Por Javier Blanco - La reapertura de la actividad cambiaria
doméstica en la última semana del año –en un rueda con actividad reducida por
el feriado en Wall Street– dejó una certeza: el Banco Central (BCRA) comenzó en
las últimas ruedas a desacelerar –de manera notable– el ritmo que le venía
dando a la devaluación del peso.
Esa tasa, que venía de arrancar a una velocidad del 7,9%
promedio en las dos primeras ruedas del mes (cuando suele acelerar) y cerrar a
un nivel del 6,6% en noviembre (récord absoluto en tiempos de la gestión
Fernández), se derrumbó al 5,25% en la jornada y promedia un 5,30% en las
últimas cinco ruedas.
El dato confirma que el Gobierno
intenta volver a ponerle un “freno” a esa actualización aun cuando el retraso
cambiario, medido por el tipo de cambio real multilateral, “acumula 27 puntos
desde diciembre de 2019, 12 de los cuales los sumó durante el presente año”,
advirtió la consultora privada Analytica.
El ajuste de esta variable había sido
superior al 6% en los últimos tres meses, por lo que, de confirmarse las
proyecciones actuales, el crawling peg (ritmo de devaluación) de este mes sería
el menor desde julio.
Incluso había llegado al 6,6% el mes
pasado, ubicándose por encima de la tasa de inflación por primera vez en tres
años y medio, algo que no solo había logrado poner un freno a la pérdida de
competitividad de la moneda argentina, sino hasta recuperarla marginalmente:
así lo reflejó la mejora de 88,6 a 90,8 que anotó ese mes el índice de tipo de
cambio real multilateral (Itcrm) del BCRA.
¿Historia repetida?
La estrategia oficial queda a la vista
cuando se observa que la entidad que conduce Miguel Pesce convalidó ayer un
alza de apenas $0,89 para el tipo de cambio mayorista, que cerró $175,73 por
unidad para la venta.
Se trata de la menor alza nominal validada
para una rueda de arranque de semana en casi tres meses.
“Viene pisando el freno desde hace
días, algo que se nota mucho si se observa que a principio de mes había
empezado con movimientos diarios al 8% de tasa efectiva mensual (TEM) y ahora
llega al 5,3% si se toma el promedio de las últimas cinco ruedas, o que ya bajó
del 6% (está en el 5,9%) la tasa promedio de ajuste en el mes”, confirmó Andrés
Reschini, titular de F2 Soluciones Financieras.
El analista venía adelantando que se
comenzaba a notar una decisión oficial de volver a ralentizar el deslizamiento
del dólar con el desarrollo del mes. “Pero no me imaginaba que la bajarían del
6% TEM en promedio”, confesó. “Creo que llegan muy jugados con el dólar soja a
la meta de reservas y no va a quedar mucho resto para el comienzo de 2023. Más
con el panorama complejo que va dejando esta sequía”, advirtió.
La duda que empieza a instalarse tiene
que ver con si se trata de una estrategia meramente circunstancial, vinculada
con el inminente cierre de año y de las posiciones que la entidad tenga
asumidas en el mercado de futuros cambiarios, o es el avance de otra vinculada
a un intento de volver a usar al tipo de cambio como ancla antiinflacionaria,
Es una tentación en que recaen todos
los gobiernos en años electorales y lleva al país a recaer recurrentemente en
situaciones de atraso cambiario que se financian con deuda o ingreso de
capitales especulativos, o se buscan sostener con restricciones (cepos) cada
vez más serias.
En especial, tras haber notado que el
rebote de un punto y medio que marcó el último índice de precios mayorista
(saltó del 4,8% en octubre al 6,3% en noviembre) estuvo impulsado por la suba
del 8,2% que anotaron los precios de los “importados”.●
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