Más allá de lo que pase en Qatar, el
mundo sigue rodando y debemos abrir muy bien los ojos porque acabamos de
superar una semana pasada rara: fue corta en Argentina (con dos feriados) y con
datos económicos muy robustos en EE.UU., que puso a los inversores en
activos de riesgo con los pelos de punta.
Esta situación global inquietante se dio con una liquidación menor a la
esperada de parte de los productores con el dólar soja 2.0: como los alquileres
de los campos se pagan con porotos y no con papel moneda, se ve que los $230
por dólar que se pagan en diciembre no es un valor suficiente, las reservas del
BCRA no crecen con la velocidad esperada, y los mercados cambiarios se alteran
acá, allá y en todas partes.
A la espera de lo que esté por venir, el dato probablemente más
determinante del viernes pasado fue la completa inversión de la curva de las
tasas largas de EE.UU. En un mercado que está funcionando sin esperar sobresaltos,
las tasas más cortas en general son más bajas que las más largas. Pero
ahora se da todo lo contrario: el viernes se pagó por los bonos de la Fed 4,7%
anual a 1 año de plazo, 3,8% a 5 años, 3,6% a 10 años y 3,6% a 30 años.
¿Por qué están invertidos estos intereses? Porque el mercado supone que
EE.UU. ingresará probablemente en el primer trimestre de 2023 en una recesión,
por ahora imaginada de tamaño leve. Y eso hace que la tasa más corta se empine
sobre las más largas, ya que todos concluyen en que la menor actividad
terminará aplacando la inflación y que hacia 2024 o 2025 todo volverá a la
normalidad.
Pero estos intereses, con EE.UU. sufriendo una inflación superior al 7%
anual, ya no invita tanto a los inversores globales a montarse en masa encima
del dólar como refugio. Por eso, la semana pasada estuvo mixto: subió 1,7%
contra el yen, avanzó 0,5% contra el real y 0,3% contra la libra, no cambió
contra el euro y bajó 0,3% contra el franco suizo, descendió 0,9% contra el
yuan y cayó 2,4% en Chile.
Los dólares en Argentina
En Argentina, donde se vive una situación económico-financiera aún
más compleja, los dólares libres fueron todos para arriba: el dólar fuga o
contado con liquidación saltó 3,4% en los tres primeros días de la semana (no
operó jueves y viernes), el dólar cajas de seguridad o MEP subió 3,2% y también
aumentó el dólar colchón o blue, que tuvo un incremento del 1,3%, a pesar de
que muchos pequeños ahorristas están vendiendo
el "canuto" para pagar gastos de almacén.
Y debe decirse que el pulso cambiario ocurrido entre lunes y miércoles
pasado no fue cualquier cosa. El dólar fuga tocó los $340 a media rueda del
miércoles y después con intervención retrocedió a $338, pero lo importante es
que tocó un récord nominal histórico.
Detrás del movimiento cambiario anotado entre lunes y miércoles, los
analistas del mercado advierten que más allá de lo que anuncie
el Indec el jueves sobre el IPC de noviembre, el Banco Central está
realizando una fuerte emisión de pesos.
Con esa triple fuente de pesos recién impresos, luego de haber realizado
una emisión por $140.000 millones en octubre y $ 380.000 millones en noviembre,
analistas de varias consultoras advierten que en diciembre la emisión será de
$1,2 billones, un número que no entra en la cabeza de casi nadie, y la
comprensión es aún menor cuando se conoce que el stock de deuda en pases y
Leliq del BCRA a bancos ya roza los $10 billones, equivalente a US$ 31.250
millones, que en realidad son depósitos de ahorristas e inversores que creen
que tienen el dinero en el banco.
Bonos y acciones para abajo
Las complicaciones de la semana pasada determinaron que los bonos
regionales y que las bolsas del mundo sufrieran. Los bonos de Brasil bajaron
tanto en su precio contado que su tasa a vencimiento superó el 13% anual,
cuando se pagaba 6% hace dos años. Y con los bonos argentinos hubo un empate,
por dos razones: los capitales en pesos que están encerrados fueron comprando
bonos en dólares, la única opción que les queda por estar encepados, y los
bonos en pesos se sostuvieron porque hubo un gran comprador, el BCRA con la
maquinita a todo vapor.
Y con los índices bursátiles la semana fue de mucha volatilidad y
nervio. En general bajaron todas las bolsas, con una declinación destacada
del 2,8% para el índice industrial Dow Jones de Wall Street y una caída del 4%
para el tecnológico Nasdaq de ese mercado y un deterioro similar para la Bolsa
de San Pablo.
En la Bolsa de Buenos Aires volvió a darse una ilusión: el índice
S&P Merval subió 0,9% en pesos pero bajó 0,4% en dólares, también con mucha
compra de los inversores institucionales que están encepados.
Pero atención, entre jueves y viernes, durante el feriado doble
argentino, hubo caídas de hasta el 8% en los ADR argentinos que cotizan en
Nueva York, lo cual plantea una apertura difícil para hoy.
Si como muestra basta un botón, debe decirse que la acción de YPF (el
papel estrella que tiene Argentina este año por todo lo que está
hundiendo en la petrolera el Estado) cae en lo que va de diciembre de US$ 8,61
a US$ 7,38, con un retroceso del 14,2% tras una suba del 197% en los cuatro
meses anteriores. En un movimiento muy ligado a la caída vertical que viene
mostrando el petróleo a nivel global: el barril de WTI cayó de US$ 124 a US$
71,60 en los últimos seis meses y medio.
Y en Vaca Muerta están con mucha inquietud: para que los pozos
con explotación tipo fracking sean financieramente potables se requiere que el
barril cotice arriba de US$ 65. Si baja por debajo de ese nivel, Vaca Muerta
será financieramente inútil y al gasoducto le puede pasar algo parecido.
Una semana clave
Pero más allá de esas especulaciones, debe entenderse que hoy se abre
una semana con elementos muy decisivos. Sin dólares en Argentina, lo cual hace
que el pleno de los analistas anticipe dificultades cambiarias muy serias de
acá en adelante. A pesar de que la sequía amainó algo por la lluvia del fin de
semana, se sigue pronosticando poca liquidación de divisas hasta bien entrado
abril.
Pero más allá de la sequía de agua y de dólares a nivel local, hay una
situación incierta y muy negativa para EE.UU. por temores a la Fed. Este martes
13 se difunde el IPC de noviembre de EE.UU. y el miércoles 14 Powell dirá si la
suba de la tasa corta es de medio punto o más. El 78,2% del mercado espera que
el aumento sea efectivamente de 50 punto básicos, con lo cual ese indicador
clave iría al 4,5% anual, pero el 21,8% de los operadores cree que puede ser
mayor, lo cual agudizará el riesgo recesivo, tras los buenos datos de empleo y
de actividad económica que se conocieron en el mercado estadounidense Los
granos se sostienen con una suba del orden del 1%, las criptomonedas están
sostenidas por encima del pozo que hubo con la quiebra de la plataforma FTX,
pero el petróleo no deja de bajar. Y los que más saben sobre energía advierten:
"Si para Navidad el frío boreal no lleva al barril cerca de los US$ 100
dólares, ajústense los cinturones porque para marzo puede caer a US$ 50, y eso
dejaría a muchos países productores de crudo y a muchas empresas energéticas
patas arriba".
Y si todo eso no fuera suficiente, el presidente de EE.UU. Joe Biden
acaba de llamar al presidente de Turquía, Recep Erdogan, para que abra el
Bósforo, que libere los barcos que inundan el Mar Negro, repleto de granos y de
petróleo. Putin hasta ahora viene pactando con Erdogan para abrir y cerrar el
estrecho que abre toda la oferta hacia el Mediterráneo. Si esos barcos pasan,
es altamente probable que los granos y el petróleo sufran en sus cotizaciones.
Algo que será doblemente doloroso para Argentina, porque tendremos menos
cosecha y probablemente menos precio, lo cual llevará menos dólares al BCRA.
¿Qué nivel puede tener la recesión en EE.UU.? ¿Puede haber más quiebras,
que desencadenen otros problemas? Nadie puede asegurar qué profundidad tendrá
el movimiento que viene. Como alta probabilidad, los bancos de inversión son
muy pesimistas, todos, sin distinción. JP Morgan, Morgan Stanley, Goldman Sachs
y Deutsche Bank ven caídas de hasta 33% en Wall Street, lo cual pone a todo el
mundo en alerta.
Cambios en la región
Y no olvidemos que luego de nombrar a sus colaboradores, Lula vio caer
el precio de los bonos y el dólar rebotó en Brasil de 5,17 a 5,24 reales.
También hubo un temblor político en Perú, con la vice de Castillo asumiendo su
lugar con un gabinete liberal. Y no hay que descartar ecos tras el fallo que
condenó a Cristina Kirchner, ni a los movimientos sociales que bloquearon las
calles la semana pasada, reclamando más dinero y alimentos. CFK dijo que no
será candidata a nada.
Pero si bien el CCL llegó a $340 el miércoles, en el mercado los
analistas aseguran que está baratísimo. Ya que probablemente lo más complicado
que sufra el país esta semana llegue el miércoles, cuando Massa deba buscar en
el mercado local $405.000 millones, por vencimientos de bonos en pesos que
están casi todos en manos de inversores privados, que están huyendo del
peso.
Y esto es apenas un anticipo: desde enero a septiembre hay vencimientos
mensuales en bonos en pesos por más de $ 1billón por mes, con pico más de $1,7
billones en julio, con mayoría de bonos duales, por lo que los inversores que
lleguen a ese momento elegirán con qué se retiran, si con sus inversiones
ajustadas por inflación (CER) o por tipo de cambio (dollar linked), algo
indescifrable. |