnológico durante las
sesiones extraordinarias. Con este conflicto institucional instalado en el
Congreso, se esfuma la posibilidad de que estas iniciativas puedan ser
aprobadas antes del arranque del calendario electoral.
Los diputados de Juntos por el Cambio
que integran la comisión, al igual que Alejandro “Topo” Rodríguez, del
interbloque Federal, están decididos a dar el debate en la comisión.
“Tenemos que estar presentes para
controlar la producción de la prueba que intentará reunir el oficialismo. Si
ellos citan a sus testigos, nosotros debemos hacer las preguntas
correspondientes para que no les sea tan sencillo el trámite. Veremos en su
momento si pediremos testigos también, el objetivo primordial debe ser que el
proceso sea lo más corto posible”, insistió Tonelli, en constante comunicación
con el resto de sus compañeros de la comisión.
En la misma sintonía se expresó el
diputado Rodríguez: “Sin dudas, corresponde participar en la comisión
activamente para fijar posiciones”.
La única postura que pone en tela de
juicio la pertinencia de participar del debate fue el bloque Evolución Federal,
que responde al senador Martín Lousteau. La representante de esa bancada en la
Comisión de Juicio Político es Carla Carrizo. El jefe de la bancada, Rodrigo De
Loredo, confirmó, sin embargo, que no se desmarcará de la estrategia que fije
Juntos por el Cambio, cuyos principales dirigentes se reunirán hoy.
“En Juntos por el Cambio tenemos claro
que vamos a actuar conjuntamente, podrá haber matices u opiniones distintas,
pero es un tema en el que Juntos por el Cambio tiene que tener un accionar
monolítico y de volumen institucional –sostuvo el cordobés De Loredo–.
“Nosotros nos inclinamos por no dar quorum en la comisión, que lo tengan que conseguir
ellos y, de conseguirlo ellos, asistir en una primera instancia con fuertes
argumentos técnicos y legales para dejar sentada la postura de la improcedencia
de este pedido. Luego evaluar si es conveniente asistir al chiquero o
deslegitimarlo, ya que de seguro ellos van a querer dilatarlo en el tiempo”.
En lo que parece no haber matices es
en la decisión de no habilitar el tratamiento de las leyes que el Poder
Ejecutivo requerirá durante el período extraordinario de sesiones, que se
convocaría esta semana. Massa había logrado desbloquear dos iniciativas claves
para el ingreso de dólares para las reservas: la que fomenta la exportación de
gas natural licuado (GNL) y la de desarrollo de la agroindustria. “Había un
preacuerdo para avanzar. Ahora todo voló por los aires”, deslizan en la
coalición opositora.
Sin el apoyo de Juntos por el Cambio
ni del interbloque Federal, al oficialismo –en minoría en la Cámara baja– se le
hará muy difícil –por no decir imposible– reactivar la labor en el Congreso.
Si la relación entre oficialistas y
opositores ya era conflictiva al finalizar el año pasado, el embate del
Gobierno contra la Corte Suprema de Justicia dinamita toda posibilidad de que
se sancionen leyes en el corto plazo. La parálisis sería total.ß |