Por Carlos
Arbia - La conclusión de la tercera revisión del Directorio
Ejecutivo del FMI del
acuerdo firmado con Argentina si bien da por aprobadas las metas para el tercer
trimestre del año deja una serie de pedidos que debería cumplir el gobierno en
el próximo año.
Por el cumplimiento
el organismo habilitó un desembolso de aproximadamente 6.000 millones de
dólares que se podrían sumar antes de fin de año a las reservas
internacionales del BCRA.
En el informe las
autoridades destacan que hubo una modificación positiva del rumbo en la gestión
del ministro de Economía, Sergio Massa, en el que se ponen de relieve
las medidas tendientes al ajuste fiscal y a restablecer el equilibrio
macroeconómico.
Pero el staff del
FMI advierte acerca de muchas políticas que aplica el gobierno que no
serán sostenibles en el año próximo y solicita algunas modificaciones muy
difíciles de cumplir en un año electoral.
Dólar: por qué el FMI muestra su mayor preocupación en este aspecto
Es en el aspecto
cambiario es donde las autoridades muestran sus mayores preocupaciones.
Aquí destacan la mejora en la acumulación de reservas internacionales
por parte del BCRA y el retorno al saldo positivo en la balanza
comercial.
El problema es que
esto se produjo por las intervenciones del BCRA comprando títulos en el mercado
y aumentado los tipos de cambios diferenciales como el dólar soja a
200 pesos y el dólar soja 2.0 a 230 pesos frente a un dólar
oficial de 175 pesos y una brecha cambiaria del 85 % entre los dólares
financieros alternativos y el dólar oficial.
El último informe
de la consultora Invecq explica que el comunicado del FMI es claro al solicitar
que estas restricciones sean removidas tan rápido como las
condiciones lo permitan.
En lo que respecta
al sistema de precios el informe del FMI destaca que:
"el endurecimiento de la política fiscal y monetaria están
conduciendo a una reducción de la inflación, siendo que durante el período
estrictamente bajo análisis se acumuló el mayor aumento de precios trimestral
de los últimos 20 años, al alcanzar el 22% entre julio y
septiembre".
¿Inflación en descenso?
El dato importante
es que el comunicado del FMI se difundió una semana después de conocido
el último dato de inflación, por lo que cuenta con la certeza de la fuerte
baja experimentada en noviembre del 4,9% mensual.
El trabajo de
Invecq agrega qué hay que ser prudentes y esperar a la evolución de las
próximas semanas para confirmar la tendencia, en particular cuando (i)
el índice de precios mayoristas se movió en dirección contraria,
registrando un nuevo salto del 6,3% mensual luego de haber descendido a 5,5% en
septiembre y 4,8% en octubre; y (ii) el dato de IPC de
noviembre estuvo fuertemente influenciado por un muy bajo aumento de
precios de alimentos.
En
el documento del FMI las autoridades refuerzan la necesidad de
apegarse a los lineamientos del programa de manera de consolidar un
sendero de mayor racionalidad fiscal y sostenibilidad monetaria, con tasas de
interés reales positivas, búsqueda del financiamiento en el mercado local de
deuda y asignando prioridades para focalizar el gasto público.
En ese aspecto
debemos señalar que en recientes informes de distintas consultoras y bancos
locales hay mucha preocupación acerca de cómo se desarrollará el 2023 en
particular porque es un año de elecciones presidenciales y donde el gobierno
deberá reducir el déficit fiscal primario del 2,5 por ciento actual al 1,9 % en
2023.
Qué es lo que se espera para el 2023
La gran duda es
cuál será la variable de anclaje del programa financiero 2023 con una
deuda en pesos a vencer que supera los 14 billones de pesos en la actualidad.
En el plano
monetario se anticipan complicaciones en vistas del año próximo, con un mercado
de deuda que termina el 2022 exigido, y una monetización de la economía que
presenta 2 Bases Monetarias contenidas en Leliqs y Pases Pasivos del
BCRA que devengan intereses a un ritmo del 6% anual en términos del PBI.
Lo cierto es que
casi finalizado el año, faltan solo 3 días de operaciones en el mercado
financiero local, los analistas comienzan a observar con atención los
desafíos del Gobierno en 2023 en particular porque se trata de un año
electoral.
Uno de los mayores
temores es una devaluación desordenada del peso en caso que la gran
montaña de pesos acumulada que creció con el cepo cambiario no tenga otra
salida que la compra de dólares financieros alternativos o ir directamente al
dólar paralelo.
Paralelismo
con 2015
La situación es muy
parecida a la anterior a las elecciones presidenciales del 2015 pero
más grave. En esta oportunidad hay una mayor cantidad de pesos acumulados
atrapados en el sistema que es lo que los economistas llaman el
"many overhand " o dinero caliente.
A eso se suma una
brecha cambiaria del 85 % entre los dólares financieros alternativos
y el dólar oficial que es muy superior a la de diciembre del 2015 que llegaba
al 60 por ciento. En ese entonces el dólar paralelo estaba a 15 pesos y el
dólar oficial a 9,50 pesos y la inflación llegaba al 45 % anual frente al 95
por ciento de ahora. El escenario actual es mucho peor que el de fines
del 2015.
La mayoría de las
consultoras proyecta que si el año próximo el tipo de cambio oficial
aumenta un 80% el valor de ese dólar para fines del año que viene estaría por
encima de los 300 pesos con una inflación proyectada cercana al 100%
anual.
Por lo tanto, si la
brecha se mantuviese en los niveles actuales el dólar paralelo estaría en un
valor piso cercano a los 550 pesos y no proyectan cuánto podría ser el techo al
considerar constante la brecha cambiaria.
Sacar la presión en el mercado del dólar
Sacar la presión en
el mercado del dólar sin un fuerte aumento en la demanda real de
dinero, podría tener consecuencias muy negativas sobre el refinanciamiento de
los stocks de deuda en pesos tanto la deuda emitida por el Tesoro como la
originada por las Lebac que emite el BCRA para financiar el déficit fiscal.
En este caso hay
que destacar que los vencimientos de deuda emitida por el Tesoro a
financiar en el primer trimestre del año próximo en promedio llegan a unos 1,4
billones mensuales llegando a un pico de casi 2 billones de pesos en marzo.
Al respecto el último
informe de Portfolio Personal Investment describe que más allá de que
el mercado espera más canjes de deuda para que el BCRA pueda refinanciar su
posición ya que no puede ir a las licitaciones primarias y parece difícil
lograr una adhesión privada robusta para estirar la duración de esa deuda en
forma voluntaria.
El mercado observa
que por el momento, la estrategia del Tesoro/BCRA no cambiará y que
habrá compras de bonos del BCRA en el mercado secundario, y, por lo tanto, más
pesos que emitirá el BCRA que agravarán el volcados a la problema de
fondo.
¿Camino inexorable a la recesión?
Si el gobierno
desea seguir por el camino de tener déficit fiscal, emitir a destajo para
comprar dólar soja o bonos en pesos y dejar una tasa de interés muy elevada,
ingresará en una dura recesión económica.
Más allá de todo
el programa financiero de 2022 ya estaría cerrado porque con el
financiamiento neto de unos $419.000 millones conseguido en la última
licitación, la reciente venta de $200.000 millones equivalentes DEGs del Tesoro
al BCRA y la recaudación extra por retenciones derivadas del dólar
"soja" 2.0 a 230 pesos estimada en 0,1% del PBI se lograría cerrar el
año. La gran pregunta es qué pasará el año que viene que vencen unos 14
billones de deuda del Tesoro.
Lo que es evidente
es que la alta inflación en la economía está impulsada por alta
emisión monetaria, acompañada de la caída en la demanda de moneda. Los agentes
económicos no desean quedarse en pesos y salen a cambiarlos por otros activos
dolarizados o directamente por dólares y lo que sorprende por ahora es que el
dólar paralelo registra un aumento por debajo de la inflación
esperada.
Con tasas de
interés positivas frente a la inflación, con una baja confianza en el gobierno
y un tipo de cambio oficial muy atrasado pese a la dólar soja y el dólar
soja 2.0 y sin fluidez en las exportaciones si está situación se traslada al
2.023 no será nada fácil llegar a las elecciones presidenciales si
pasar por algún problema financiero complicado.
Panorama desalentador
Es este escenario
de estancamiento para 2023 lo que suma una dificultad adicional que no
estuvo presente en el 2022 a la hora de implementar el programa del FMI es el
freno en el nivel de actividad económica que se observa en los últimos
meses en varios sectores industriales y la fuerte sequía que afecta al campo.
Los números de
actividad de acuerdo al Estimador Mensual de Actividad Económica del
INDEC muestran que septiembre finalizó un periodo de 5 meses consecutivos
de crecimiento intermensual, registrando una caída del 0,3% que fue a su vez
reiterada en octubre.
De esta manera,
la desaceleración de la economía empezó a mostrar sus primeros
síntomas, entrando al 2023 en un proceso de virtual estanflación que se
mantendría a lo largo de todo el año próximo.Una posibilidad que preocupa
a las autoridades del FMI pese a la reciente aprobación de las metas del tercer
trimestre de este año. |