Por Diego Cabot . Todo
sirve para maquillar mejor la foto de las cuentas públicas antes de fin de año.
Sucede que al Fondo Monetario Internacional (FMI) se le envía una instantánea
que no revela ni un antes ni un después; algo así como estar bañado y peinado
cuando apunta el flash.
Mediante una
resolución que se publicó ayer en el Boletín Oficial, el Gobierno autorizó un
aumento de recursos por $5910,7 millones y una disminución de gastos por
$32.804,1 millones. “Esto determina una mejora en el resultado financiero de
$38.714,8 millones”, explicaron los considerandos.
Pero más allá de
los consolidados, hay varias cosas que se esconden dentro de esos enormes
movimientos de dinero que siempre se producen cerca de fin de año.
Una de las
particularidades que se pueden ver de las 47 páginas anexas es que ingresaron
al Tesoro 45.241 millones de pesos provenientes del China Development Bank
Corporation.
La suma, que llega
a US$257,1 millones si la cuenta se hace con el valor del billete oficial, que
es como ingresa este tipo de dinero, es producto de la reactivación del crédito
chino con el que se construyen las centrales hidroeléctricas en Santa Cruz y
que llevan el nombre de Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. “Dicho préstamo fue
renegociado y reactivado este año, luego de que se hubieran suspendido los
desembolsos por retraso en las obras y cambios en el proyecto original. Durante
ese lapso, los trabajos se financiaron con aportes presupuestarios. Por lo
tanto, se prevé que ese desembolso sea reintegrado al Tesoro nacional para ser
mantenido como disponibilidades”, estimó un informe de la Oficina de
Presupuesto del Congreso. Dicho de otra forma, entran a la bolsa general del
Tesoro.
Fondos
disponibles
Sobre fin de año,
todas las administraciones mueven dinero de un lado a otro, cuestión de retirar
las partidas no ejecutadas y cerrar los números finales. De hecho, este
presupuesto aún vigente es la prórroga actualizada del que se aprobó en 2020
para 2021, ya que hace poco más de un año, el Congreso no aprobó el proyecto de
ley del ejercicio 2022. De ahí que algunas previsiones quedaron sin utilizarse.
De hecho, una de
las podas que se pueden ver en el Ministerio de Salud, al que le quitan $5103
millones que se previsionaron en 2020, año de pico de la pandemia, para ser
ejecutados en 2021. Producto de que el presupuesto se prorrogó, pues ese dinero
quedó sin ser ejecutado por la cartera.
Sin embargo, si se
miran los montos, el que más dinero perdió es el Ministerio de Desarrollo
Productivo. José Ignacio de Mendiguren les dijo adiós a $17.276 millones que ya
no están disponibles para el gasto.
Esa es la primera
lectura. La más profunda da cuenta de que $15.468 millones dejaron de
pertenecer a la reserva que se había hecho para el Fondep, un sistema de
créditos con tasa subsidiada que se destinan principalmente a las pymes. Esa
línea, de hasta $30millones, se utiliza para financiar proyectos de inversión
productiva en empresas y cooperativas certificadas como micro y pequeñas. No
hay una apuesta productiva. O a menos, la apuesta se achica en unos cuantos
miles de millones.
Finalmente, hay
otro movimiento importante que se puede reconstruir mediante la decisión
administrativa. Se trata del dinero de la Anses. La cuenta, contablemente, da
cero. Es decir, lo que se autoriza a gastar había entrado previamente como
ingreso.
En principio, el
organismo que conduce Fernanda Raverta decidió liquidar activos financieros
(ahorro) por alrededor de $49.300 millones que antes estaban en colocaciones
bancarias o algún tipo de título o bono. Ese dinero, según se puede ver en la
página 14 de la norma, quedará para “Financiación de Proyectos Productivos o de
Infraestructura” y para “Préstamos Sistema Integrado Previsional Argentino”. Es
decir, se liquida un activo y se lo destina a préstamos.
Hay un dato más: se
autoriza una transferencia a una universidad por $35 millones. La destinataria
es la casa de estudios de Madres de Plaza de Mayo.ß |