Viernes 9 - La Nación - A partir de la actualización del mínimo
no imponible para el pago de Ganancias, cuya cifra fue oficializada ayer por el
Gobierno, 312.864 asalariados dejarán de estar alcanzados por este impuesto a
partir del 1º de enero. Según cálculos del Ministerio de Economía, el universo
de 899.382 asalariados que actualmente tributan por ese concepto se reducirá a
586.518.
Según lo confirmado por el Gobierno, a partir de los ingresos de enero
próximo, el salario mensual más bajo gravado por el impuesto a las ganancias
será de alrededor de $404.062, en bruto, cifra que equivale a un sueldo neto de
aportes a la seguridad social de $335.372. De esta manera, de acuerdo con la
cartera que conduce Sergio Massa, solo quedará alcanzado por el tributo menos
del 10% del total de trabajadores formales.
Además, deberán actualizarse (porque así lo dispone una ley) las variables
que definen cuánto se tributa en el caso de las personas cuyos ingresos sí
quedan alcanzados: se trata, concretamente, de los montos no imponibles, que se
descuentan del ingreso antes de hacerse el cálculo del tributo (la llamada
ganancia no imponible y las deducciones especiales) y los valores de la tabla
que, en función del rango de ingresos en que alguien se encuentre, definen qué
alícuota se le aplica.
Además, aumentarán los topes deducibles de algunos de los gastos que
pueden ser declarados para aliviar la carga fiscal.
El impacto positivo de la medida generará que, por ejemplo, un empleado
soltero con un salario bruto de $350.000, que hoy paga un impuesto de $11.159
por mes, dejará de estar alcanzado por el tributo, según los cálculos
oficiales. En tanto, tampoco sufrirá retenciones un empleado soltero con un
salario bruto de $400.000, que hoy paga $43.592 por mes.
Mientras que un empleado casado, con dos hijos, con un salario bruto de
$500.000, que en la actualidad paga $72.287 por mes, pasará a pagar $20.892, lo
que representa un alivio fiscal de $51.395 mensuales, según estimaciones del
Palacio de Hacienda.
Los reajustes de los montos surgen de aplicar el mecanismo de
actualización automática previsto por una ley de fines de 2016. Por la vigencia
de esa norma, desde 2018 se reajustan en el inicio de cada año las variables
del tributo que pesa sobre los ingresos, tanto de los asalariados como de los
autónomos. Y se utiliza como parámetro la variación interanual registrada a
octubre por la remuneración imponible promedio de los trabajadores estables
(Ripte).
Montos de referencia
La Ripte interanual de octubre indicó que los salarios formales
aumentaron 79%, según el dato publicado por la Secretaría de Seguridad Social.
Ese es el porcentaje que debe utilizarse para actualizar las variables. Los
montos de referencia para aplicar ese índice son los que estaban vigentes en
enero de 2022. En ese mes, el salario más bajo alcanzado por el impuesto a las
ganancias era de $225.937 (en bruto).
Como el índice de actualización se ubica por debajo de la inflación, que
entre los meses de octubre de 2021 y 2022 fue de 88% y que a diciembre podría
llegar al 99% interanual –según proyecciones de economistas–, se produce una
mayor presión impositiva para los trabajadores. Es decir, sobre salarios de
igual o incluso de menor poder adquisitivo que antes, se eleva el porcentaje
efectivo del descuento por la carga fiscal.
El ministro de Economía, Sergio Massa, sin embargo, señaló en Twitter:
“Está medida es parte de nuestro compromiso constante de cumplir con una hoja
de ruta que lleve #AlivioFiscal a la población mientras seguimos mejorando el
ingreso, el poder adquisitivo y la calidad de vida de la gente”
En ese sentido, el funcionario agregó: “Con gran esfuerzo del Estado, pero
convencidos de que el salario no es ganancia, sino remuneración, el 1° de enero
se actualizará nuevamente el piso a partir del cual se paga el Impuesto a las
Ganancias, llevando #AlivioFiscal a más de 300.000 trabajadores que dejarán de
pagarlo”.
La actualización de las variables produce un efecto inicial de alivio
que, al persistir un elevado nivel de inflación, se va diluyendo. En los
últimos dos años, las decisiones de reajustar el esquema del tributo por fuera
del mecanismo anual fueron discrecionales y solo determinaron medidas
parciales, lo cual derivó en distorsiones. No pocos tributaristas, en tanto,
insisten en que es necesario que las actualizaciones se hagan con mayor
frecuencia, según un mecanismo predeterminado que resulte previsible.ß |