Por Carlos Burgueño - En una
semana, Sergio Massa se hará cargo personalmente de la negociación más
importante para la economía argentina en el comienzo del año. El ministro
tomará como propio el dialogo con le norteamericana Gita s para cerrar el 2022,
con el cumplimiento de las metas pactadas con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) sobre la mesa. La intención del argentino es que desde Washington se le
dé lo antes posible el sello de calidad a los porcentajes y números del año
pasado; para lo que se buscará que la principal responsable del caso criollo
tome la resolución del problema en sus manos y que acelere ante el Board el
aval final al año pasado.
Massa sabe que la número dos del organismo conoce la situación general
del país, para bien y para mal. Conoce los datos sobre la evolución correcta
del déficit fiscal, con un resultado final del 2022 por debajo del 2,5% entre
ingresos y gastos pactados en el acuerdo original. Hay quien habla en Buenos
Aires de un resultado levemente superior al 2%, sobrecumpliendo la meta.
También se sabe que Gopinath conoce que la emisión monetaria se ubicó
controlada dentro del tope de 0,8% y que terminó de cerrar el año dentro de lo
pactado. En el caso de las reservas del Banco Central, se ubicaron en el último
día hábil del 2022 en unos u$s5.300 millones, muy por encima de los u$s4.800
millones necesarios para cumplir con las metas. Gopinath no toma con buen humor
el programa dólar soja, pero se descarta que aceptará los números como válidos.
Con esta realidad en el despacho de la principal referente técnica del FMI,
Massa quiere acelerar los tiempos de la aprobación (pactada originalmente para
mediados de marzo) por una cuestión fundamental fronteras adentro del país.
Economía necesita cerrar lo más rápido posible los vencimientos del primer
trimestre del año (algo más de $4.500 millones), para luego comenzar a trabajar
con el desafío financiero más importante del año: lograr saltar la necesidad de
financiamiento de casi $12.000 millones del período enero-agosto; y despejar la
principal duda que tienen los mercados con vista a las elecciones PASO el
próximo 13 de agosto. Sabe Massa que los mercados miran de reojo la relación con
el FMI, y que cuanto antes se sepa que el país cerró el positivamente el primer
año de vigencia del Facilidades Extendidas, más fácil será luego convencer a
los mercados que desde el Palacio de Hacienda se mantiene dominada la
situación, y que los equilibrios generales de la economía (indispensables para
mantener cierta confianza) están cerca de ser logrados. Massa y Gopinath
mantienen una muy buena relación personal. Se conocen de manera directa desde
el viaje que el ministro realizó en septiembre pasado primero y durante las
jornadas de agosto de la Asamblea Conjunta de Otoño (boreal) con el Banco
Mundial le dejó en claro a Massa qué es lo que Argentina puede hacer y qué no,
para que el acuerdo aprobado por el board el 25 de marzo pasado pueda tener vigencia.
Y sobrevivir, al menos hasta que cambie el Gobierno por los resultados
electorales del próximo ejercicio. Lo importante de los dos encuentros
mantenidos por el ministro y la número dos del FMI en la capital de los Estados
Unidos fue que la norteamericana quedó convencida que la palabra del ministro
era certera y confiable, y que el país haría todo lo necesario para cumplir con
las tres metas pactadas en el acuerdo. En los encuentros Gopintah dijo que si
esto se cumplía, ella sería una defensora del caso argentino ante las
autoridades máximas del Fondo. Esto es, el directorio donde muchos
representantes de países ya dejaron en claro en la reunión del 7 de octubre,
que se les acabó la paciencia con el país. Gopinath cumplió su parte, y habló
más que bien de la Argentina en la reunión del 22 de diciembre del Board del
FMI, afirmando que el Palacio de Hacienda había realizado un esfuerzo
importante por cumplir con las metas pactadas. Y que merecía la aprobación de
las metas del tercer trimestre. Ahora se buscará que realice una filípica
similar, pero para un objetivo mayor: que se apruebe todo el 2022 y se aceleren
los tiempos para que el país pueda mostrarle a los mercados locales que está en
una buena senda. |