Contra todos los
pronósticos, incluso los más pesimistas, el 3,5% de inflación septiembre
sorprendió al mundo entero. Los
más arriesgados estimaban 3,1% y hasta 3,2%. Ahora se entiende todo (cambios y
medidas). Más bien, parece que no se entiende nada. Lo cierto es que el tipo de cambio oficial real
sigue acumulando presión.
El ministro dice
que no habrá salto disruptivo después de las elecciones pero en el edificio de
Reconquista al 300 le recuerdan que a más tardar antes de Navidad será
necesario “tocar” el tipo de cambio para asegurarse “utilidades
contables” para que en 2022 el Banco Central tenga
que transferirle al Tesoro.
Ni que hablar de
los rendimientos negativos de las tasas de interés. La semana pasada desde acá
se avisó que los inversores y fondos emigraban con el finde largo, huyendo de
las Lelites. Ahora temen en el mercado más presión
informal para que se participe con mayor ímpetu en las próximas colocaciones.
Por suerte, parece
que el Banco Central, tras las últimas medidas (venía perdiendo unos u$s50
millones diarios), logra comprar. Igual en el mercado descuentan más apriete al
cepo al dólar porque si no se frena la ola importadora se acaban los billetes
en el BCRA.
Y los nuevos DEG ya
volaron, y no se puede esperar mucho de los exportadores hasta fin de año. Por
ello, dado el exiguo stock de reservas disponibles, se especula con que, con
miras al primer trimestre del 2022, le dejen entrar divisas al dólar CCL a sectores como la minería o la energía. Pero
también, podría esperarse, si madura bien la negociación con el FMI, tras el
resultado de las elecciones, con que el nuevo acuerdo contemple fondos frescos
ya que del programa anterior, quedaron unos u$s10.000 millones sin desembolsar,
que incluso se podrían usar para desarmar la bomba de Leliq y Pases. Veremos.
En los Zoom se
percibe que el mercado está sembrado de dudas y preocupado desde las PASO. Los inversores están fuera de
su zona de confort. Por eso se habla del “service” que necesitará el dólar oficial ante la
pasividad de la brecha en niveles insostenibles en el mediano plazo. Y también
el que deberían tener las tarifas.
Al respecto, un
conocido economista afín con los libertarios explicaba a sus clientes que en
2022 parecía que todo el ajuste vendría por el lado de los subsidios pero el
Presupuesto no contemplaba los recientes aumentos en la energía. Flor de
intríngulis. Y sobre la deuda, ya corren escalofríos observando el cronograma
de vencimientos de la deuda pública en pesos. Un serio desafío por delante será
renovar las montañas de vencimientos que ya caen a comienzos del próximo año.
Por lo pronto, el debate entre CER vs. dólar linked, está muy opinado. Aunque más coqueteo
con los indexados por CER.
Tras el finde largo
en las mesas se comentaban recientes pases en el mercado, como el de la
ex Moody’s, María Moyano Hidalgo a
la gestora AdCap Securities como estratega senior de deuda
corporativa en el equipo que dirige Agustín Honig. También
se sigue comentando el desembarco de Puente en Miami vía una licencia como
broker-dealer y otra como Registered Investment Advisor. La nueva oficina se
abrió a través de Puente Holding UK, su filial en el Reino Unido. Mientras
tanto en Uruguay, el Banco Central aprobó una nueva regulación en el mercado
local que puede abrir la puerta del mercado local a gestoras internacionales.
Bancos, intermediarios de valores y gestores podrán tercerizar las facultades
de administración de fondos de gestión de inversión nacionales o extranjeros.
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