Por Carlos Manzoni
- En medio de las dificultades por las que atraviesa la economía argentina, un
dato muy sensible para el Gobierno como el nivel de desempleo deja nuevamente
un sabor agridulce. Si bien en la comparación interanual, esta tasa bajó 1,1
puntos porcentuales en el tercer trimestre del año, al pasar de 8,2% a 7,1%,
una buena parte de ese descenso se debe al crecimiento del trabajo informal,
que en igual período varió de 33,1% a 37,4%.
El dato fue
publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en su
informe sobre el Mercado de Trabajo, donde también calculó que en el tercer
trimestre de 2022 la tasa de actividad (TA) –que mide la población
económicamente activa (PEA) sobre el total de la población– alcanzó el 47,6%,
mientras que la tasa de empleo (TE) –que mide la proporción de personas
ocupadas con relación a la población total– se ubicó en 44,2%.
Entre las regiones,
las que mostraron la mayor tasa de desocupación fueron las de Gran Buenos Aires
y Pampeana, con 8,2% y 6,8%, respectivamente. Al mismo tiempo, el informe del
Indec destacó que la región con menor tasa de desocupación fue el noreste
(3,8%).
El economista Juan
Luis Bour, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas
(FIEL), señaló que en la comparación con el trimestre anterior, la ausencia de
cambios apreciables en la tasa de actividad y leve caída de tasas de empleo en
el interior y GBA explican la estabilidad de la tasa de empleo, “que
normalmente cae en el tercer trimestre y esta vez subió 0,2 puntos
porcentuales”.
Asimismo, Bour
comentó que, como ya se veía en datos de empleo registrado, crece el cuenta pro
pismo y el porcentaje de asalariados informales. “En suma, la desaceleración
del PBI ya se refleja en datos de empleo. Y el desorden de la macro, más una
pésima regulación laboral, explican que solo crece el empleo de baja calidad,
y, por lo tanto, de bajos ingresos”, indicó el economista.
El economista Jorge
Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa),
explicó que lo que se vio es que en el tercer trimestre de este año la fuerza
laboral creció en 600.000 personas, respecto del tercer trimestre del año
anterior, y el empleo creció en 800.000 personas. “O sea que hay 200.000
desempleados menos, pero si se pone esto en términos de tasas, arroja que la
fuerza laboral creció un 4% y el empleo, un 6%”, especificó.
De todos modos,
Colina destacó que hay que analizar qué tipo de empleo se creó. “Si se mira que
la actividad viene creciendo al 5% anual, lo primero que uno piensa es que se
trata de una economía pujante que crece y crea empleo, pero hay que tener en
cuenta que todos los puestos creados son todos de asalariados no registrados,
es decir, que alguien les está dando trabajo, pero en la informalidad”, opinó
el especialista.
Para Colina, esto
es producto de las distorsiones que hay en la legislación laboral, de los
salarios que fijan los convenios colectivos y son muy elevados para los
pequeños empleadores, que son los que están dando empleo, y por la
conflictividad laboral y los riesgos de juicios. “Todo esto es lo que hace que
cada vez menos empleadores, y fundamentalmente los chicos, se arriesguen a dar
un empleo en blanco”, concluyó el economista.
En tanto, el
economista Matías de Lucca, de la consultora LCG, dijo que en la comparación
trimestral la tasa de ocupación se redujo de 44,6% a 44,2%. “Esto equivale a la
destrucción de 2000 empleos en el trimestre. Pero este número agregado esconde
una dinámica poco virtuosa: el empleo asalariado cae significativa mente
(107.000 puestos), mientras que el independiente crece (105.000 puestos). La
dinámica es poco virtuosa porque la informalidad entre los independientes más
que duplica a la de los asalariados, por la elevada participación de
cuentapropistas no registrados que incluye este segmento del mercado laboral”,
destacó.
Tomás Álvarez
Kuhnde, economista de la consultora Analytica, subrayó que los datos del
mercado de trabajo en el tercer trimestre muestran lo que pudo observarse
también con el nivel de actividad: una caída que no fue, pero una economía que
empieza a enfriarse. “Respecto del segundo trimestre la tasa de empleo cayó 0,4
p.p., en parte por un aumento de las personas desempleadas, que llevó la tasa
de desempleo a 7,1%, 0,2 p.p. más que el trimestre anterior, comenzando a
mostrar que la actividad empezó a enfriarse, pero de a poco”, indicó.
Kuhnde agregó que,
por otro lado, el aumento de los ocupados no demandantes disponibles acompaña
lo que está sucediendo a nivel de la composición del empleo, que no es otra
cosa que puestos de trabajo de menor calidad. “Hacia adelante las expectativas
van marcando el rumbo, una economía que va a crecer poco el año que viene,
junto con condiciones financieras inciertas, ponen a las empresas en una
difícil situación a la hora de tomar una decisión de la magnitud que tiene la
creación de empleo registrado”, estimó.ß |