El intercambio de información
tributaria con Estados Unidos alcanzará sólo a personas físicas y no a
sociedades y los datos llegarían al país en 2024, en caso que Argentina logre
validar los protocolos de seguridad informática antes de fin de año.
Esas resultan ser las dos conclusiones más significativas del texto del acuerdo
FATCA que publicó en las últimas horas el Departamento del Tesoro de los Estados
Unidos.
Si bien, efectivamente se producirá el ida y vuelta de datos, los
tiempos que establece el convenio publicado atenta contra la pretensión del
Gobierno de conseguir una amplia adhesión a la Ley de Exteriorización de
capitales que impulsará en el Congreso Nacional con el fin de obtener recursos
para fortalecer la cuentas fiscales.
"El
primer intercambio de información no se producirá antes de septiembre de 2024,
respecto de datos del año calendario 2023, incluso puede extenderse un año más,
dependiendo del cumplimiento de los protocolos de seguridad informática y
confidencialidad", aclaró el tributarista César Litvin en su cuenta de
twiter.
El tema de la seguridad informática es de especial relieve en el acuerdo
y aún no hay información oficial por parte de Argentina sobre cómo es su
posición al respecto.
Sobre los alcances de la información a entregar, el texto oficial del
Departamento del Tesoro precisa que serán sólo personas físicas y no estarán
incluidas sociedades. La duda es si el suministro de datos será retroactivo
amparándose en el acuerdo vigente desde 2016.
Por su parte, el tributarista Sebastián Domínguez precisó que "el
artículo 3 punto 3 establece que la información se obtendrá e intercambiará con
respecto al año calendario de entrada en vigor de este Acuerdo y todos los años
subsiguientes".
Luego agregó que en el
"artículo 10 punto 1 indica que entrará en vigor el 1° de enero del año
calendario siguiente a la fecha de la notificación por escrito de Argentina a
los Estados Unidos confirmando la finalización de los procedimientos internos
necesarios de Argentina".
Domínguez
concluyó que "esto implica que la información a intercambiar no podrá ser
de 2022 sino, si se cumpliera con lo requerido corresponderá al año 2023. Y esa
información, se recibiría recién en septiembre de 2024".
El experto remarcó que, de esta forma, "Argentina no recibiría
información automática durante el Gobierno actual sino que la recibiría el
próximo" y en consecuencia "esto debilita la postura de tratar de aprobar
una ley de blanqueo y lograr una amplia adhesión".
De todas maneras, el tratamiento de la Ley que impulsa el Poder
Ejecutivo choca con la parálisis política que existe en el Congreso dado los
últimos cruces con la oposición.
Por otra parte, para que el blanqueo entre en vigencia el 1° de enero de
2023 debiera tratarse en los próximos 10 días hábiles disponibles hasta fin de
año, lo cual torna casi imposible su sanción.
"Si
el país hace los deberes, el acuerdo de intercambio con EEUU le entregará
información financiera de 2023, a más tardar, el 30 de septiembre de 2024. La
caja que busca Massa no viene de allí sino de lo que pueda pescar, blanqueo
mediante, como fruto del susto", señaló el economista José Siaba Serrate. |