Domingo 27 - Por Mariano Boettner - En los últimos cuatro meses el ritmo importador se redujo desde un pico de USD 8.500 millones en junio hasta poco más de USD 6.000 millones en octubre. En el medio, sucedieron distintos acontecimientos, algunos relacionados a directas del Gobierno para cuidar las reservas del Banco Central, y otras medidas, con mayor peso, a factores estacionales, que explicaron el recorte del 40 por ciento.
Esa tendencia de menor requerimiento de divisas para compras de bienes en el resto del mundo implica, según la lectura oficial, un alivio para los activos externos del Banco Central, en un contexto de fuerte presión sobre la meta de acumulación de divisas acordadas con el Fondo Monetario Internacional en marzo y reafirmada en los últimos encuentros por las máximas autoridades del país y del organismo.
Hacia fin de año, la entidad monetaria deberá haber acopiado USD 5.000 millones en comparación con el nivel de fin del año pasado. Esa disminución en la demanda de dólares para financiar compras de insumos, bienes y energía al exterior -en combinación con otras medidas adicionales- terminarán por allanar el terreno para alcanzar ese objetivo de acumulación pactada con el Fondo Monetario.
Los próximos pasos que analizan el Gobierno para esa meta son, entre otros, acelerar la llegada de préstamos bilaterales de organismos de crédito que, aseguran, sufrieron a lo largo del año distintas trabas. También apareció, por ahora como posibilidad, un esquema de “dólar soja” nuevo que impulse las exportaciones y que sume reservas al Banco Central. Y por último, mantener una administración “austera” de las divisas para el comercio exterior.
En la última semana el Indec publicó los datos de intercambio comercial argentino (ICA), que mostró el tercer superávit mensual más alto desde 2020 (USD 1.827 millones), empujado por el alza de exportaciones por el dólar soja y por la caída en las importaciones .
La industria reclama más dólares y el Gobierno busca evitar maniobras especulativas y "sobrestockeo" (EFE)
Una diferencia clave entre el techo de junio y octubre es la pronunciada
caída de importaciones de energía y combustibles. Mientras a mitad de año,
por cuestiones estacionales, el país compró en el resto del mundo por USD
1.953 millones, en octubre esa cuenta se redujo hasta USD 601
millones. Aunque también se observó menores ingresos en el resto de los
rubros, tanto de bienes de uso intermedio en el proceso de producción, como de
consumo final.
De esta manera, mientras a mitad del año se importaban USD 3.141
millones de bienes intermedios, en octubre habían bajado a USD 2.334
millones; por su parte, piezas y accesorios para bienes de capital
cayó desde USD 1.378 millones a mitad de año hasta USD 1.231 millones.
Los bienes de capital tuvieron un retroceso desde USD 1.107 millones
hasta USD 996 millones. Y los bienes de consumo pasaron de USD 720
millones a USD 676 millones.
Un informe de la consultora Abeceb remarcó que “las
importaciones crecieron un 15,8% interanual en valor en octubre, tanto por la
suba de los precios (7%) como de las cantidades (8,3%). De esta manera, si bien
siguen presentando variaciones positivas en términos interanuales, consolidan
la desaceleración en su ritmo de crecimiento. En detalle: luego de crecer 48,4%
interanual en promedio durante mayo-julio, aumentaron 36,2% en agosto, y 17,3%
en septiembre-octubre”.
En ese sentido, la consultora fundada por el economista Dante
Sica planteó dos escenarios que pueden explicar ese efecto: 1) “las
mayores restricciones a las importaciones tras la llegada de Sergio Massa al
Ministerio de Economía (la implementación del SIRA)”; y 2) “una menor
importación ante una actividad que -aunque creciendo- empieza a desacelerar,
sumado a que muchas empresas ya se ‘stockearon’ en la primera mitad del año
(ante un dólar oficial siempre percibido como barato)”.
Por su lado, la consultora Ecolatina estimó que “las
importaciones mostraron el nivel más bajo de los últimos 8 meses, situándose
apenas por encima de los USD 6.000 millones. Concretamente, mostraron ya el
quinto mes consecutivo de desaceleración en su evolución interanual. A su vez,
cayeron casi 22% contra su nivel en el tercer trimestre y más de 15% contra su
promedio en los primeros 9 meses del año”, calcularon.
“Si bien buena parte de su reducción contra los niveles del tercer
trimestre se explica por la caída estacional en las importaciones de energía,
casi la mitad del recorte se debe a las restricciones impuestas sobre las
importaciones no energéticas gracias a la implementación de las SIRA en la
segunda mitad del mes. Al igual que en los últimos meses, el principal uso
económico ajustado (exceptuando el energético) fueron los Bienes Intermedios,
que se ubicaron un 15% por debajo de su promedio en el tercer trimestre”,
aseveraron desde Ecolatina.
Hacia fin de año, las estimaciones de mercado hablan de una tendencia
similar a la de los últimos meses, explicada en la administración de las
divisas que hará el Gobierno y en cierta desaceleración de la actividad que
hará caer la demanda de divisas para la producción.
Para el estudio LCG, “los controles sobre las
importaciones se sostendrán”. “Sin margen de maniobra este recorte continuará
teniendo consecuencias negativas directas sobre los precios y limitará el
crecimiento de la actividad”.
"La baja de las importaciones continuará teniendo consecuencias
negativas directas sobre los precios y limitará el crecimiento de la actividad",
destaca la consultora LCG (EFE)
“En total proyectamos un superávit comercial en torno a USD 6.400 M para
este año, 56% inferior al alcanzado en 2021, el cual no terminará de traducirse
en un aumento de las reservas internacionales por el drenaje que existe en
otros componentes del balance de pagos (déficit en la balanza de servicios,
pago de intereses de deuda pública, y servicios de la deuda privada,
etcétera)”, concluyó el análisis de LCG.
Para Abeceb, en ese sentido, “lo más probable es que el Gobierno
continúe con su estrategia de, por un lado, acelerar el ritmo
devaluatorio -119% arroja la tasa anualizada de los últimos días-,
fomentar la liquidación de exportaciones -con medidas como el régimen especial
para la economía del conocimiento o para economías regionales- y aplicar un
mayor torniquete importador y a la demanda de divisas (dólares turista,
recital, bienes de lujo, etcétera)”.
Por su parte, Ecolatina proyectó: “Si extrapolamos la variación interanual acumulada hasta octubre al total anual, las importaciones en 2022 se ubicarían por encima de los USD 87.000 millones. Sin embargo, estimamos que en función de menores pagos de energía y especialmente por la necesidad de cuidar las reservas internacionales y evitar un salto cambiario discreto, encontrarán un techo más bajo en el último trimestre del año. Esto ya comenzó a evidenciarse con el endurecimiento de las restricciones y la implementación del SIRA”. |