Por Gabriela
Origlia - CÓRDOBA.– Hoy se llevará a cabo una nueva reunión en el Ministerio de
Trabajo de la Nación por el conflicto que desde hace un mes afecta al puerto de
Rosario. La terminal está paralizada, según coinciden diferentes sectores
empresarios, que estiman en 1500 los contenedores frenados. La conciliación
obligatoria dictada por Trabajo venció ayer, pero las partes acordaron
continuar con las negociaciones.
El problema se
suscitó entre la concesionaria Terminal Puerto Rosario (TPR) y el Sindicato
Unidos Portuarios Argentinos (SUPA). “La industria no es parte de esto, sino
rehén”, afirmó Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial
Argentina (UIA) a la nacion. “Nos preguntamos hasta dónde llega la posibilidad
de una medida de fuerza; una cosa es la tensión entre las partes, y otra la
afectación y los daños a terceros”, agregó.
El conflicto, que
se arrastra desde comienzos de diciembre, se originó por los despidos ordenados
por la concesionaria de TPR que, además, descontó del salario días de huelga y
subió de 6 a 8 horas la jornada laboral. En las reuniones mantenidas hasta el
momento, la empresa reincorporó a algunos agentes, mejoró la oferta salarial y
retrocedió con la prolongación de jornada. Hay cinco empleados sin reincorporar
aún. Desde el Ministerio de Trabajo indicaron a la nacion que “hubo avances y
se continuará negociando”.
En tanto, el diario
La Capital de Rosario dio cuenta ayer de que uno de los empleados que figura en
la lista de despedidos se encadenó al portón de acceso a la terminal y amenazó
con prenderse fuego si la empresa no da marcha atrás con las cesantías
decididas. La situación motivó que se desplegara un operativo especial en la
zona.
Funes de Rioja
insistió en que el conflicto está afectando “seriamente la producción”. La UIA
estima en 1500 los contenedores frenados; más de 700 de ellos contiene carga
industrial. “Una parte de eso impide que se reanude la cadena de valor de la
industria automotriz, farmacéutica, de la alimentación –señaló el directivo–.
Por el tiempo que lleva sin solución este conflicto, hay degradación de la
mercadería y son fortunas las que se pierden por eso, por el pago de la estadía
y también porque se para la producción”.
Otro aspecto que
remarcó el presidente de la UIA es que, en algunos casos, la situación obligará
a una complicación extra. “En ciertos casos, se necesitará volver a hacer la
importación, para lo que, no solo el proveedor debe estar disponible, sino que
hay que superar también los trastornos que estamos teniendo para importar”,
explicó el directivo de la entidad fabril a este medio.
Por su parte, César
Aybar, secretario general del SUPA, planteó que en TPR hay “desidia y falta de
inversión” que llevan a que las terminales portuarias que explota no estén en
condiciones. “No se puede seguir tolerando esto, puesto que pone en peligro
cierto al puerto de Rosario, a sus trabajadores y a la actividad que el sector
presta”, afirmó el gremialista.
De la misma manera,
Elsa Marinucci, de la empresa de logística y distribución Transmodal, comentó:
“Se ha complicado todo. Se generan costos extras muy importantes, que no se
pueden absorber”.
Desde el Ente
Administrador del Puerto de Rosario (Enapro), indicaron que vienen realizando
intimaciones a la concesionaria para que cumpla con las condiciones del
contrato en lo que hace a inversiones y mantenimiento. A TPR, con quien la
nacion intentó comunicarse sin que hubiera una respuesta, le quedan nueve años
de concesión de los muelles estatales en Rosario.
Costos extras
Juan Arloro, de la
empresa de logística Almar Rosario, dijo que las importaciones y exportaciones
están sin operar desde el inicio del conflicto, lo que genera costos extras muy
altos. “Por ejemplo, lo que llega desde afuera va a Zárate con costos
adicionales, en especial en transporte terrestre, que aumentó un 120% en sólo
un año. Un flete terrestre entre Zárate y Rosario cuesta más que desde el norte
de Europa a Rosario”, subrayó.
TPR, que da empleo
a 600 personas, es una sociedad integrada por el operador chileno Ultramar y
por la argentina Vicentin. Los chilenos ingresaron con el 30% del capital y los
argentinos, en tanto, se hicieron cargo de la parte comercial. Hubo negociaciones
para extender la concesión, pero en 2020 quedaron en la nada. Fuentes privadas
indicaron a este medio que la inversión necesaria ronda los US$100 millones.
En la primera
semana de diciembre, el Enapro desplazó de su directorio a TPR y la reemplazó
por la concesionaria de los muelles VI y VII del puerto, la empresa Servicios
Portuarios (Sepor). |