Por Mariano
Jaimovich - Tras disiparse los festejos por ganar el Mundial de fútbol, el país
se enfoca en los problemas de fondo que involucran a la realidad nacional, como
la escasez de dólares en el Banco Central y una inflación que
se mantiene en niveles altos.
Para analizar los
distintos desafíos que tiene por delante el Gobierno, Juan Luis Bour, director
y economista jefe de FIEL, dialogó con iProfesional donde evaluó
cómo pueden comportarse los precios y el tipo de cambio en los próximos meses.
-¿Cuál es su
diagnóstico de la situación económica?
-Desde junio los
ministros de economía que se sucedieron comenzaron lentamente a corregir el
desborde fiscal que tras la pandemia había caracterizado el 2021 y los primeros
cinco meses de 2022. Así, el gasto primario que crecía a tasas reales
interanuales de más de 18% entre marzo y mayo, creció sólo 1% en junio y cayó
mes tras mes desde julio.
En octubre retrocedió 13% real interanual, pero ahora
ya no solo por el recurso de postergar pagos, sino que se notó la caída del
gasto en jubilaciones y pensiones por la aceleración inflacionaria. O sea,
estamos en un escenario de ajuste fiscal no por corrección de desequilibrios, sino por la vía de postergar pagos y
deprimir el gasto vía mayor inflación, lo que permite limitar la emisión
monetaria en forma transitoria.
-Los últimos datos
de inflación mostraron una tendencia a la baja, ¿puede seguir cayendo?
-No hay mucho
margen para bajar la inflación porque ello implicaría desandar el ajuste
de una parte del gasto, que es la que está relacionada con jubilaciones, gasto
social y salarios públicos. Por eso, resulta imprescindible avanzar por otro
lado con ajustes tarifarios para evitar un rebote de déficit. Algo esencial
para preservar el ancla del programa: el acuerdo con el FMI.
En resumen, hay varios factores para que la inflación
se mantenga elevada, empezando porque el desequilibrio fiscal y los
"bandazos" monetarios, cada vez que se establece un dólar soja más
alto, implican que hay que emitir para luego absorber con bonos y letras lo que
se pueda. El resto se va a
precios.
La segunda
cuestión es la inercia, que no se detiene si una parte de los precios está
indexada, incluyendo el tipo de cambio y los salarios. En tanto, el tercer
aspecto es que hacia adelante todos saben que se deben corregir tarifas
atrasadas, lo que implica choques sobre el sistema de precios.
La cuarta cuestión
es la duda sobre la posibilidad de renovar o no los vencimientos de deuda
en pesos que se acumulan en 2023, que podría derivar en una fuerte emisión
de pesos, como ya ocurrió cada vez que se observaron resistencias en julio y en
la última parte de este año. Y finalmente está la incertidumbre sobre la
política de gasto de la coalición de gobierno en vísperas de elecciones.
-Más allá de bajar
el déficit, también el Fondo Monetario pidió en el acuerdo firmado con el
Gobierno la acumulación de reservas. ¿Es viable en este contexto de escasez?
-Claro, con lo
mencionado no basta, se requiere acumular reservas, para lo cual se anticipan ingresos
de exportación y se frenan importaciones. En noviembre las importaciones
de bienes intermedios se desplomaron casi 10% en cantidades (crecen solo 0,9%
en 11 meses), revelando que el otro instrumento para llegar sin explosiones a
fines de 2023 es enviar la economía a una recesión.
Entonces, si la
oferta no puede crecer, habrá también que reducir la demanda. Enfriar es,
junto con un perfeccionamiento del cepo, parte del combo de instrumentos para
llegar a la otra orilla.
-¿Le alcanza al
Gobierno con esto para llegar a finalizar su gestión sin problemas?
-Con eso no basta,
pues un problema adicional es que se requiere aumentar las reservas
netas, no solo para cumplir con el acuerdo con el FMI sino para tener un
margen de maniobra durante el duro período que va de junio a diciembre de 2023,
donde los exportadores pueden demorar ventas a la espera de una devaluación en
diciembre. En ese entonces, el Fondo puede comenzar a sacar más dólares de los
que devuelve.
Es decir, como en
un juego con esquema Ponzi, a medida que se retiran jugadores se requiere que
otros nuevos entren al "juego" para mantener el castillo en pie. Así,
con los organismos multilaterales sacando en lugar de poner, y los exportadores
reacios a vender, más vale que las reservas netas se recuperen antes de la
temporada de seca.
-¿Puede haber un
plan B para sumar estos dólares necesarios para la economía?
-La alternativa
sería profundizar el cepo, y restringir aún más las importaciones en los
últimos meses de administración, pero ello enviaría la economía a una recesión
más profunda. Además, la sequía puede complicar aún más las cosas y obligar a
cortar aún más las importaciones.
-El tipo de cambio
en los últimos meses comenzó a moverse más rápido en la plaza oficial y libre
en sintonía a la inflación, ¿qué puede suceder ahora con el precio del dólar?
-Cada vez que se
establece un tipo de cambio más alto para la soja y derivados se emiten más pesos que terminan en una ampliación de
la brecha cambiaria.
El Banco Central
sabe que no puede apreciar el peso en estos meses y, por lo tanto, aceleró la depreciación
a casi 6,7% promedio en diciembre. En resumen, es probable que la
devaluación del peso en el mercado oficial se mantenga cercana al 6% en los
próximos dos a tres meses, un periodo que, tras el
ingreso de DEGs del Fondo de diciembre, va a enfrentar una pérdida de reservas
hasta implementar un nuevo episodio de dólar soja en el segundo trimestre del
año.
-Con este panorama
tan restrictivo, ¿qué espera en los próximos meses para la economía argentina?
-Enfrentamos un
escenario de desaceleración de la actividad que puede transformarse en una
contracción de modesta a moderada durante 2023, dependiendo, en parte, del
clima y también de la prudencia o imprudencia de la política económica.
En cualquier
caso, cabe esperar que la tasa de inflación se mantenga muy elevada, es
decir, cercana o superior al 100% promedio, todo en un contexto de
fragilidad externa con reservas siempre al límite. Y a la espera de que las
principales anclas del programa, que son el acuerdo con el Fondo y la
expectativa de un cambio de gestión en diciembre de 2023, construyan un puente
para un aterrizaje menos turbulento en 2024.- |