Por Fernando Bertello - La decisión del Gobierno, no acordada con las entidades gremiales del campo, de avanzar en una baja temporal de las retenciones para la soja (del 33 al 30% para el grano de soja y al 28% para la industria de subproductos), entre otras medidas, no provocará una lluvia de ventas de los productores para que, al mismo tiempo, llegue un aluvión de dólares desde el exterior. Esto sucede en un contexto de brecha cambiaria que obliga a los productores a refugiarse en los granos como reserva de valor. Esta es la coincidencia en general en el sector, donde se considera que la rebaja debería haber sido más pronunciada y, además, tenerse en cuenta la fuerte disparidad cambia ria que hoy también enfrenta el negocio agrícola. En soja los productores tienen, según diversas proyecciones, entre 16,7 y 19 millones de toneladas sin vender. Son unos US$8000 millones. De acá a fin de año, según algunas proyecciones, “como mucho” los productores venderían por unos US$3500 millones. “Una baja a tres puntos porcentuales de los derechos de exportación (de 33 a 30%), se trata de una devolución de ingresos que es pequeña en relación con el aporte que hacen los productores. Se les devuelve menos del 10% de lo que aportan”, dijo Juan Manuel Garzón, economista del Ieral, de la Fundación Mediterránea. “Hoy el productor aporta unos US$142 por tonelada en concepto de derechos de exportación, aproximadamente. Con la baja de tres puntos el aporte se reduce a US$129 por tonelada, es decir, se le devuelven 13 dólares”, agregó. Como se mencionó, el grano de soja pasará ahora del 33 al 30% y los subproductos, del 33 al 28%. En enero, en tanto, volverá a quedar el grano en 33 y en 31% los subproductos. De esta manera, se reimplanta un diferencial de retenciones en favor de la industria, algo que había eliminado el gobierno de Mauricio Macri. Sobre esto último, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara CEC), prometió: “La baja de derechos del complejo industrial de la soja se trasladará directamente a la mejora del precio al productor”. En tanto, respecto de las medidas en general, en opinión de Iván Ordóñez, economista especializado en agronegocios, “el desincentivo a vender no viene por el nivel de retenciones, sino por la brecha (cambiaria) en sí, la expectativa de devaluación y el acceso libre al mercado de cambios, entre otras (variables)”. Añadió: “El productor mira esas tres variables a la hora de desprenderse de los granos. El problema es que el productor no cobra dólares, cuando vende los granos cobra pesos y su desafío es mantener el valor de su capital de trabajo para asegurar la inversión próxima”. Sebastián Senesi, director del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Fauba, consideró que las medidas son “un primer paso, no suficiente para un gobierno que impulsó el impuesto a las exportaciones como parte de su política de recaudación”. Para Horacio Busanello, consultor, “la reducción temporaria de las retenciones para el complejo sojero es meramente coyuntural en un momento en que el semestre de oro de las exportaciones ya pasó”. Agregó: “La necesidad de reservas tiene cara de hereje”. Además de la soja, estaba en estudio una baja de las retenciones a la carne vacuna del 9 al 5%. Según fuentes al tanto de las tratativas, esto se seguirá abordando la próxima semana. Desde las entidades del campo no avalaron las medidas. “Esto es una tomada de pelo para el sector productor. Acá lo que no hay es confianza, hay una cantidad enorme de dólares en manos de los argentinos, pero lo que no hay es confianza para liquidarlos”, dijo Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA). “El Gobierno con otros sectores seguramente es más generoso. Esto en el campo va a caer mal, en este momento es una señal contraproducente porque nosotros ya tuvimos un conflicto a principio de año cuando se anunció el aumento de las retenciones y se pidió un cese comercial de granos”, agregó. Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro, evaluó: “Seguimos con una política cambiaria frágil y sin rumbo. Las medidas anunciadas no tienen la dirección que el productor espera, puesto que la temporalidad propuesta hace que el beneficio podría no ser captado por los productores”. “Decididamente, bajar las retenciones sobre soja es una medida fiscalista que difícilmente tenga impacto, puesto que hay varios factores, como la brecha cambiaria, que no acompañan esta medida, la situación macro sigue inconsistente, en resumen esto es más coyuntural que estratégico”, agregó. Con la colaboración de Belkis Martínez Carlos Iannizzotto presidente de coninagro “Las medidas anunciadas no tienen el rumbo que el productor espera; el beneficio podría no ser captado” Daniel Pelegrina presidente de la sra “Esto es una tomada de pelo para el sector productor. El Gobierno es más generoso con otros sectores” |